Justicia se busca
Enviado a nuestra casilla de e-mail por Roberto Julián Gutiérrez,
el lunes 19 de mayo.
Este caso que les envío abajo lo están viviendo unos amigos y puedo dar fe de todo lo aquí relatado ya que he leído cada foja de la causa y, además, mi padre es el abogado de este joven.
Les agradezco su difusión.
Atentamente,
Roberto Julián Gutiérrez,
D.N.I. nro. 27.603.912.
ABUELAS DE PLAZA DE MAYO Y LA JUSTICIA ESTÁ VIOLANDO LOS DERECHOS HUMANOS DE MI HIJO
El capricho de una Abuela que no mide el sufrimiento que ha causado y el absurdo tratamiento de la Justicia, impiden que esta pesadilla se acabe.
Muchos recordaran hace ya más de dos años cuando les escribí "a mis amigos de siempre"... otros lo recordaran vagamente y muchos ni se habrán enterado del tema, (es por ello que la primera parte la podrán encontrar al final).
Reitero, han pasado cinco años del comienzo de esta locura y más de dos años desde que decidí hacerlo público. Hoy después de reflexionar pasiva y tranquilamente sobre el particular, he llegado a la conclusión que en nuestro país HAY JUSTICIA, CLARO, SI ES POLÍTICAMENTE CORRECTO, caso contrario, que DIOS NOS GUARDE de tener la desgracia de ser acusados de un supuesto delito (“políticamente correcto”) aunque ésta acusación sea efectuada por una supuesta y vaga denuncia anónima sin el más mínimo sustento probatorio.
A partir de allí, se comienza a vivir el reino del revés, se comienza a transitar el camino de la culpabilidad hasta tanto se pueda probar la inocencia, cosa que para los que nunca recurrimos a "chicanas judiciales" se nos hace harto difícil poder demostrar lo obvio, como por ejemplo QUE UNA MADRE TENGA QUE DEMOSTRAR QUE EL HIJO QUE PARIÓ, QUE VIO SALIR DE SUS ENTRAÑAS, ES VERDADERAMENTE SU HIJO.
Después de haber hecho un examen de ADN en el Cuerpo Médico Forense dependiente del Poder Judicial de la Nación con la colaboración de la prestigiosa Fundación Favaloro (PRICAI), QUE CONFIRMÓ QUE CARLOS IGNACIO ES NUESTRO HIJO BIOLÓGICO, POR UN PORCENTAJE SUPERIOR AL 99,9 %; se interpuso una de esas "chicanas” y se declaró nulo dicho examen, pese a que arrojó certeza absoluta con máximo reconocimiento científico-profesional, pretendiéndose ahora (porque es políticamente correcto) extraerle nuevamente sangre a nuestro hijo biológico para ser comparada en el Banco Nacional de Datos Genéticos con la Sra. Jorgelina Azzarri de Pereyra, quien dice ser su abuela, y con las muestras de familiares de desaparecidos.
Quisiera que me lo expliquen, porque no lo entiendo, hasta un niño es capaz de darse cuenta de semejante obviedad. Podrán declarar nulo lo que quieran, pero no pueden desconocer la realidad, lo que existió es un ADN que nunca fue cuestionado desde lo científico.
Lo único que puedo pensar a esta altura de las circunstancias es que la soberbia y la actitud caprichosa de esta señora, quien además es miembro directivo de Abuelas de Plaza de Mayo, y la lentitud de la justicia para resolver esta cuestión -ya que nos encontramos con mi esposa imputados desde 2003 cuando se realizó el estudio- hacen que junto a mi familia estemos viviendo esta vejación, eso sí, siempre amparados por los derechos humanos; ¡¡¡pero ellos, no nosotros!!!
Todo se había iniciado aparentemente porque Jorgelina Azzarri de Pereyra entendía que Carlos Ignacio podía ser su nieto. Ante ello, lejos de negarnos pese a tan absurda apreciación, optamos por la prueba del hecho positivo, es decir, acreditar que es efectivamente nuestro hijo, pero esto fue impugnado por fallas de procedimiento imputables al juez. Entonces, lo que parecía una confusión, se convirtió en una pesadilla. Y ahora quién nos garantiza que el día de mañana no se les ocurra otro cuestionamiento para evitar enfrentar la realidad, ¿CUÁL REALIDAD?, QUE SE EQUIVOCARON Y NO MIDIERON LAS CONSECUENCIAS. O peor aún, que tengamos que soportar un allanamiento para obtener una muestra de pelo, etc…, como ya ha pasado en otros casos.
Debe quedar claro que puede haber sido nulo aquel estudio, claro que no por nuestra culpa, pero eso puede tener “cierta” relevancia dentro de un aislado procedimiento judicial que se ciñe a un estricto código procesal; pero para la Sra. Azzarri de Pereyra esto es concluyente, por eso recurrió a las “chicanas”, pero jamás objetó el fondo del ADN, es que un porcentaje superior al 99,9 % le señalaba que no estaba frente a su nieto, como ya ha pasando en esta misma causa y con otro joven.
Por ello, la decisión de la familia fue negarse a confrontar el ADN con cualquier otra persona. Esto sencillamente SE FUNDA, como ya he expresado, en que la mejor manera de esclarecer la cuestión es determinar si es nuestro hijo. En razón de ello, propusimos que se compare su ADN con el nuestro, y con su hermana. Dicho de otra forma, qué sentido tiene realizar la pericia genética con extraños y en el Banco Nacional de Datos Genéticos donde existe un registro de personas ajenas, siendo que la querella quiere probar que “Nacho” no pertenece a nuestra sangre, sino a la suya.
Sin embargo, no nos negamos a recrear la práctica que fue anulada, pero nuevamente entre mi hijo y nosotros, sus padres, sin la intervención de ningún Banco de Muestras de otras personas ajenas, para que a así, la Sra. Azzarri de Pereyra pueda controlar su legalidad y darse cuenta que no tiene razón; incluso ofrecimos que intervengan los medios de comunicación para dar mayor transparencia al estudio. ¿Qué más pretenden?.
Por último, quiero dejar sentado para que sea de público conocimiento, que las Abuelas de Plaza de Mayo podrán sentarse a la derecha de la Señora Presidenta, podrán tener los medios masivos de comunicación a disposición (obvio son políticamente correctos) su Titular podrá ser postulada al premio NOBEL de la paz, pero JAMÁS, JAMÁS, les voy a entregar a mi hijo.
Aún estoy esperando el gesto de grandeza de la Sra. Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, cuando dijo en el programa de la Sra. Mirta Legrand, que si se demostraba que Carlos Ignacio no era uno de los nietos buscados no tendría reparos en pedirnos disculpas públicamente por los mismos medios en los que nos denostó acusándonos de presuntos apropiadores y represores, sin dejar de reflexionar sobre la liviandad con la que esta mujer pretende poder solucionar el daño causado. ¡¡¡Parece paradójico que justo ella hable reparar…!!!
Ruego a todos la mayor difusión a nivel nacional e internacional porque esta gente trata de silenciarme para que no se conozca la barbaridad que cometieron amparándose en los Derechos Humanos.
Atte.
Carlos Ángel Mancuso
L:E: nro. 7869704
Datos de la causa:
-Causa nro. 7602/03, caratulados: “Mancuso, Carlos Angel y otra s/supresión del estado civil de un menor (art. 139, inc. 2), sustracción de menores de 10 años (art. 146), falsificación de documentos públicos y falsedad ideológica”.
-En trámite ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal nro. 5, Secretaría nro. 9, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, del Dr. Norberto Oyarbide.
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VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA O MENTIRAS, ODIO Y ENSAÑAMIENTO...
A mis amigos de siempre, a mis colegas, y a todos los habitantes de este suelo argentino...
Durante casi cuatro años he sido sometido junto a mi esposa e hijos al artero ataque de los medios masivos de prensa (gráficos radiales y televisivos).
Hoy he decidido romper el silencio. Hoy me siento en la obligación moral de aclarar las tantas infamias y calumnias que se dijeron de mi y de mi familia, (por supuesto siempre al infausto amparo de las conjeturas y del verbo conjugado en tiempo condicional, vgr. sería podría etc.)
La verdad de los hechos es la siguiente: a instancias de la asociación ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, se inició la causa penal nro. 7602/2003 sobre SUPRESIÓN DEL EST. CIV. DE UN MENOR (art 139 I), sustracción de menores de 10 años (art. 146), FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS PÚBLICOS y FALSEDAD IDEOLÓGICA, que quedó radicada en el Juzgado Federal nro. 5, siendo querellante la Sra. AZZARI Jorgelina, miembro de la mencionada asociación.
La investigación penal se origina en una DENUNCIA ANÓNIMA, recibida por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo según la cual nuestro hijo Carlos Ignacio sería en verdad uno de los nietos, hijo de desaparecidos, que ellas están buscando que habría nacido en el mes de febrero de 1978.
Según el mismo relato nosotros lo habríamos anotado como hijo propio en marzo del mismo año. (obviamente todo el relato de la denuncia es, justamente con verbos en tiempo condicional, porque si bien todos son demandantes de justicia, nadie quiere tener la responsabilidad por una falsa denuncia).
Así las cosas, fuimos citados por el Sr. juez interviniente, e impuestos de la denuncia, se ordenó que se le extrajera sangre a mi hijo Carlos Ignacio para que fuera comparada con el banco de datos de desaparecidos del hospital Durand.
A pesar de ser nuestro hijo mayor de edad (POR LO TANTO SEGÚN JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, es él quien debe dar su consentimiento) aceptamos (en verdad Él aceptó) la realización de un ADN. Ello para disipar todo tipo de dudas
Para facilitar la labor judicial, y para demostrar aún más la seguridad y la convicción de que Carlos Ignacio es nuestro hijo, solicitamos que el examen de ADN se hiciera, no ya con el banco de datos de desaparecidos del hospital Durand, sino que se compare directamente su patrón genético con el de mi esposa y mío, es decir CON SUS PADRES BIOLÓGICOS, y además atento a que nuestra hija María Gabriela nació en el año 1976, solicitamos que también se le hiciera el pertinente examen en las mismas condiciones, el Sr. juez interviniente hizo lugar a nuestro pedido y se efectuaron los exámenes en el CUERPO MÉDICO FORENSE y la FUNDACIÓN FAVALORO, (prestataria del Poder Judicial de la Nación).
Resalto que nuestra posición, más allá del total repudio a la apropiación de menores, (hijos de desaparecidos o no), fue, es y será, facilitar el accionar de la justicia con la firme convicción de quien es inocente del delito que se lo acusa y para terminar lo más rápido posible con la farsa armada en torno a nosotros.
Es absolutamente ingrato vivir con un estigma de la naturaleza del que nos endilgaron, y tanto más en una sociedad como la argentina donde es muy fácil manchar el buen nombre y honor de las personas pero casi imposible limpiarlo.
Se realizaron los exámenes de ADN, de los que a continuación se transcribe la parte pertinente: RESULTADO DEL EXAMEN:... "El análisis matemático estadístico aplicado a las coincidencias entre los perfiles genéticos de la pareja biológica formada por MANCUSO Carlos Ángel y GIMÉNEZ de MANCUSO Dora y ambos titulares determina que MANCUSO GIMENEZ Carlos Ignacio y MANCUSO GIMENEZ María Gabriela, tienen respectivamente alrededor de 14.000.000.000 (catorce mil millones) y de 45.000.000.000.000 (cuarenta y cinco billones) más posibilidades de ser hijos biológicos de la citada pareja que de cualquier otra constituida por otras personas tomadas al azar y no emparentadas"...(el documento del que fue extractado el párrafo se encuentra agregado al expediente judicial,aunque los medios de prensa parecen no haberlo visto) Para sintetizar el examen determinó que tanto Carlos Ignacio como Maria Gabriela son nuestros hijos biológicos.
No obstante todo lo expuesto hasta aquí, según información periodística de diciembre de 2005 la Asociación Abuelas y sus letrados habrían pedido la anulación de los exámenes insistiendo en que los mismos deben realizarse en el hospital Durand y la sangre de nuestro hijo comparada con el banco de datos de desaparecidos.
¿Que hay detrás de todo esto? ¿A qué persecución nos están sometiendo?.No conocemos a la Sra. AZZARI ni a las demás Abuelas de Plaza de Mayo, menos aún sabemos quien fue el denunciante anónimo ni porque fuimos "elegidos" para semejante aventura judicial.
Es lamentable ver como la prepotencia, el empecinamiento y la vehemencia, permitidos por las leyes argentinas, avalados por el poder político de turno, nos dejan sin los más elementales derechos constitucionales.
Hoy a treinta años del golpe militar, siento, personalmente, las mismas cosas, la violencia institucionalizada y organizada, la violencia de lo absurdo, de la incertidumbre, de los medios que han inventado todo tipo de historias para vender algunos diarios o para tener medio punto de rating más. La Sra. AZZARI, paradójicamente,trata hoy por todos los canales a su alcance, de hacernos lo que tanto le dolió hace 28 años APROPIARSE DE NUESTRO HIJO, sin importarle.
El motivo por el cual me expreso por este medio es porque creo que es la única manera que tengo de que se conozca la verdad sin deformaciones. Todo lo que aquí expongo lo pueden constatar en el JUZGADO Y CAUSA mencionados al comienzo.
De la buena voluntad de Uds. depende que esto no se transforme en un SPAM, y que llegue a la mayor cantidad de conciudadanos sin alteraciones
Les mando un afectuoso abrazo
Carlos Ángel MANCUSO
LE 7869704
Periodismo y Comunicación por Periodistas de Córdoba, Argentina. LOS COMENTARIOS DEBEN DIRIGIRSE A raquelyhoraciocba@gmail.com - Agradecemos a los sitios que reproducen nuestros artículos que, una vez subidos a este blog, son de dominio público, aunque de origen privado. Deben respetarse tres cosas al reproducir, ya que estamos protegidos por la ley de propiedad intelectual: 1) citar la fuente, o sea este blog, 2) citar a los firmantes, 3) reproducir el artículo sin hacerle cambios.
20 may 2008
26 abr 2008
Los impresentables
Los Kirchner no sólo nos han sorprendido con su insólita sucesión en el cargo presidencial, sino que siguen asombrando a la ciudadanía por algunas de sus elecciones. Fernández es, además del apellido de la presidente, el de tres de sus colaboradores más cercanos e influyentes: Alberto, el jefe de gabinete; Aníbal, el ministro de Justicia y el recién designado, Carlos, ministro de economía.
Si uno busca en la guía telefónica, el apellido con más entradas parece ser “Rodríguez”. Sin embargo, a juzgar por la cantidad de “Fernández” en cargos públicos de primer orden, tal vez estemos asistiendo a una reproducción incontrolada de las familias que llevan el apellido de la presidente.
Lo curioso, sin embargo, entre las elecciones de los mandatarios K, es su especial predilección por aquellos personajes que cultivan el estilo ‘descuidado’ (negligé en francés, sloppy en inglés), lo cual se contradice con las expectativas de los votantes y con lo que debería entrañar la importancia de un cargo público. “El hábito no hace al monje”, dice el refrán, aunque en el caso que nos ocupa el vestido sí hace al funcionario. O por lo menos la higiene personal.
Entre 2003 y 2007, el ex presidente Néstor Kirchner se empeñó en mostrar al mundo su estilo “desenfadado”, “adolescente” y algunas veces hasta desubicado, en un afán, quizás, por transmitir una imagen “popular”, cercana a los “descamisados”, los desempleados o los desposeídos. Por el contrario, ningún mandatario en el mundo, ni siquiera los que han regido los regímenes totalitarios más severos, han sido descuidados en su vestimenta, ya que ello importa el respeto que se genera con los gobernados. Una cosa es austeridad o sencillez en la propia apariencia, como lo que intentan transmitir Evo Morales o Rafael Correa, reacios a la corbata, y otra muy distinta es la carencia de hábitos saludables como lo son lavarse la cara y afeitarse, en el caso del “género” masculino, y lavarse la cara, maquillarse y/o peinarse, para el “género” femenino.
Entre los personajes que entrarán a la galería de famosos por su desaliño personal, que de ninguna manera implica irse al otro extremo del péndulo y vivir pendiente del propio ‘look’, como es caso de Cristina Fernández, podemos incluir en el primer lugar del podio a Néstor Kirchner, célebre por sus sacos cruzados sin prender, sus mocasines “todo terreno” y su falso estilo ‘casual’, para engañar a la masa y ofender por igual a anfitriones e invitados.
El segundo lugar lo ocupa, sin lugar a dudas, el ex ministro de salud y ahora embajador en Chile, Ginés González García, peleado a muerte con el agua, el jabón, el peine y la máquina de afeitar, con lo que consigue cultivar un estilo “transgresor”, absolutamente impropio para su edad. A su vez, el primer ministro de economía de la gestión Cristina, de fugaz paso por la función pública, nos deleitó con su indomable “croquignole”, estilo afro-permanente de los años 80, y sus dedos “horneando” sus fosas nasales en pleno acto oficial en la Casa Rosada.
En el Congreso, el que se lleva todos los aplausos es el ex terrorista -hoy diputado- Miguel “Cogote” Bonasso, acérrimo perseguidor de Luis Patti, que ha convertido a su barba de varios días y su estilo improlijo en un must (obligación) para los funcionarios “progres”, que se plasman, por ejemplo, en el flamante ministro de economía.
Estos impresentables de la política provocan un rechazo tan rotundo como el que consigue la presidente Fernández con su estilo en el otro lado del péndulo: recargado, ostentoso y muchas veces desubicado (usa tobilleras, como si fuera una adolescente). Olvidan estos funcionarios que su aspecto es el reflejo de su forma de vida, sus aspiraciones y la manera en que conciben a sus interlocutores. Una cosa es la vida privada, otra la función pública. La falta de respeto hacia la ciudadanía evidenciada por algunos funcionarios de la gestión K es obvia y grave, e implica por igual a los “improlijos” y “transgresores” como a los recargados y ostentosos.
Los Kirchner no sólo nos han sorprendido con su insólita sucesión en el cargo presidencial, sino que siguen asombrando a la ciudadanía por algunas de sus elecciones. Fernández es, además del apellido de la presidente, el de tres de sus colaboradores más cercanos e influyentes: Alberto, el jefe de gabinete; Aníbal, el ministro de Justicia y el recién designado, Carlos, ministro de economía.
Si uno busca en la guía telefónica, el apellido con más entradas parece ser “Rodríguez”. Sin embargo, a juzgar por la cantidad de “Fernández” en cargos públicos de primer orden, tal vez estemos asistiendo a una reproducción incontrolada de las familias que llevan el apellido de la presidente.
Lo curioso, sin embargo, entre las elecciones de los mandatarios K, es su especial predilección por aquellos personajes que cultivan el estilo ‘descuidado’ (negligé en francés, sloppy en inglés), lo cual se contradice con las expectativas de los votantes y con lo que debería entrañar la importancia de un cargo público. “El hábito no hace al monje”, dice el refrán, aunque en el caso que nos ocupa el vestido sí hace al funcionario. O por lo menos la higiene personal.
Entre 2003 y 2007, el ex presidente Néstor Kirchner se empeñó en mostrar al mundo su estilo “desenfadado”, “adolescente” y algunas veces hasta desubicado, en un afán, quizás, por transmitir una imagen “popular”, cercana a los “descamisados”, los desempleados o los desposeídos. Por el contrario, ningún mandatario en el mundo, ni siquiera los que han regido los regímenes totalitarios más severos, han sido descuidados en su vestimenta, ya que ello importa el respeto que se genera con los gobernados. Una cosa es austeridad o sencillez en la propia apariencia, como lo que intentan transmitir Evo Morales o Rafael Correa, reacios a la corbata, y otra muy distinta es la carencia de hábitos saludables como lo son lavarse la cara y afeitarse, en el caso del “género” masculino, y lavarse la cara, maquillarse y/o peinarse, para el “género” femenino.
Entre los personajes que entrarán a la galería de famosos por su desaliño personal, que de ninguna manera implica irse al otro extremo del péndulo y vivir pendiente del propio ‘look’, como es caso de Cristina Fernández, podemos incluir en el primer lugar del podio a Néstor Kirchner, célebre por sus sacos cruzados sin prender, sus mocasines “todo terreno” y su falso estilo ‘casual’, para engañar a la masa y ofender por igual a anfitriones e invitados.
El segundo lugar lo ocupa, sin lugar a dudas, el ex ministro de salud y ahora embajador en Chile, Ginés González García, peleado a muerte con el agua, el jabón, el peine y la máquina de afeitar, con lo que consigue cultivar un estilo “transgresor”, absolutamente impropio para su edad. A su vez, el primer ministro de economía de la gestión Cristina, de fugaz paso por la función pública, nos deleitó con su indomable “croquignole”, estilo afro-permanente de los años 80, y sus dedos “horneando” sus fosas nasales en pleno acto oficial en la Casa Rosada.
En el Congreso, el que se lleva todos los aplausos es el ex terrorista -hoy diputado- Miguel “Cogote” Bonasso, acérrimo perseguidor de Luis Patti, que ha convertido a su barba de varios días y su estilo improlijo en un must (obligación) para los funcionarios “progres”, que se plasman, por ejemplo, en el flamante ministro de economía.
Estos impresentables de la política provocan un rechazo tan rotundo como el que consigue la presidente Fernández con su estilo en el otro lado del péndulo: recargado, ostentoso y muchas veces desubicado (usa tobilleras, como si fuera una adolescente). Olvidan estos funcionarios que su aspecto es el reflejo de su forma de vida, sus aspiraciones y la manera en que conciben a sus interlocutores. Una cosa es la vida privada, otra la función pública. La falta de respeto hacia la ciudadanía evidenciada por algunos funcionarios de la gestión K es obvia y grave, e implica por igual a los “improlijos” y “transgresores” como a los recargados y ostentosos.
13 abr 2008
APUNTES DE NEUSTADT
Diario Ámbito Financiero
2 DE ABRIL DE 2008
Oligarquía: 'conjunto de algunos poderosos que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio'. (Diccionario de la Real Academia Española)CARTA CERRADA A la señora del rencor indefinido, Emocionante. Llegar en helicóptero y abajo, 'SU PUEBLO' esperándola. ¿Alguna vez lo soñó?. Una MONARCA, es la que puede poner retenciones sin Parlamento. Le ganó a Perón y Evita juntos. Que placer ver el desfile de micros. Cerca suyo, Luisito D´Elia, impecable. En la ruta, convicciones, en la plaza, EXTRAS pagos.
LE CONFIESO: que tuve miedo cuando empezó el discurso: 'Vienen a defender al pueblo argentino'. ¿Quién lo ataca, me pregunté?Evoqué los incendios de Iglesias, del Jockey, del Diario La Prensa. El 5x1 resonó más que nunca. Perdóneme. Me asustó mucho. Su voz y su cara. ¡Qué contradictoria es usted!. Tras la alarma, pidió alegría. Acusó a los periodistas de racistas, ¿o entendí mal?. Invitó al rencor y pidió el reencuentro. El Néstor la aplaudía. ¡Qué lindo que la gente se quiera!. No se enoje: peligrosamente explosiva.
Le agradezco tanto: por usted aprendí lo que es el campo. Cuánto produce. Lastima: los irritó. La historia está pariendo: los muchachos del corte son jóvenes con computadoras. Más puros, porque vienen de la tierra. Por ahí sale nuestra nueva clase política. Ruralistas urbanos. Saben de tecnología, hablan con Chicago. No doblan el lomo como sus padres. Fabrico una nueva esperanza. Estos cortes y los cacerolazos se consiguen sin pagar.
¿Usted se dio cuenta?.Soy liberal. ¡Más que nunca!: viéndolos gobernar, me convencieron para siempre. Gracias. Nunca un liberal ganó una elección. Así que no nos eche la culpa. En estos 25 años presidieron el país: Alfonsín, Menem, De la Rúa, Puerta, Rodríguez Saá, Duhalde, su dignísimo esposo y usted. Radicales y peronistas. Argentina, demacrada.
9 millones de votos sobre 40 millones de argentinos. ¿De qué legitimidad habla? Su esposo, con sólo dos millones de votos, y perdiendo con el 'miserable' Menem, se hizo dueño de todo el poder. ¿Qué siente cuando ve a Hillary Clinton y a Obama recorriendo todos los Estados Unidos, con debates intensísimos, para suplicar el voto del pueblo? En un cuarto, usted le dijo: '¡Sí!' y su esposo la proclamó. ¡Carrera fácil! No abuse de los mansos. Si le gusta abrir tumbas, abra todas, no algunas.
No olvide que agredió a mujeres del campo que viven en casitas muy humildes. Son ellas las que le prestan la Residencia de Olivos para que duerma plácidamente. Ah, y helicóptero para ir a trabajar. 7400 dólares por día. Usted se pagó el viaje, 3700 dólares de rentas generales, o si prefiere civiles. ¿En la Universidad de La Plata no enseñan HUMILDAD?
Me muestra un país en el mundo que ponga retenciones, y yo le exhibo los que subsidian al campo en Europa. Que mal queda usted en televisión con D´Elia y Moyano atrás: prefiero las 'edecanas'. ¿En su corazón lleva 35 años de odio contra el campo? Avíseme para exiliarme. El suicidio va contra mi religión. Se pone la mano en el corazón, cuando canta el Himno Nacional. Me sorprendió. ¿Se copia de los 'horribles' norteamericanos?
¿Por qué ama tanto el conflicto? Me reí cuando dijo 'que la Argentina brillaba por su CALIDAD INSTITUCIONAL'. Un Gobierno 'regresista' aprovechando estos vientos de 'bonanza' hubiera hecho un país como el de 1900. ¿Le molestan los cortes de ruta del campo? A cientos de miles de argentinos les cortaron vida y paciencia sin poder ir a Uruguay por los puentes. ¿Usted dijo algo?. ¿Le agradaba que Moyano con sus camiones impidiera el acceso a los supermercados?. ¿O que D´Elia tomara Shell o una comisaría?. ¿Qué le parece lo que dijo?: 'yo tengo un odio visceral por la puta oligarquía. Odio el Norte de la ciudad, los blancos. ¿Le dio letra? Entonces, como dice Fernando Peña: 'cuídese, porque usted es blanca'.
¿Están formando un Partido Único para los próximos 40 años, y seguir eligiendo a dedo la sucesión presidencial? Señora, ¿los cientos de muertos por el terrorismo del 70 al 76 estaban bien asesinados? ¿Autores?: sus 'compañeritos' Jóvenes Idealistas. ¿Le parece bien que Martín Lousteau, se haya ido con su novia a Buzios, en medio del conflicto?. Sabe cómo lo silbaron en el avión. ¿Pecado de juventud?¿Presiente el agravio en que incurrió llamando 'yuyito' a la soja?: 20 años de estudios genéticos, para alcanzar 'esa hierba' que al exportarla le permite a usted y su señor hablar de superávit fiscal.
¿Hay plata todavía?. ¿O ya se la gastaron? Total, no rinden cuentas. Nadie muere hasta que es olvidado. La historia no los va a tratar bien porque inventaron una lucha fraticida: pobres contra pobres. - Los pequeños productores y sus familias son pobres: 452.000 - Los camioneros, aunque ganan bien, y el Hugo es estanciero, son pobres. - Los gendarmes que manda a combatir, son pobres. - Los muchachos de la Prefectura, son pobres. Comete usted un pecado mortal al obligarlos a enfrentarse.
Cuanta ternura pone en regalarle a su hija, Florencia, 17 años, un Mini Cooper de 40.000 dólares. A los 20, ¿le regalará una Ferrari?. ¿Plata de las retenciones, de Santa Cruz, o son muy ahorrativos? Ya sé que usted trabaja para los pobres: pero como diría Vito Corleone: 'primero la familia'.
Señora, ¿Cuánta pasión en demonizar a las Fuerzas Armadas, a la Iglesia, al campo, a la oposición, al pasado?. Quiere meter en la cabeza: 'que por este paro del campo nadie va a poder comer'. Usted empezó con las retenciones móviles.
ME DESCOLOCA: ¿Ser mujer en la Argentina es una enorme dificultad?. ¿Es usted una mujer golpeada?. ¿Inventa ahora una lucha de géneros?. ¿Perdón, cómo llegó a ser PresidenTA de la Nación?. ¿Favor marital, un sólo hombre bueno?. ¿Le conviene que siga el corte, no? Así la víctima es victimario.
No tengo campo señora, nunca lo tuve. Si yo fuera amigo de los dirigentes rurales, transformaría el paro en NINGUNA INVERSIÓN por un año. Aproveche para 'expropiarlos'. Maldito sea, me vino a la memoria 'Maquinita' López, gana 1 millón de dólares por día con los tragamonedas, hasta 1932. Ahí si que les gustó el largo plazo, ¿no?. ¿No se les ocurrió poner retenciones a las 'benditas maquinitas'?. Ahora le sacan las retenciones al trigo. Tarde: ya se vendieron 15 millones de toneladas, con ese 'modelo confiscatorio'. Queda un millón por vender. Gracias por su caridad. Tranquilíceme: ¿Dentro de 10 años la Argentina será Chile, Suecia, Australia, o Venezuela o Cuba?
¿Dónde están los 800.000 dólares de la valija venezolana? ¿Eran para usted, o tengo que esperar a la jueza norteamericana?¿No la canso? ¿Me podría decir si es verdad que en estas confiscaciones, perdón retenciones, las provincias aportarán 10.200 millones de dólares, sí, DÓLARES y que ni un verde de esa recaudación se distribuirá automáticamente a ninguno de esos gobiernos? Señora, somos un país FEDERAL, entregue la 'caja'. Su compañero de banca, y queridísimo amigo, el millonario aceitero, Roberto Urquía… está en contra. Le pidió que termine con las retenciones. ¿Ya lo tiene en la lista de enemigos?¿Sabe que sólo un Congreso puede crear impuestos? Usted que combate tanto a los evasores, ¿está inscripta en la AFIP como MONOTRIBUTISTA? No me lo niegue; tengo la copia. Señora:
¿Y los 1000 millones de Santa Cruz que iban a devolver el martes 25 de marzo?. Ahora están en litigio en los Estados Unidos, donde pidieron el embargo porque un juez congeló las cuentas argentinas. ¿Se vienen salvando de una corrupción larga, no? ¡Qué vergüenza PresidenTA!: En Roma, Berlusconi acaba de anunciar que en la Argentina fabricaron 150.000 sobres de más para las elecciones del domingo. Hasta a los italianos les queremos meter la mula.
Señora 'Pristina' Fernández de Kirchner, quédese con las retenciones, devuélvanos la República. En la República…no hay retenciones. Bernardo Neustadt Post data: El Grupo Quebracho intentó agredir a Mario Vargas Llosa en Rosario. José María Aznar, que también estaba en la Fundación Libertad, me preguntó irónicamente: '¿Así viven aquí?'
El gran escritor peruano nos contó: 'tenía que dar una conferencia en Nueva Zelanda y cuando me dirigía al salón, vi una multitud que hacía cola. Casi me emocioné. Entré y había mitad de sala. Pregunté por la gente que estaba afuera:- Están comprando la edición del Presupuesto Nacional que se votó ayer en el Parlamento. - VLL: Y para qué? - Para ver si lo cumplen'.
Diario Ámbito Financiero
2 DE ABRIL DE 2008
Oligarquía: 'conjunto de algunos poderosos que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio'. (Diccionario de la Real Academia Española)CARTA CERRADA A la señora del rencor indefinido, Emocionante. Llegar en helicóptero y abajo, 'SU PUEBLO' esperándola. ¿Alguna vez lo soñó?. Una MONARCA, es la que puede poner retenciones sin Parlamento. Le ganó a Perón y Evita juntos. Que placer ver el desfile de micros. Cerca suyo, Luisito D´Elia, impecable. En la ruta, convicciones, en la plaza, EXTRAS pagos.
LE CONFIESO: que tuve miedo cuando empezó el discurso: 'Vienen a defender al pueblo argentino'. ¿Quién lo ataca, me pregunté?Evoqué los incendios de Iglesias, del Jockey, del Diario La Prensa. El 5x1 resonó más que nunca. Perdóneme. Me asustó mucho. Su voz y su cara. ¡Qué contradictoria es usted!. Tras la alarma, pidió alegría. Acusó a los periodistas de racistas, ¿o entendí mal?. Invitó al rencor y pidió el reencuentro. El Néstor la aplaudía. ¡Qué lindo que la gente se quiera!. No se enoje: peligrosamente explosiva.
Le agradezco tanto: por usted aprendí lo que es el campo. Cuánto produce. Lastima: los irritó. La historia está pariendo: los muchachos del corte son jóvenes con computadoras. Más puros, porque vienen de la tierra. Por ahí sale nuestra nueva clase política. Ruralistas urbanos. Saben de tecnología, hablan con Chicago. No doblan el lomo como sus padres. Fabrico una nueva esperanza. Estos cortes y los cacerolazos se consiguen sin pagar.
¿Usted se dio cuenta?.Soy liberal. ¡Más que nunca!: viéndolos gobernar, me convencieron para siempre. Gracias. Nunca un liberal ganó una elección. Así que no nos eche la culpa. En estos 25 años presidieron el país: Alfonsín, Menem, De la Rúa, Puerta, Rodríguez Saá, Duhalde, su dignísimo esposo y usted. Radicales y peronistas. Argentina, demacrada.
9 millones de votos sobre 40 millones de argentinos. ¿De qué legitimidad habla? Su esposo, con sólo dos millones de votos, y perdiendo con el 'miserable' Menem, se hizo dueño de todo el poder. ¿Qué siente cuando ve a Hillary Clinton y a Obama recorriendo todos los Estados Unidos, con debates intensísimos, para suplicar el voto del pueblo? En un cuarto, usted le dijo: '¡Sí!' y su esposo la proclamó. ¡Carrera fácil! No abuse de los mansos. Si le gusta abrir tumbas, abra todas, no algunas.
No olvide que agredió a mujeres del campo que viven en casitas muy humildes. Son ellas las que le prestan la Residencia de Olivos para que duerma plácidamente. Ah, y helicóptero para ir a trabajar. 7400 dólares por día. Usted se pagó el viaje, 3700 dólares de rentas generales, o si prefiere civiles. ¿En la Universidad de La Plata no enseñan HUMILDAD?
Me muestra un país en el mundo que ponga retenciones, y yo le exhibo los que subsidian al campo en Europa. Que mal queda usted en televisión con D´Elia y Moyano atrás: prefiero las 'edecanas'. ¿En su corazón lleva 35 años de odio contra el campo? Avíseme para exiliarme. El suicidio va contra mi religión. Se pone la mano en el corazón, cuando canta el Himno Nacional. Me sorprendió. ¿Se copia de los 'horribles' norteamericanos?
¿Por qué ama tanto el conflicto? Me reí cuando dijo 'que la Argentina brillaba por su CALIDAD INSTITUCIONAL'. Un Gobierno 'regresista' aprovechando estos vientos de 'bonanza' hubiera hecho un país como el de 1900. ¿Le molestan los cortes de ruta del campo? A cientos de miles de argentinos les cortaron vida y paciencia sin poder ir a Uruguay por los puentes. ¿Usted dijo algo?. ¿Le agradaba que Moyano con sus camiones impidiera el acceso a los supermercados?. ¿O que D´Elia tomara Shell o una comisaría?. ¿Qué le parece lo que dijo?: 'yo tengo un odio visceral por la puta oligarquía. Odio el Norte de la ciudad, los blancos. ¿Le dio letra? Entonces, como dice Fernando Peña: 'cuídese, porque usted es blanca'.
¿Están formando un Partido Único para los próximos 40 años, y seguir eligiendo a dedo la sucesión presidencial? Señora, ¿los cientos de muertos por el terrorismo del 70 al 76 estaban bien asesinados? ¿Autores?: sus 'compañeritos' Jóvenes Idealistas. ¿Le parece bien que Martín Lousteau, se haya ido con su novia a Buzios, en medio del conflicto?. Sabe cómo lo silbaron en el avión. ¿Pecado de juventud?¿Presiente el agravio en que incurrió llamando 'yuyito' a la soja?: 20 años de estudios genéticos, para alcanzar 'esa hierba' que al exportarla le permite a usted y su señor hablar de superávit fiscal.
¿Hay plata todavía?. ¿O ya se la gastaron? Total, no rinden cuentas. Nadie muere hasta que es olvidado. La historia no los va a tratar bien porque inventaron una lucha fraticida: pobres contra pobres. - Los pequeños productores y sus familias son pobres: 452.000 - Los camioneros, aunque ganan bien, y el Hugo es estanciero, son pobres. - Los gendarmes que manda a combatir, son pobres. - Los muchachos de la Prefectura, son pobres. Comete usted un pecado mortal al obligarlos a enfrentarse.
Cuanta ternura pone en regalarle a su hija, Florencia, 17 años, un Mini Cooper de 40.000 dólares. A los 20, ¿le regalará una Ferrari?. ¿Plata de las retenciones, de Santa Cruz, o son muy ahorrativos? Ya sé que usted trabaja para los pobres: pero como diría Vito Corleone: 'primero la familia'.
Señora, ¿Cuánta pasión en demonizar a las Fuerzas Armadas, a la Iglesia, al campo, a la oposición, al pasado?. Quiere meter en la cabeza: 'que por este paro del campo nadie va a poder comer'. Usted empezó con las retenciones móviles.
ME DESCOLOCA: ¿Ser mujer en la Argentina es una enorme dificultad?. ¿Es usted una mujer golpeada?. ¿Inventa ahora una lucha de géneros?. ¿Perdón, cómo llegó a ser PresidenTA de la Nación?. ¿Favor marital, un sólo hombre bueno?. ¿Le conviene que siga el corte, no? Así la víctima es victimario.
No tengo campo señora, nunca lo tuve. Si yo fuera amigo de los dirigentes rurales, transformaría el paro en NINGUNA INVERSIÓN por un año. Aproveche para 'expropiarlos'. Maldito sea, me vino a la memoria 'Maquinita' López, gana 1 millón de dólares por día con los tragamonedas, hasta 1932. Ahí si que les gustó el largo plazo, ¿no?. ¿No se les ocurrió poner retenciones a las 'benditas maquinitas'?. Ahora le sacan las retenciones al trigo. Tarde: ya se vendieron 15 millones de toneladas, con ese 'modelo confiscatorio'. Queda un millón por vender. Gracias por su caridad. Tranquilíceme: ¿Dentro de 10 años la Argentina será Chile, Suecia, Australia, o Venezuela o Cuba?
¿Dónde están los 800.000 dólares de la valija venezolana? ¿Eran para usted, o tengo que esperar a la jueza norteamericana?¿No la canso? ¿Me podría decir si es verdad que en estas confiscaciones, perdón retenciones, las provincias aportarán 10.200 millones de dólares, sí, DÓLARES y que ni un verde de esa recaudación se distribuirá automáticamente a ninguno de esos gobiernos? Señora, somos un país FEDERAL, entregue la 'caja'. Su compañero de banca, y queridísimo amigo, el millonario aceitero, Roberto Urquía… está en contra. Le pidió que termine con las retenciones. ¿Ya lo tiene en la lista de enemigos?¿Sabe que sólo un Congreso puede crear impuestos? Usted que combate tanto a los evasores, ¿está inscripta en la AFIP como MONOTRIBUTISTA? No me lo niegue; tengo la copia. Señora:
¿Y los 1000 millones de Santa Cruz que iban a devolver el martes 25 de marzo?. Ahora están en litigio en los Estados Unidos, donde pidieron el embargo porque un juez congeló las cuentas argentinas. ¿Se vienen salvando de una corrupción larga, no? ¡Qué vergüenza PresidenTA!: En Roma, Berlusconi acaba de anunciar que en la Argentina fabricaron 150.000 sobres de más para las elecciones del domingo. Hasta a los italianos les queremos meter la mula.
Señora 'Pristina' Fernández de Kirchner, quédese con las retenciones, devuélvanos la República. En la República…no hay retenciones. Bernardo Neustadt Post data: El Grupo Quebracho intentó agredir a Mario Vargas Llosa en Rosario. José María Aznar, que también estaba en la Fundación Libertad, me preguntó irónicamente: '¿Así viven aquí?'
El gran escritor peruano nos contó: 'tenía que dar una conferencia en Nueva Zelanda y cuando me dirigía al salón, vi una multitud que hacía cola. Casi me emocioné. Entré y había mitad de sala. Pregunté por la gente que estaba afuera:- Están comprando la edición del Presupuesto Nacional que se votó ayer en el Parlamento. - VLL: Y para qué? - Para ver si lo cumplen'.
4 abr 2008
THE WALL STREET JOURNAL
April 3, 2008 4:33 a.m.
La rebelión tributaria en Argentina
Por Mary Anastasia O'Grady
La semana pasada se registraron episodios de violencia en Buenos Aires donde manifestantes que protestaban por la escasez de alimentos y la inflación fueron atacados por partidarios de la presidenta Cristina Kirchner armados con palos. Los atacantes eran liderados por un enemigo declarado del sector privado que trabajó con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner.
"Lo único que me mueve", dijo Luis D'elía, después de que su ataque a un manifestante fue grabado por las cámaras y sus acciones fueron justificadas por el jefe de gabinete de Kirchner, "es odio contra la puta oligarquía". Luego anunció que él y sus hombres patrullarán las calles para defender su visión de que los productores del país son inmorales. La policía nacional, que responde a la presidenta, no hizo nada para detener la violencia.
Desde 2003, Argentina ha estado creciendo rápidamente, más de 8% al año. Pero esto ha sido principalmente el resultado de la combinación de un repunte natural después de su colapso y el auge global de los commodities. Mientras tanto, hirviendo justo por debajo de la superficie se mantiene la contradicción fundamental que provocó la crisis de 2001. Aunque un peso fuerte hizo que los argentinos prosperaran en los 90, este era incompatible con la economía rígida y cerrada del país. La situación es la misma hoy: O se abre la economía, se hacen flexibles los mercados laborales y mejora el clima financiero o el gobierno se aferra a una política de un peso débil como una forma de compensar por un modelo económico poco competitivo y permite que la inflación regrese.
Al escoger la segunda opción, los Kirchner han ganado el apoyo del segmento de la economía leal a los principios de Juan Perón, el fascista argentino del siglo pasado. Estos incluyen a los sindicalistas militantes, burócratas del gobierno, la máquina política peronista y gente como D'elía, cuyos matones actúan como la policía informal de Kirchner.
Pero al generar inflación y provocar escasez, la economía de Kirchner está alimentando un descontento general.
Los problemas recientes no comenzaron en Buenos Aires, sino en las provincias, en donde la agricultura es la principal actividad económica. Los agricultores se rebelaron a principios de este mes, cuando el gobierno anunció un incremento en los impuestos a la exportación de productos agrícolas. Las denuncias de que las nuevas tasas de retención del gobierno, es decir impuestos a la exportación, son casi una expropiación no están alejadas de la realidad.
Tomemos por ejemplo el caso de la soya. El nuevo impuesto a las exportaciones será incrementado de 35% a 44%. Pero ya que los agricultores también tienen que pagar un impuesto de 35% sobre sus ganancias, la tasa impositiva efectiva es significativamente mayor. "El agricultor termina pagando esencialmente un impuesto de 63% sobre sus ingresos brutos", dice Pablo Guidotti, decano de la escuela de gobierno de la Universidad DiTella. Si el precio de la soya sube, agrega Guidotti, la "tasa de retención" se incrementa hasta que el gobierno pueda tomar hasta 95% de cualquier incremento marginal en los ingresos brutos de los agricultores.
En respuesta a los aumentos de impuestos, los agricultores bloquearon las carreteras en cerca de 300 lugares en todo el país, prometiendo que no permitirían que los bienes llegaran a los mercados. Los efectos de esta decisión se han sentido en la capital, en donde manifestantes se han tomado las calles para apoyar a los agricultores y en contra de lo que dicen que es la arrogancia del gobierno. La huelga ya entra a su tercera semana.
Kirchner dice que el aumento de impuestos es un mecanismo de redistribución, sugiriendo que los cultivadores y rancheros tienen que ser forzados a compartir más de su buena fortuna con otros. Pero la principal motivación detrás de este aumento impositivo es la inflación.
Según parece, el gobierno hará cualquier cosa para reducir la inflación excepto aquello que resolvería el problema: permitir que el peso se fortalezca. Ha impuesto controles de precios a los negocios, congelado y luego subsidiado los precios de la energía y prohibido las exportaciones de carne. El año pasado, despidió a la directora de la agencia estatal de estadísticas de inflación porque se rehusó a manipular las cifras. Incluso así, los precios subieron aproximadamente 20% en 2007 y las expectativas para este año se mantienen altas. Eso podría explicar la nueva ronda de impuestos confiscatorios. Al desalentar a los agricultores a enviar alimentos al extranjero, el gobierno cree que puede aumentar el suministro interno y ponerle freno a los precios.
Además de enfurecer a los agricultores y reducir el incentivo a producir, esto no hace nada para enfrentarse a las causas de la inflación, las cuales son la expansión monetaria y el fracaso de la economía de atraer inversión y expandir la capacidad de producción. Un peso fuerte y un compromiso del gobierno para respetar la propiedad privada es lo que se necesita para confrontar el alza en los precios.
En cambio, como buenos secuaces sin cerebro, desesperados por abrir hoyos a un dique que gotea, el equipo económico de Kirchner está moviéndose rápidamente, tratando de compensar por los múltiples errores de política de Kirchner sin liberar a la economía. La crisis de inflación es tan sólo el fiasco más reciente. Los subsidios para compensar a los nuevos impuestos a las exportaciones no deben tardar en aparecer.
Pero no importa. El poder de Kirchner no yace en un modelo económico racional. La idea de los Kirchner de dirigir una economía es imponer impuestos, prohibir, regular y subsidiar, si no es micro gestionar cada aspecto de la vida argentina para que ninguna decisión sea tomada sin consultarlo primero con ellos. Ellos son, en el fondo, autoritarios recalcitrantes al estilo de los que se vio en los años 70.
Si le queda alguna duda, considere el hecho de que Néstor Kirchner invirtió los últimos cinco años desmantelando el sistema institucional de pesos y contrapesos para que cuando llegara este momento, todo el poder estuviera en el palacio presidencial. Él y su esposa ahora controlan al sistema judicial, la legislatura, el banco central, la policía nacional y los gastos discrecionales en las provincias. El único camino que queda para expresar descontento es la desobediencia civil.
Como vimos la semana pasada, ese camino puede estar cerrándose ahora que los Kirchner tienen su propio ejército en las calles de Buenos Aires, liderado por D'elía. La ira y la envidia detrás de la furia de esta multitud es lo que el kirchnerismo ha sembrado desde 2002. Aquellos que se atrevan a discrepar probablemente serán tratados con más salvajismo.
April 3, 2008 4:33 a.m.
La rebelión tributaria en Argentina
Por Mary Anastasia O'Grady
La semana pasada se registraron episodios de violencia en Buenos Aires donde manifestantes que protestaban por la escasez de alimentos y la inflación fueron atacados por partidarios de la presidenta Cristina Kirchner armados con palos. Los atacantes eran liderados por un enemigo declarado del sector privado que trabajó con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner.
"Lo único que me mueve", dijo Luis D'elía, después de que su ataque a un manifestante fue grabado por las cámaras y sus acciones fueron justificadas por el jefe de gabinete de Kirchner, "es odio contra la puta oligarquía". Luego anunció que él y sus hombres patrullarán las calles para defender su visión de que los productores del país son inmorales. La policía nacional, que responde a la presidenta, no hizo nada para detener la violencia.
Desde 2003, Argentina ha estado creciendo rápidamente, más de 8% al año. Pero esto ha sido principalmente el resultado de la combinación de un repunte natural después de su colapso y el auge global de los commodities. Mientras tanto, hirviendo justo por debajo de la superficie se mantiene la contradicción fundamental que provocó la crisis de 2001. Aunque un peso fuerte hizo que los argentinos prosperaran en los 90, este era incompatible con la economía rígida y cerrada del país. La situación es la misma hoy: O se abre la economía, se hacen flexibles los mercados laborales y mejora el clima financiero o el gobierno se aferra a una política de un peso débil como una forma de compensar por un modelo económico poco competitivo y permite que la inflación regrese.
Al escoger la segunda opción, los Kirchner han ganado el apoyo del segmento de la economía leal a los principios de Juan Perón, el fascista argentino del siglo pasado. Estos incluyen a los sindicalistas militantes, burócratas del gobierno, la máquina política peronista y gente como D'elía, cuyos matones actúan como la policía informal de Kirchner.
Pero al generar inflación y provocar escasez, la economía de Kirchner está alimentando un descontento general.
Los problemas recientes no comenzaron en Buenos Aires, sino en las provincias, en donde la agricultura es la principal actividad económica. Los agricultores se rebelaron a principios de este mes, cuando el gobierno anunció un incremento en los impuestos a la exportación de productos agrícolas. Las denuncias de que las nuevas tasas de retención del gobierno, es decir impuestos a la exportación, son casi una expropiación no están alejadas de la realidad.
Tomemos por ejemplo el caso de la soya. El nuevo impuesto a las exportaciones será incrementado de 35% a 44%. Pero ya que los agricultores también tienen que pagar un impuesto de 35% sobre sus ganancias, la tasa impositiva efectiva es significativamente mayor. "El agricultor termina pagando esencialmente un impuesto de 63% sobre sus ingresos brutos", dice Pablo Guidotti, decano de la escuela de gobierno de la Universidad DiTella. Si el precio de la soya sube, agrega Guidotti, la "tasa de retención" se incrementa hasta que el gobierno pueda tomar hasta 95% de cualquier incremento marginal en los ingresos brutos de los agricultores.
En respuesta a los aumentos de impuestos, los agricultores bloquearon las carreteras en cerca de 300 lugares en todo el país, prometiendo que no permitirían que los bienes llegaran a los mercados. Los efectos de esta decisión se han sentido en la capital, en donde manifestantes se han tomado las calles para apoyar a los agricultores y en contra de lo que dicen que es la arrogancia del gobierno. La huelga ya entra a su tercera semana.
Kirchner dice que el aumento de impuestos es un mecanismo de redistribución, sugiriendo que los cultivadores y rancheros tienen que ser forzados a compartir más de su buena fortuna con otros. Pero la principal motivación detrás de este aumento impositivo es la inflación.
Según parece, el gobierno hará cualquier cosa para reducir la inflación excepto aquello que resolvería el problema: permitir que el peso se fortalezca. Ha impuesto controles de precios a los negocios, congelado y luego subsidiado los precios de la energía y prohibido las exportaciones de carne. El año pasado, despidió a la directora de la agencia estatal de estadísticas de inflación porque se rehusó a manipular las cifras. Incluso así, los precios subieron aproximadamente 20% en 2007 y las expectativas para este año se mantienen altas. Eso podría explicar la nueva ronda de impuestos confiscatorios. Al desalentar a los agricultores a enviar alimentos al extranjero, el gobierno cree que puede aumentar el suministro interno y ponerle freno a los precios.
Además de enfurecer a los agricultores y reducir el incentivo a producir, esto no hace nada para enfrentarse a las causas de la inflación, las cuales son la expansión monetaria y el fracaso de la economía de atraer inversión y expandir la capacidad de producción. Un peso fuerte y un compromiso del gobierno para respetar la propiedad privada es lo que se necesita para confrontar el alza en los precios.
En cambio, como buenos secuaces sin cerebro, desesperados por abrir hoyos a un dique que gotea, el equipo económico de Kirchner está moviéndose rápidamente, tratando de compensar por los múltiples errores de política de Kirchner sin liberar a la economía. La crisis de inflación es tan sólo el fiasco más reciente. Los subsidios para compensar a los nuevos impuestos a las exportaciones no deben tardar en aparecer.
Pero no importa. El poder de Kirchner no yace en un modelo económico racional. La idea de los Kirchner de dirigir una economía es imponer impuestos, prohibir, regular y subsidiar, si no es micro gestionar cada aspecto de la vida argentina para que ninguna decisión sea tomada sin consultarlo primero con ellos. Ellos son, en el fondo, autoritarios recalcitrantes al estilo de los que se vio en los años 70.
Si le queda alguna duda, considere el hecho de que Néstor Kirchner invirtió los últimos cinco años desmantelando el sistema institucional de pesos y contrapesos para que cuando llegara este momento, todo el poder estuviera en el palacio presidencial. Él y su esposa ahora controlan al sistema judicial, la legislatura, el banco central, la policía nacional y los gastos discrecionales en las provincias. El único camino que queda para expresar descontento es la desobediencia civil.
Como vimos la semana pasada, ese camino puede estar cerrándose ahora que los Kirchner tienen su propio ejército en las calles de Buenos Aires, liderado por D'elía. La ira y la envidia detrás de la furia de esta multitud es lo que el kirchnerismo ha sembrado desde 2002. Aquellos que se atrevan a discrepar probablemente serán tratados con más salvajismo.
31 mar 2008
EL FIN DEL PRINCIPIO
Después de triunfar en la batalla de El Alamein en el norte de África en 1942, Winston Churchill, político y estadista británico, premio Nobel de Literatura (1953) y uno de los más brillantes oradores del siglo XX, pronunció aquella célebre frase: “Éste no es el fin de la guerra, ni siquiera es el principio del fin, pero es, tal vez, el fin del principio”.
Desde el retorno de la democracia en Argentina en 1983 no se habían verificado, como ha sucedido a partir del gobierno de Néstor Kirchner en 2003, el autoritarismo, la prepotencia y la soberbia que caracterizaron al fundador del partido peronista en su segundo gobierno y que provocaron su derrocamiento a través de un levantamiento cívico-militar en 1955.
Más de medio siglo después, ciertos seguidores de Perón se encuentran empeñados en volver al pasado, lucha de clases incluida, no solamente con discursos sino también con acciones tendientes a cercenar las libertades civiles y a enfrentar a la ciudadanía en falsas antinomias de ciudad-campo, ricos-pobres, patrones-obreros, peronistas-no peronistas.
En aquel momento se comenzó atacando a la “oligarquía vacuna” y luego les tocó el turno a las diversas instituciones que componen una sociedad: escuela, fuerzas armadas, iglesia. El advenimiento del matrimonio Kirchner al sillón de Rivadavia en una insólita sucesión conyugal nunca antes vista en Argentina, trajo de regreso los mismos ataques, aunque en orden inverso. Aparentemente, olvidaron estos dirigentes de hoy que ese error que pagó aquel dirigente con su salida del gobierno y su expulsión del país y que condujo a la cruenta y aún no resuelta división de la ciudadanía argentina, se paga de la misma forma.
Mientras su marido –al igual que ella en su momento- contempla “arrobado” la performance de su mujer, Cristina Fernández “festejó” sus primeros cien días de gestión encerrada en su burbuja de oro, desentendida absolutamente de la realidad del país y de su cotidianeidad que le son completamente ajenas, direccionando su escaso accionar político hacia el pasado, con una evidente carga de resentimiento y odio expresados directamente a través de sus punteros políticos y de los cabecillas de sus fuerzas de choque, y apoyada, como en el acto en Parque Norte, por los ruidos y los bombos de una temible “claque” de funcionarios obsecuentes y marginales diversos, atrapados en las dádivas de una demagogia que ya lleva más de cuatro años saqueando las arcas del país.
Después de su segundo discurso, que salvo por la expresión “les pido humildemente”, no tuvo nada de conciliador, lo que quedó en claro es que desde 1853 hasta la fecha Argentina no ha sabido engendrar una clase dirigente honesta, responsable y capaz, consciente de la ubicación del país en el concierto económico mundial y preocupada en el diseño de políticas de largo plazo que trasciendan las coyunturas de gestión y apunten a generar bienestar para toda la población.
Sin nada más que ofrecer que su reticencia a reconocer sus errores, la presidente “de todos los argentinos” –antes “primera ciudadana”- repetirá esta semana sus habituales puestas en escena, vestida y enjoyada como “señora paqueta”. Para eso, arriará al corral favorito de los presidentes argentinos –la Plaza de Mayo- a un peligroso rebaño no pensante que seguirá sus diatribas al ritmo de los bombos y las amenazas para los que no piensan igual, y dejará que la masa de obsecuentes, ignorantes y violentos le prodiguen, con su estruendosa e incondicional algarabía, los “mimos” que parecen elevar su alicaída autoestima.
Si la batalla de El Alamein significó para la Segunda Guerra Mundial "el fin del principio", según los estrategas de aquel momento, el feroz ataque al campo y a su sacrificada gente, que con su silenciosa y fecunda labor cotidiana han estado subvencionando no solamente a los desempleados genuinos sino -muy especialmente- al enorme número de vagos que ha generado este gobierno con sus desacertadas políticas (planes "Trabajar"), puede significar el fin del principio de la gestión 'doble K'.
La República entera se encuentra expectante. En la presidenta y sus acólitos se encuentra la decisión, fruto de la inteligencia y la voluntad, que puede cambiar el rumbo de la angustiante situación presente.
Después de triunfar en la batalla de El Alamein en el norte de África en 1942, Winston Churchill, político y estadista británico, premio Nobel de Literatura (1953) y uno de los más brillantes oradores del siglo XX, pronunció aquella célebre frase: “Éste no es el fin de la guerra, ni siquiera es el principio del fin, pero es, tal vez, el fin del principio”.
Desde el retorno de la democracia en Argentina en 1983 no se habían verificado, como ha sucedido a partir del gobierno de Néstor Kirchner en 2003, el autoritarismo, la prepotencia y la soberbia que caracterizaron al fundador del partido peronista en su segundo gobierno y que provocaron su derrocamiento a través de un levantamiento cívico-militar en 1955.
Más de medio siglo después, ciertos seguidores de Perón se encuentran empeñados en volver al pasado, lucha de clases incluida, no solamente con discursos sino también con acciones tendientes a cercenar las libertades civiles y a enfrentar a la ciudadanía en falsas antinomias de ciudad-campo, ricos-pobres, patrones-obreros, peronistas-no peronistas.
En aquel momento se comenzó atacando a la “oligarquía vacuna” y luego les tocó el turno a las diversas instituciones que componen una sociedad: escuela, fuerzas armadas, iglesia. El advenimiento del matrimonio Kirchner al sillón de Rivadavia en una insólita sucesión conyugal nunca antes vista en Argentina, trajo de regreso los mismos ataques, aunque en orden inverso. Aparentemente, olvidaron estos dirigentes de hoy que ese error que pagó aquel dirigente con su salida del gobierno y su expulsión del país y que condujo a la cruenta y aún no resuelta división de la ciudadanía argentina, se paga de la misma forma.
Mientras su marido –al igual que ella en su momento- contempla “arrobado” la performance de su mujer, Cristina Fernández “festejó” sus primeros cien días de gestión encerrada en su burbuja de oro, desentendida absolutamente de la realidad del país y de su cotidianeidad que le son completamente ajenas, direccionando su escaso accionar político hacia el pasado, con una evidente carga de resentimiento y odio expresados directamente a través de sus punteros políticos y de los cabecillas de sus fuerzas de choque, y apoyada, como en el acto en Parque Norte, por los ruidos y los bombos de una temible “claque” de funcionarios obsecuentes y marginales diversos, atrapados en las dádivas de una demagogia que ya lleva más de cuatro años saqueando las arcas del país.
Después de su segundo discurso, que salvo por la expresión “les pido humildemente”, no tuvo nada de conciliador, lo que quedó en claro es que desde 1853 hasta la fecha Argentina no ha sabido engendrar una clase dirigente honesta, responsable y capaz, consciente de la ubicación del país en el concierto económico mundial y preocupada en el diseño de políticas de largo plazo que trasciendan las coyunturas de gestión y apunten a generar bienestar para toda la población.
Sin nada más que ofrecer que su reticencia a reconocer sus errores, la presidente “de todos los argentinos” –antes “primera ciudadana”- repetirá esta semana sus habituales puestas en escena, vestida y enjoyada como “señora paqueta”. Para eso, arriará al corral favorito de los presidentes argentinos –la Plaza de Mayo- a un peligroso rebaño no pensante que seguirá sus diatribas al ritmo de los bombos y las amenazas para los que no piensan igual, y dejará que la masa de obsecuentes, ignorantes y violentos le prodiguen, con su estruendosa e incondicional algarabía, los “mimos” que parecen elevar su alicaída autoestima.
Si la batalla de El Alamein significó para la Segunda Guerra Mundial "el fin del principio", según los estrategas de aquel momento, el feroz ataque al campo y a su sacrificada gente, que con su silenciosa y fecunda labor cotidiana han estado subvencionando no solamente a los desempleados genuinos sino -muy especialmente- al enorme número de vagos que ha generado este gobierno con sus desacertadas políticas (planes "Trabajar"), puede significar el fin del principio de la gestión 'doble K'.
La República entera se encuentra expectante. En la presidenta y sus acólitos se encuentra la decisión, fruto de la inteligencia y la voluntad, que puede cambiar el rumbo de la angustiante situación presente.
4 mar 2008
Archipiélago GULag
En 1973, al caer el manuscrito en manos del Estado comunista, Alexandr Soljenitsin, intelectual ruso que había vivido en carne propia los horrores del comunismo, se vio obligado a publicar un libro que hizo historia en Occidente: Archipiélago GULag. Al comienzo del libro el autor advierte: “En este libro no hay personajes ni hechos imaginarios. Las gentes y los lugares aparecen con sus propios nombres. Cuando se emplean iniciales, ello obedece únicamente a razones de índole personal. Y cuando falta algún nombre, se debe a un fallo de la memoria humana, aunque todo ocurrió tal como se describe aquí”.
Las atrocidades narradas por Soljenitsin en las cárceles rusas, donde él mismo estuvo preso más de 10 años por oponerse al pensamiento único y al cercenamiento de las libertades civiles, son dignas de la más espeluznante película de terror y nos hacen preguntarnos hasta qué punto puede llegar el ser humano en su crueldad contra otros por no doblegarse a sus caprichos.
El nombre escogido por el escritor ruso es explicado en las primeras páginas: el archipiélago se refiere a los innumerables “islotes” o cárceles levantadas por el gobierno para encerrar a los disidentes; GULAG es la abreviatura -obviamente en idioma ruso- de “Dirección General de Campos de Concentración”. A los islotes carcelarios se llegaba a través de los terroríficos arrestos, generalmente nocturnos e individuales; luego mediante la persecución ideológica y las vejaciones dentro de la cárcel se tendía a lograr la insania o la muerte por suicidio de los presos, cuando éstos no eran muertos por otros medios por sus guardiacárceles.
Aunque el libro centra su atención en las administraciones de Lenin y Stalin (1918-1956), al momento de publicarse, casi 20 años después, no había perdido vigencia, ya que la virulencia del comunismo ruso permanecía prácticamente intacta. Curiosamente, en 1974 se cumplían en Cuba quince años de la “importación” del sistema ruso y en nuestro continente se encontraba en pleno auge la “onda izquierda”. Sin embargo, quince años después Occidente asistió al desplome del sistema comunista, cuando en 1989 cayó por fin el muro de Berlín y la Unión Soviética se hizo añicos, como un cristal al golpear una superficie sólida.
Desde el regreso de la democracia, y como revancha a tantos años de gobiernos “derechosos”, el pensamiento “izquierdoso” se apoderó del país y el péndulo se desbocó hacia el lado contrario. Allí comenzó una feroz persecución a cualquier ciudadano, en especial uniformado, que pudiera ser acusado de haber sido actor o colaborador de gobiernos pasados, y por lo tanto culpables de todos los males del país. Y mientras el mundo va hacia delante, los gobernantes argentinos, con la excusa de los derechos humanos, ha dado un giro de 180 grados hacia el pasado.
Poco a poco la persecución va retrocediendo en el tiempo. Ya se apoderaron de quienes andaban cerca de Trelew en 1972, (aquellos verdugos de muy mala puntería que dejaron sobrevivientes cuando fusilaron), y últimamente están a la caza de algún sobreviviente del 55. Si no los hay, no importa. Habrá hijos y nietos de aquellos que puedan representar la saciedad de un odio increíblemente grande. La portación de apellido es suficiente causal para detenerlos y recluirlos en forma infrahumana bajo un régimen brutal que no se aplica ni siquiera a violadores, no de derechos humanos sino de mujeres, que parecen no ser humanas.
La cárcel de Marcos Paz, la isla mayor del GULag telúrico, donde se pudren por igual delincuentes comunes con opositores al régimen K, viola escandalosamente el art. 18 de la Constitución Nacional, que dice textualmente: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que lo autorice”.
Además de lo referido a las cárceles en sí, el art. 18 en su primera parte sostiene que “ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”. Como se ve, los presos K, encerrados por disentir con el kirchnerato, como es el caso de Luis Patti entre muchos otros, sufren una espantosa discriminación, prohibida por el art. 16 CN.
Desde que comenzara el reinado de la dinastía K, la persecución a los disidentes ha sido notoria y sin cuartel: militares, policías, políticos, periodistas, intelectuales y cualquier ciudadano que se oponga al régimen puede llegar a engrosar la población del GULag K. A pesar de que nuestra Carta Magna hace responsables a los jueces por los padecimientos de los presos, ni éstos ni los políticos que ordenan su encarcelamiento ni los acusadores que provocan los arrestos, son cuestionados por la ciudadanía, que asiste impávida -y las nuevas generaciones casi extasiadas- a los permanentes atropellos a la dignidad humana realizados por los defensores de los “derechos humanos”.
Probablemente, el hoy anciano escritor ruso nunca imaginó que en el siglo XXI, en el cono sur de América, iba a repetirse aquel GULAG de su pasado, ya no en forma de archipiélago sino de isla única, destinada a fogonear el maltrato y saciar el odio de algunos argentinos que siguen viviendo en la violencia ideológica y social de hace 40 años y que -por momentos- pareciera proyectarse indefinidamente en el futuro de la Nación.
En 1973, al caer el manuscrito en manos del Estado comunista, Alexandr Soljenitsin, intelectual ruso que había vivido en carne propia los horrores del comunismo, se vio obligado a publicar un libro que hizo historia en Occidente: Archipiélago GULag. Al comienzo del libro el autor advierte: “En este libro no hay personajes ni hechos imaginarios. Las gentes y los lugares aparecen con sus propios nombres. Cuando se emplean iniciales, ello obedece únicamente a razones de índole personal. Y cuando falta algún nombre, se debe a un fallo de la memoria humana, aunque todo ocurrió tal como se describe aquí”.
Las atrocidades narradas por Soljenitsin en las cárceles rusas, donde él mismo estuvo preso más de 10 años por oponerse al pensamiento único y al cercenamiento de las libertades civiles, son dignas de la más espeluznante película de terror y nos hacen preguntarnos hasta qué punto puede llegar el ser humano en su crueldad contra otros por no doblegarse a sus caprichos.
El nombre escogido por el escritor ruso es explicado en las primeras páginas: el archipiélago se refiere a los innumerables “islotes” o cárceles levantadas por el gobierno para encerrar a los disidentes; GULAG es la abreviatura -obviamente en idioma ruso- de “Dirección General de Campos de Concentración”. A los islotes carcelarios se llegaba a través de los terroríficos arrestos, generalmente nocturnos e individuales; luego mediante la persecución ideológica y las vejaciones dentro de la cárcel se tendía a lograr la insania o la muerte por suicidio de los presos, cuando éstos no eran muertos por otros medios por sus guardiacárceles.
Aunque el libro centra su atención en las administraciones de Lenin y Stalin (1918-1956), al momento de publicarse, casi 20 años después, no había perdido vigencia, ya que la virulencia del comunismo ruso permanecía prácticamente intacta. Curiosamente, en 1974 se cumplían en Cuba quince años de la “importación” del sistema ruso y en nuestro continente se encontraba en pleno auge la “onda izquierda”. Sin embargo, quince años después Occidente asistió al desplome del sistema comunista, cuando en 1989 cayó por fin el muro de Berlín y la Unión Soviética se hizo añicos, como un cristal al golpear una superficie sólida.
Desde el regreso de la democracia, y como revancha a tantos años de gobiernos “derechosos”, el pensamiento “izquierdoso” se apoderó del país y el péndulo se desbocó hacia el lado contrario. Allí comenzó una feroz persecución a cualquier ciudadano, en especial uniformado, que pudiera ser acusado de haber sido actor o colaborador de gobiernos pasados, y por lo tanto culpables de todos los males del país. Y mientras el mundo va hacia delante, los gobernantes argentinos, con la excusa de los derechos humanos, ha dado un giro de 180 grados hacia el pasado.
Poco a poco la persecución va retrocediendo en el tiempo. Ya se apoderaron de quienes andaban cerca de Trelew en 1972, (aquellos verdugos de muy mala puntería que dejaron sobrevivientes cuando fusilaron), y últimamente están a la caza de algún sobreviviente del 55. Si no los hay, no importa. Habrá hijos y nietos de aquellos que puedan representar la saciedad de un odio increíblemente grande. La portación de apellido es suficiente causal para detenerlos y recluirlos en forma infrahumana bajo un régimen brutal que no se aplica ni siquiera a violadores, no de derechos humanos sino de mujeres, que parecen no ser humanas.
La cárcel de Marcos Paz, la isla mayor del GULag telúrico, donde se pudren por igual delincuentes comunes con opositores al régimen K, viola escandalosamente el art. 18 de la Constitución Nacional, que dice textualmente: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que lo autorice”.
Además de lo referido a las cárceles en sí, el art. 18 en su primera parte sostiene que “ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”. Como se ve, los presos K, encerrados por disentir con el kirchnerato, como es el caso de Luis Patti entre muchos otros, sufren una espantosa discriminación, prohibida por el art. 16 CN.
Desde que comenzara el reinado de la dinastía K, la persecución a los disidentes ha sido notoria y sin cuartel: militares, policías, políticos, periodistas, intelectuales y cualquier ciudadano que se oponga al régimen puede llegar a engrosar la población del GULag K. A pesar de que nuestra Carta Magna hace responsables a los jueces por los padecimientos de los presos, ni éstos ni los políticos que ordenan su encarcelamiento ni los acusadores que provocan los arrestos, son cuestionados por la ciudadanía, que asiste impávida -y las nuevas generaciones casi extasiadas- a los permanentes atropellos a la dignidad humana realizados por los defensores de los “derechos humanos”.
Probablemente, el hoy anciano escritor ruso nunca imaginó que en el siglo XXI, en el cono sur de América, iba a repetirse aquel GULAG de su pasado, ya no en forma de archipiélago sino de isla única, destinada a fogonear el maltrato y saciar el odio de algunos argentinos que siguen viviendo en la violencia ideológica y social de hace 40 años y que -por momentos- pareciera proyectarse indefinidamente en el futuro de la Nación.
3 mar 2008
EVITA, ISABELITA Y CRISTINA
Las tres mujeres que saltaron a los primeros planos políticos del país, fueron impulsadas y sostenidas por sus maridos. Evita era una incondicional de su marido, tenía personalidad política propia, un fuerte resentimiento por haber tenido una vida sufrida, enfrentó a la sociedad tradicional con los pobres y se convirtió en la abanderada de los humildes, abusó del poder y violentó el orden social.
Isabelita era una acompañante de su marido, sin interés político ni capacidad para desempeñarse como Presidenta. Lo reconoció diciendo que “Dios lo dispuso”. Dejó al país en una guerra interna.
Cristina no parece ser tan incondicional, carece de personalidad política, tiene sus personales intereses, sus discursos de barricada dicen, se contradicen y solo los escuchan los que están obligados; políticamente es intrascendente. El resultado de su gestión no se vislumbra como positivo. Los maridos las proyectaron porque así se aseguraban seguir manteniéndose en el poder y porque no confiaban en ninguno de sus compañeros políticos. La elección de las esposas fue una orden del jefe a sus subordinados, sin discusión ni evaluación de la idoneidad requerida por la Constitución. Es un sistema que impide la democracia.
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
Las tres mujeres que saltaron a los primeros planos políticos del país, fueron impulsadas y sostenidas por sus maridos. Evita era una incondicional de su marido, tenía personalidad política propia, un fuerte resentimiento por haber tenido una vida sufrida, enfrentó a la sociedad tradicional con los pobres y se convirtió en la abanderada de los humildes, abusó del poder y violentó el orden social.
Isabelita era una acompañante de su marido, sin interés político ni capacidad para desempeñarse como Presidenta. Lo reconoció diciendo que “Dios lo dispuso”. Dejó al país en una guerra interna.
Cristina no parece ser tan incondicional, carece de personalidad política, tiene sus personales intereses, sus discursos de barricada dicen, se contradicen y solo los escuchan los que están obligados; políticamente es intrascendente. El resultado de su gestión no se vislumbra como positivo. Los maridos las proyectaron porque así se aseguraban seguir manteniéndose en el poder y porque no confiaban en ninguno de sus compañeros políticos. La elección de las esposas fue una orden del jefe a sus subordinados, sin discusión ni evaluación de la idoneidad requerida por la Constitución. Es un sistema que impide la democracia.
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
19 feb 2008
Mirando hacia atrás con ira
En 1956, John Osborne, dramaturgo inglés, publicó la obra Look back in anger, traducida como “Mirando hacia atrás con ira”, que fue un éxito rotundo en los escenarios londinenses, dando lugar posteriormente a una película con el mismo nombre.
Aunque el argumento de la obra teatral gira en torno a la rebelión social a través de un joven inconformista que no encuentra su lugar en el mundo, el título bien puede servir para describir la política de derechos humanos instaurada por los Kichner a partir de 2003, que se basa lisa y llanamente en la desmilitarización de la Nación y que vemos agudizar día a día, mientras aumenta la ira, cargada de odio, hacia el pasado.
Para su desgracia, sin embargo, días atrás la presidente recibió en su despacho al dictador de un país africano, invitado a negociar hidrocarburos por la cancillería argentina. Aparentemente, Cristina se enteró tarde del currículum vitae del guineano y tuvo que hacer de anfitriona a la fuerza (por suerte no había barrera idiomática, ya que Guinea Ecuatorial ha sido hasta 1968 colonia española y el dictador hablaba en perfecto castellano), aunque luego descargó su furia en el canciller Taiana. Calculamos que este último personaje, autor conocido de dos asesinatos con bomba en un bar porteño, no se habrá inmutado por las 91 muertes, cientos de presos políticos opositores al régimen e infinidad de atropellos a las libertades civiles que se le endilgan al invitado africano.
Seguramente, para resarcirse de semejante traspié, la gobernanta reforzará la caza de militares acusados de “algo”, con el fin de llegar al 24 de marzo -cuando falta poco más de un mes- con algún número importante de uniformados detrás de los barrotes, como para justificar que se la conozca en el mundo por su política de “derechos humanos”. De todas formas, el recibimiento que diera a Lino Oviedo, el militar paraguayo golpista, tampoco suma puntos en ese sentido, aunque haya sido impuesto por los Estados Unidos a cambio del plácet para Timerman.
Lo que sí llama la atención es que la Sra. Fernández se horrorice por los “presos sin juicio ni condena” que mantiene el dictador Obiang, cuando en las cárceles argentinas decenas de militares esperan en condiciones casi infrahumanas que se les comuniquen los cargos por los cuales se los mantiene en prisión, ya que algunos de ellos llevan a la fecha varios años en esa situación. Y si de mirar para atrás se trata, con furia y deseos de revancha, desde el denominado “Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983) se retrocedió primero a 1975, luego a 1974 y ahora a 1972 y la llamada “masacre de Trelew” como excusa para perseguir a quienes defendieron al país de la delincuencia subversiva.
Parece que si no se llega a un número de militares presos que satisfaga a las señoras que gobiernan detrás de la presidente (una que hace sus necesidades fisiológicas detrás del altar mayor de la catedral metropolitana y otra que tal vez lo haga detrás del sillón presidencial), se seguirá manejando el país a través del espejo retrovisor y así llegaremos sucesivamente a los gobiernos de Onganía, Rawson, Justo, Uriburu, Roca y un largo etcétera (hasta Colón) que conducirá a las cárceles del país a cualquier descendiente directo o indirecto de quienes sirvieron a las armas de la patria y que serán espulgados cuidadosamente a fin de lograr acusar a cualquier antecesor de haber violado los “derechos humanos” de algún compatriota.
La iracundia retroactiva de la dirigencia actual también tiene otros matices absurdos: los militares que dan nombre a algunas calles han perdido su “grado” post mortem y así por ejemplo, en Córdoba, en lugar de “Avenida Tte. Gral. Pablo Ricchieri” (el militar que organizó en la práctica al ejército nacional durante gobierno de otro militar, Julio Argentino Roca) encontramos que la citada arteria se denomina ahora simplemente “Av. Pablo Ricchieri”, o nuestra base antártica Marambio a la cual le ha sido quitado el grado de vicecomodoro. De la misma manera, en los últimos días han sido pasados a retiro todos aquellos militares cuyos ascendientes hubieran participado en algún gobierno militar de las últimas décadas, como lo denunciara recientemente el Lic. Pedro Mercado en una carta publicada por un matutino porteño. Pretende la dirigencia cambiar la historia argentina “desmilitarizando” a la sociedad, sobre todo a las generaciones futuras, con una inquina y un rencor pocas veces vistos en la historia nacional.
Por eso sería lógico y coherente (ley pareja no es rigurosa) que la dirigencia política se abocara inmediatamente a eliminar de toda la Argentina, sin excepción, el nombre de Juan Domingo Perón, militar que participó en el golpe contra Yrigoyen en 1930 y luego contra Ramón Castillo en 1943, borrando su auto-otorgado grado de teniente general de cualquier calle, institución, accidente geográfico u oficina pública. Asimismo, debería hacerse lo propio con el de su cónyuge Eva Duarte de Perón (en todas sus formas: Evita, Eva Perón, etc.), sencillamente por ser esposa de militar, y por el agravante de haber sido uno de los militares que más daño ha hecho al país con la instalación de la política de la dádiva en oposición al trabajo, de la vagancia en lugar de la cultura (”alpargatas sí, libros no”), del odio entre clases sociales y de la delincuencia subversiva, pesada y cruel herencia que trajo como consecuencia a los gobernantes de hoy y sus resentidas persecuciones retroactivas.
En 1956, John Osborne, dramaturgo inglés, publicó la obra Look back in anger, traducida como “Mirando hacia atrás con ira”, que fue un éxito rotundo en los escenarios londinenses, dando lugar posteriormente a una película con el mismo nombre.
Aunque el argumento de la obra teatral gira en torno a la rebelión social a través de un joven inconformista que no encuentra su lugar en el mundo, el título bien puede servir para describir la política de derechos humanos instaurada por los Kichner a partir de 2003, que se basa lisa y llanamente en la desmilitarización de la Nación y que vemos agudizar día a día, mientras aumenta la ira, cargada de odio, hacia el pasado.
Para su desgracia, sin embargo, días atrás la presidente recibió en su despacho al dictador de un país africano, invitado a negociar hidrocarburos por la cancillería argentina. Aparentemente, Cristina se enteró tarde del currículum vitae del guineano y tuvo que hacer de anfitriona a la fuerza (por suerte no había barrera idiomática, ya que Guinea Ecuatorial ha sido hasta 1968 colonia española y el dictador hablaba en perfecto castellano), aunque luego descargó su furia en el canciller Taiana. Calculamos que este último personaje, autor conocido de dos asesinatos con bomba en un bar porteño, no se habrá inmutado por las 91 muertes, cientos de presos políticos opositores al régimen e infinidad de atropellos a las libertades civiles que se le endilgan al invitado africano.
Seguramente, para resarcirse de semejante traspié, la gobernanta reforzará la caza de militares acusados de “algo”, con el fin de llegar al 24 de marzo -cuando falta poco más de un mes- con algún número importante de uniformados detrás de los barrotes, como para justificar que se la conozca en el mundo por su política de “derechos humanos”. De todas formas, el recibimiento que diera a Lino Oviedo, el militar paraguayo golpista, tampoco suma puntos en ese sentido, aunque haya sido impuesto por los Estados Unidos a cambio del plácet para Timerman.
Lo que sí llama la atención es que la Sra. Fernández se horrorice por los “presos sin juicio ni condena” que mantiene el dictador Obiang, cuando en las cárceles argentinas decenas de militares esperan en condiciones casi infrahumanas que se les comuniquen los cargos por los cuales se los mantiene en prisión, ya que algunos de ellos llevan a la fecha varios años en esa situación. Y si de mirar para atrás se trata, con furia y deseos de revancha, desde el denominado “Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983) se retrocedió primero a 1975, luego a 1974 y ahora a 1972 y la llamada “masacre de Trelew” como excusa para perseguir a quienes defendieron al país de la delincuencia subversiva.
Parece que si no se llega a un número de militares presos que satisfaga a las señoras que gobiernan detrás de la presidente (una que hace sus necesidades fisiológicas detrás del altar mayor de la catedral metropolitana y otra que tal vez lo haga detrás del sillón presidencial), se seguirá manejando el país a través del espejo retrovisor y así llegaremos sucesivamente a los gobiernos de Onganía, Rawson, Justo, Uriburu, Roca y un largo etcétera (hasta Colón) que conducirá a las cárceles del país a cualquier descendiente directo o indirecto de quienes sirvieron a las armas de la patria y que serán espulgados cuidadosamente a fin de lograr acusar a cualquier antecesor de haber violado los “derechos humanos” de algún compatriota.
La iracundia retroactiva de la dirigencia actual también tiene otros matices absurdos: los militares que dan nombre a algunas calles han perdido su “grado” post mortem y así por ejemplo, en Córdoba, en lugar de “Avenida Tte. Gral. Pablo Ricchieri” (el militar que organizó en la práctica al ejército nacional durante gobierno de otro militar, Julio Argentino Roca) encontramos que la citada arteria se denomina ahora simplemente “Av. Pablo Ricchieri”, o nuestra base antártica Marambio a la cual le ha sido quitado el grado de vicecomodoro. De la misma manera, en los últimos días han sido pasados a retiro todos aquellos militares cuyos ascendientes hubieran participado en algún gobierno militar de las últimas décadas, como lo denunciara recientemente el Lic. Pedro Mercado en una carta publicada por un matutino porteño. Pretende la dirigencia cambiar la historia argentina “desmilitarizando” a la sociedad, sobre todo a las generaciones futuras, con una inquina y un rencor pocas veces vistos en la historia nacional.
Por eso sería lógico y coherente (ley pareja no es rigurosa) que la dirigencia política se abocara inmediatamente a eliminar de toda la Argentina, sin excepción, el nombre de Juan Domingo Perón, militar que participó en el golpe contra Yrigoyen en 1930 y luego contra Ramón Castillo en 1943, borrando su auto-otorgado grado de teniente general de cualquier calle, institución, accidente geográfico u oficina pública. Asimismo, debería hacerse lo propio con el de su cónyuge Eva Duarte de Perón (en todas sus formas: Evita, Eva Perón, etc.), sencillamente por ser esposa de militar, y por el agravante de haber sido uno de los militares que más daño ha hecho al país con la instalación de la política de la dádiva en oposición al trabajo, de la vagancia en lugar de la cultura (”alpargatas sí, libros no”), del odio entre clases sociales y de la delincuencia subversiva, pesada y cruel herencia que trajo como consecuencia a los gobernantes de hoy y sus resentidas persecuciones retroactivas.
12 feb 2008
El guardarropa presidencial
Todos los viernes, Bárbara Mihura, columnista de un matutino porteño, pasa revista a los modelitos usados por Cristina Fernández durante la semana, incluyendo maquillaje, peinado y calzado, mientras destaca aciertos y desaciertos para disfrute del público femenino. “Se nota que se preocupa mucho por su apariencia, es detallista”, afirma el diseñador Benito Fernández (¿otro pariente?), quien fue el último consultado por Mihura para dar su opinión después de una semana de desfile permanente en la pasarela de la Rosada, donde muchas veces son dos y algunas veces hasta tres arreglos diferentes por día. “No está mal repetir looks, porque hacerlo le otorga impronta y personalidad a la apariencia, como en el caso de Jackie Kennedy. (…) Si tuviera que definir su look, más allá de que guste o no, diría que es contundente”, remata el modisto.
La cuestión no pasaría de ser banal, sino fuera que la “analizada” es nada menos que la presidente de la Nación. La señora del atril, al revés que el “descuidado adrede” de su marido, pone excesivo celo y grandes dosis de frivolidad en su vestimenta, tanto que uno se pregunta cuánto tiempo le llevará diariamente vestirse, peinarse y enjoyarse y cuántas personas tendrá en su entorno para ocuparse de las nimiedades de su atuendo. Desde que tuvo la certeza de que ganaría las elecciones (garantizada por una “pequeña” ayuda financiera de algún presidente sudamericano amigo) la reina Cristina se dedicó a “instalarse” internacionalmente, para lo cual movilizó no solamente el avión presidencial y una comitiva de técnicos en comunicación, sino también y muy especialmente al séquito que se ocupaba de su aspecto personal.
Es obvio que la señora de Kichner quiere dejar para la posteridad, como los antiguos faraones egipcios, un legado que la recuerde: su “estilo” personal de vestir. Para ello, se ha preocupado con especial esmero en resaltar todo lo que tenga que ver con su “género”: autodenominarse “presidenta”, elegir edecanas, y dar un giro copernicano desde su anterior look de senadora combativa, “feminizando” su aspecto con el uso de faldas y zapatos de taco alto, entre otras cosas.
Querer compararse con otras figuras históricas de la política, que sí dejaron su impronta personal en el vestir por sus dones innatos, parece un poco arriesgado. Jacqueline Kennedy nunca fue presidente de su país, como tampoco lo fue la princesa de Mónaco, Grace Kelly. Ambas mujeres, sin embargo, tenían en común una belleza natural y un estilo propios asentados en una distinción que provenía de largos años de educación y “roce” con los círculos de la alta sociedad cosmopolita, tanto americana como europea. Su enorme exposición pública, a lo que se añade el protocolo que debían seguir para acompañar a sus respectivos maridos, explicaba sus desvelos en el tema guardarropa, que en ellas sí tenía sentido, como lo tiene en los consortes de reyes y reinas en diversas partes del mundo, en empresarias de alto vuelo y en algunas figuras del espectáculo.
Por el contrario, las mujeres que han ocupado, y ocupan, posiciones de liderazgo político -presidentes, primeras ministros, secretarias de estado, etc.- en los gobiernos de sus países, han optado por privilegiar otros aspectos de su personalidad que no restaran horas ni las distrajeran de su ocupación de tiempo completo: las necesidades de sus respectivos pueblos o la política interna y externa, asuntos a los que deben abocarse cotidianamente aunque no luzcan como las estrellas de Hollywood. En este grupo de mujeres sensatas, que no pierden la mitad del día frente al espejo, se puede citar en este momento a la secretaria de estado norteamericano Condoleeza Rice, a las presidentes de Chile y Alemania, Michelle Bachelet y Angela Merkel, a la ex candidata a la presidencia de Francia, Segolene Royal, y a la actual candidata a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton. Atractivas y elegantes, pero sobrias y ubicadas respecto de su rol en la sociedad.
Tal vez la clave radique en que estas mujeres, como ya lo hemos comentado en otro artículo, tienen como preocupación fundamental el bienestar de otros, sus gobernados, y su capacitación en diversos campos de la ciencia y la técnica, como así también el tiempo insumido en la práctica de sus respectivas profesiones antes de acceder al poder, han dejado en ellas la huella de la “ubicación”. La segunda característica que comparten estas brillantes mujeres políticas es que ninguna de ellas se asume como poseedora de sangre azul ni admitiría por un segundo que la llamaran con algún título nobiliario, sino que tienen plena conciencia de que “el hábito no hace al monje” (es posible gobernar aunque no se tenga “glamour”) y que cuando un político dedica demasiado tiempo a su cuidado personal y a su guardarropa, pone en duda su capacidad de liderazgo y sus reales preocupaciones por el bienestar de sus gobernados. Sobre todo si un porcentaje de esos gobernados son compatriotas que padecen denutrición, o que observan el cambio de tres pares de zapatos en un mismo día de su presidente, mientras ellos no tienen un mísero par de alpargatas con el cual calzarse.
En resumen, consideramos que es preferible un político honesto, un gobernante preocupado y capaz, una persona sensible y comprometida con el bienestar de su pueblo, a uno cuyo único logro visible es el “glamour” debido al botox y la acertada combinación de maquillaje, vestido y calzado, y que, según denuncia un semanario de tirada nacional, no llega nunca a la Casa Rosada antes de las 16 horas.
Todos los viernes, Bárbara Mihura, columnista de un matutino porteño, pasa revista a los modelitos usados por Cristina Fernández durante la semana, incluyendo maquillaje, peinado y calzado, mientras destaca aciertos y desaciertos para disfrute del público femenino. “Se nota que se preocupa mucho por su apariencia, es detallista”, afirma el diseñador Benito Fernández (¿otro pariente?), quien fue el último consultado por Mihura para dar su opinión después de una semana de desfile permanente en la pasarela de la Rosada, donde muchas veces son dos y algunas veces hasta tres arreglos diferentes por día. “No está mal repetir looks, porque hacerlo le otorga impronta y personalidad a la apariencia, como en el caso de Jackie Kennedy. (…) Si tuviera que definir su look, más allá de que guste o no, diría que es contundente”, remata el modisto.
La cuestión no pasaría de ser banal, sino fuera que la “analizada” es nada menos que la presidente de la Nación. La señora del atril, al revés que el “descuidado adrede” de su marido, pone excesivo celo y grandes dosis de frivolidad en su vestimenta, tanto que uno se pregunta cuánto tiempo le llevará diariamente vestirse, peinarse y enjoyarse y cuántas personas tendrá en su entorno para ocuparse de las nimiedades de su atuendo. Desde que tuvo la certeza de que ganaría las elecciones (garantizada por una “pequeña” ayuda financiera de algún presidente sudamericano amigo) la reina Cristina se dedicó a “instalarse” internacionalmente, para lo cual movilizó no solamente el avión presidencial y una comitiva de técnicos en comunicación, sino también y muy especialmente al séquito que se ocupaba de su aspecto personal.
Es obvio que la señora de Kichner quiere dejar para la posteridad, como los antiguos faraones egipcios, un legado que la recuerde: su “estilo” personal de vestir. Para ello, se ha preocupado con especial esmero en resaltar todo lo que tenga que ver con su “género”: autodenominarse “presidenta”, elegir edecanas, y dar un giro copernicano desde su anterior look de senadora combativa, “feminizando” su aspecto con el uso de faldas y zapatos de taco alto, entre otras cosas.
Querer compararse con otras figuras históricas de la política, que sí dejaron su impronta personal en el vestir por sus dones innatos, parece un poco arriesgado. Jacqueline Kennedy nunca fue presidente de su país, como tampoco lo fue la princesa de Mónaco, Grace Kelly. Ambas mujeres, sin embargo, tenían en común una belleza natural y un estilo propios asentados en una distinción que provenía de largos años de educación y “roce” con los círculos de la alta sociedad cosmopolita, tanto americana como europea. Su enorme exposición pública, a lo que se añade el protocolo que debían seguir para acompañar a sus respectivos maridos, explicaba sus desvelos en el tema guardarropa, que en ellas sí tenía sentido, como lo tiene en los consortes de reyes y reinas en diversas partes del mundo, en empresarias de alto vuelo y en algunas figuras del espectáculo.
Por el contrario, las mujeres que han ocupado, y ocupan, posiciones de liderazgo político -presidentes, primeras ministros, secretarias de estado, etc.- en los gobiernos de sus países, han optado por privilegiar otros aspectos de su personalidad que no restaran horas ni las distrajeran de su ocupación de tiempo completo: las necesidades de sus respectivos pueblos o la política interna y externa, asuntos a los que deben abocarse cotidianamente aunque no luzcan como las estrellas de Hollywood. En este grupo de mujeres sensatas, que no pierden la mitad del día frente al espejo, se puede citar en este momento a la secretaria de estado norteamericano Condoleeza Rice, a las presidentes de Chile y Alemania, Michelle Bachelet y Angela Merkel, a la ex candidata a la presidencia de Francia, Segolene Royal, y a la actual candidata a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton. Atractivas y elegantes, pero sobrias y ubicadas respecto de su rol en la sociedad.
Tal vez la clave radique en que estas mujeres, como ya lo hemos comentado en otro artículo, tienen como preocupación fundamental el bienestar de otros, sus gobernados, y su capacitación en diversos campos de la ciencia y la técnica, como así también el tiempo insumido en la práctica de sus respectivas profesiones antes de acceder al poder, han dejado en ellas la huella de la “ubicación”. La segunda característica que comparten estas brillantes mujeres políticas es que ninguna de ellas se asume como poseedora de sangre azul ni admitiría por un segundo que la llamaran con algún título nobiliario, sino que tienen plena conciencia de que “el hábito no hace al monje” (es posible gobernar aunque no se tenga “glamour”) y que cuando un político dedica demasiado tiempo a su cuidado personal y a su guardarropa, pone en duda su capacidad de liderazgo y sus reales preocupaciones por el bienestar de sus gobernados. Sobre todo si un porcentaje de esos gobernados son compatriotas que padecen denutrición, o que observan el cambio de tres pares de zapatos en un mismo día de su presidente, mientras ellos no tienen un mísero par de alpargatas con el cual calzarse.
En resumen, consideramos que es preferible un político honesto, un gobernante preocupado y capaz, una persona sensible y comprometida con el bienestar de su pueblo, a uno cuyo único logro visible es el “glamour” debido al botox y la acertada combinación de maquillaje, vestido y calzado, y que, según denuncia un semanario de tirada nacional, no llega nunca a la Casa Rosada antes de las 16 horas.
5 feb 2008
Sapo diplomático
Nuestro país no se ha caracterizado nunca por tener una buena diplomacia, siendo esto el lamentable resultado de la absoluta carencia de políticas de estado, tanto en materia interior como exterior. Sin importar el signo político del gobernante de turno, siempre se ha tomado al servicio exterior de la Nación como un reducto de amigos, cuando no un modo de premiar a punteros políticos cumplidores.
Dentro de este panorama deplorable ha habido, sin embargo, códigos que se han respetado y observado en el tiempo. Cuando el gobierno nacional pedía plácet para un embajador, era porque toda la estructura diplomática había confirmado la aceptación del candidato. Es decir que -sotto voce- se habían realizado las gestiones previas.
A los papelones -tanto internos como externos- que la dinastía K nos tiene acostumbrados, debemos sumar ahora un “sapo” en materia de servicio exterior, que bien podría repetirse a la brevedad. Sin consultas previas, se resuelve pedir plácet, tan luego al Vaticano, para un nuevo embajador ante la Santa Sede. El “amigo” de turno es el Dr. Alberto Iribarne, ex ministro de justicia de la primera administración K.
Es sabido que el Vaticano no acepta embajadores representantes de países católicos que tengan alguna situación irregular ante sus ojos. El caso del Dr. Iribarne es que es divorciado y ahora convive con otra mujer. Según narra desde Roma la periodista Elizabetta Piqué en el diario La Nación, el estado vaticano no tiene por costumbre rechazar abiertamente al candidato, sino que hace silencio y no contesta, a la espera de que sea cambiado por otro. Este caso no fue una excepción a la regla, pero la “administración Cristina” reaccionó haciendo público su desagrado, algo imperdonable dentro de los vericuetos diplomáticos.
De esta manera el gobierno nacional suma al fracaso de su pedido de plácet para el frustrado embajador Iribarne, el actual disgusto ya manifiesto de la Santa Sede por el estado público que tomó el asunto.
El otro probable “sapo” es el también demorado pedido de plácet para nombrar embajador en EE.UU. al actual cónsul argentino en Nueva York, el sr. Héctor Timerman. La soberbia gobernante en nuestro suelo hace subestimar a la férrea estructura diplomática de los norteamericanos y sus firmísimas políticas de estado. No importa a qué partido le toca el turno gobernar. Si nuestros genios gobernantes creen que los demócratas son amigos de Chávez, las FARC o Hebe de Bonafini, harán un sapo más, sumado a la humillante actitud de nuestra presidente mendigando el plácet para Timerman ante el embajador norteamericano “a cambio” de algunos privielgios para Earl Wayne en las oficinas del gobierno.
Tal vez lo mejor sería dejar que Timerman siguiera de cónsul en New York, oficio que ya le es familiar, y designar al “intachable” Iribarne como embajador en Washington, ya que los norteamericanos no pondrían reparos por su estado civil. A su vez, como el ministro Férnandez afirma que nunca hay que estar mal con el Vaticano, quizás el ciudadano argentino más calificado para ocupar el puesto de embajador en esa plaza sea ex presidente Néstor Kirchner. Al parecer, cumple todos los requisitos y quizás hasta sea un embajador ejemplar que deslumbre a la Santa Sede, no sólo por su ya conocido accionar a favor de la “justicia” y los “derechos humanos”, sino, sobre todo, por su parentela, en particular su “madre putativa” tan afecta a frecuentar la catedral metropolitana aunque no se realice en ella ningún oficio religioso que amerite su presencia.
Nuestro país no se ha caracterizado nunca por tener una buena diplomacia, siendo esto el lamentable resultado de la absoluta carencia de políticas de estado, tanto en materia interior como exterior. Sin importar el signo político del gobernante de turno, siempre se ha tomado al servicio exterior de la Nación como un reducto de amigos, cuando no un modo de premiar a punteros políticos cumplidores.
Dentro de este panorama deplorable ha habido, sin embargo, códigos que se han respetado y observado en el tiempo. Cuando el gobierno nacional pedía plácet para un embajador, era porque toda la estructura diplomática había confirmado la aceptación del candidato. Es decir que -sotto voce- se habían realizado las gestiones previas.
A los papelones -tanto internos como externos- que la dinastía K nos tiene acostumbrados, debemos sumar ahora un “sapo” en materia de servicio exterior, que bien podría repetirse a la brevedad. Sin consultas previas, se resuelve pedir plácet, tan luego al Vaticano, para un nuevo embajador ante la Santa Sede. El “amigo” de turno es el Dr. Alberto Iribarne, ex ministro de justicia de la primera administración K.
Es sabido que el Vaticano no acepta embajadores representantes de países católicos que tengan alguna situación irregular ante sus ojos. El caso del Dr. Iribarne es que es divorciado y ahora convive con otra mujer. Según narra desde Roma la periodista Elizabetta Piqué en el diario La Nación, el estado vaticano no tiene por costumbre rechazar abiertamente al candidato, sino que hace silencio y no contesta, a la espera de que sea cambiado por otro. Este caso no fue una excepción a la regla, pero la “administración Cristina” reaccionó haciendo público su desagrado, algo imperdonable dentro de los vericuetos diplomáticos.
De esta manera el gobierno nacional suma al fracaso de su pedido de plácet para el frustrado embajador Iribarne, el actual disgusto ya manifiesto de la Santa Sede por el estado público que tomó el asunto.
El otro probable “sapo” es el también demorado pedido de plácet para nombrar embajador en EE.UU. al actual cónsul argentino en Nueva York, el sr. Héctor Timerman. La soberbia gobernante en nuestro suelo hace subestimar a la férrea estructura diplomática de los norteamericanos y sus firmísimas políticas de estado. No importa a qué partido le toca el turno gobernar. Si nuestros genios gobernantes creen que los demócratas son amigos de Chávez, las FARC o Hebe de Bonafini, harán un sapo más, sumado a la humillante actitud de nuestra presidente mendigando el plácet para Timerman ante el embajador norteamericano “a cambio” de algunos privielgios para Earl Wayne en las oficinas del gobierno.
Tal vez lo mejor sería dejar que Timerman siguiera de cónsul en New York, oficio que ya le es familiar, y designar al “intachable” Iribarne como embajador en Washington, ya que los norteamericanos no pondrían reparos por su estado civil. A su vez, como el ministro Férnandez afirma que nunca hay que estar mal con el Vaticano, quizás el ciudadano argentino más calificado para ocupar el puesto de embajador en esa plaza sea ex presidente Néstor Kirchner. Al parecer, cumple todos los requisitos y quizás hasta sea un embajador ejemplar que deslumbre a la Santa Sede, no sólo por su ya conocido accionar a favor de la “justicia” y los “derechos humanos”, sino, sobre todo, por su parentela, en particular su “madre putativa” tan afecta a frecuentar la catedral metropolitana aunque no se realice en ella ningún oficio religioso que amerite su presencia.
31 ene 2008
Todo el año es carnaval
Si bien el origen de la palabra “carnaval” tiene distintas versiones, hace referencia al lunes y martes previos al miércoles de ceniza con que comienza la Cuaresma que culminará con la Semana Santa del culto Católico. El carnaval se caracteriza por celebraciones populares o “festejos” opuestos a las restricciones habituales de la religión cristiana, y su propia etimología nos remonta a que la “carne vale”, en contraposición a la abstinencia de este alimento que impone el cristianismo durante esos días.
El carnaval es el tiempo de desenfreno, en el que las personas se disfrazan, cantan, bailan, beben y se permiten todo tipo de excesos. Para el calendario son solamente dos días, a los que se suelen adicionar los fines de semana anterior y posterior.
Con el paso del tiempo, las fiestas de carnaval se extendieron por Occidente y se fue estableciendo una especie de “geografía” en la cual se reforzó la impronta turística de estos festejos, que en definitiva significan importantes ingresos económicos para aquellas regiones que invierten en ellos. Entre los más deslumbrantes se encuentran los de Venecia, Río de Janeiro y Nueva Orleans, en Louisiana, Estados Unidos, donde se lo denomina ‘Mardi Gras’ (martes graso, por el origen francés de ese estado americano).
En Argentina, en la provincia de Corrientes, -muy cercana a Brasil en clima y costumbres- es donde el carnaval había tomado –hace unos 40 años- mayor fuerza, hasta que un accidente carretero segó la vida de algunos integrantes de la comparsa Ará Berá, una de las predilectas de los correntinos.
Así fue que la posta la tomó Gualeguaychú, en Entre Ríos. Esta ciudad, que fuera fundada en 1783 y cuya población actual apenas supera los 76 mil habitantes, está situada a la vera del río homónimo y recostada sobre el río Uruguay. A comienzos del siglo XX la actividad comercial de la ciudad se centraba en diversos molinos cerealeros y en el importante frigorífico Gualeguaychú, que se instaló en la década del 30 reemplazando a los antiguos saladeros. Con la expansión del puerto y el advenimiento del ferrocarril, se produjo un sostenido crecimiento económico que se tradujo en importantes mejoras: construcción de edificios, parques, plazas, instalación de alumbrado público, etc.
En 1976 se inauguró el puente Libertador General San Martín, que une Gualeguaychú en Argentina con Fray Bentos en Uruguay. Se trata de un puente carretero internacional que supera los 5 kilómetros de extensión y que ha significado un importantísimo hito en la comunicación y la unidad con la vecina República Oriental del Uruguay. También debemos destacar que el nacimiento del puente en cuestión no está en Gualeguaychú, sino en Puerto Unzué, a varios kilómetros de aquella.
Si bien la ciudad de Gualeguaychú ya era visitada por el turismo debido a sus playas y tranquilos balnearios, tanto los que están sobre el río del mismo nombre como los que se extienden sobre el río Uruguay, la mejora en las comunicaciones y el puente internacional lo incrementaron notablemente.
Se puede decir entonces que la cuestión de los carnavales es algo relativamente reciente en la vida turística de la ciudad y que su florecimiento se produce a partir de la confluencia de algunos factores: el opacamiento de los carnavales de Corrientes, la decadencia de la agroindustria (molinos y frigorífico) y el progreso en las comunicaciones carreteras, en particular el puente internacional.
En 1997, hace solamente diez años, se inauguró un inmenso corsódromo con capacidad para 30.000 personas y tanto las comparsas (cada una de ellas invierte miles de dólares en vestuario y carrozas) como las puestas en escena se volvieron realmente imponentes, hasta llegar a constituir un espectáculo de envergadura. Puede decirse que en la actualidad la ciudad de Gualeguaychú pasa casi todo el año preparando y “esperando” la llegada del carnaval (que se extiende allí durante todo el período estival), aunque ellos usan incorrectamente el plural al denominarlo “los carnavales”. Así, lejos aún del lunes previo al miércoles de ceniza, la ciudad ribereña ya está en pleno desarrollo de sus carnavales…
Sin embargo, desde hace poco más de un año Gualeguaychú no sólo es noticia por sus “carnavales”, sino también por el perenne carnaval de los cortes del puente que nos une con la hermana república oriental del Uruguay. El motivo es protestar contra la imaginaria contaminación de una industria emplazada en el país del frente, a pesar de que tanto la Corte Internacional de La Haya como todos los estudios serios sobre el medioambiente aseguran que la pastera Botnia cumple con las más exigentes normas internacionales y por lo tanto no contamina, como lo ha demostrado la consultora Green Cross.
A pesar de ello, estos entrerrianos no están dispuestos a aceptar ningún fallo o resultado que se oponga a su voluntad de cortar el puente, ya que de hacerlo volverían a estar a desocupados y sin salario. En este punto hay que hacer una observación. La prensa en general los denomina “ambientalistas”, apelación que hace suponer que los que impiden el paso son sesudos científicos con profundos estudios sobre el medio ambiente. Pero no. Llamando a las cosas por su nombre, estos señores no son más que simples piqueteros que arrasan con el elemental derecho constitucional de todos los argentinos de transitar por nuestro suelo y de entrar y salir de él con entera libertad.
Lo lamentable es que la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú es una ONG hija de la política nacional que la promocionó, y cuyos integrantes, desde el comienzo hasta el presente, son asalariados de la Provincia a través de los subsidios otorgados mensualmente por el gobernador Busti, que oscilan entre $ 20.000 y $ 40.000 y que se destinan a sufragar los innumerables gastos que ocasiona el corte del puente: viáticos, alquiler de colectivos y lanchas, combustibles para ambos, folletería, material documental para TV y un largo etcétera. Hasta les alcanzó para enviar, tiempo atrás, a la cumbre de presidentes en Viena a una aprendiz de vedette que irrumpió ante los mandatarios enfundada en una brevísima bikini.
Es decir que se usan los dineros públicos para financiar a quienes delinquen flagrantemente contra el más básico de los derechos humanos: la libertad. Lo irónico es que son un puñado de argentinos que se arrogan la representatividad de todos los habitantes y actúan en consecuencia negando a otros compatriotas los derechos que a ellos sí les asisten.
El puente entre Puerto Unzué y Fray Bentos no pertenece a la provincia de Entre Ríos sino a la Nación argentina por un lado, y a la Nación uruguaya por el otro. Y mal que les pese a estos piqueteros disfrazados de ambientalistas y de carnaval todo el año, tanto la iniciativa de la obra y su ejecución como la inauguración se deben a gobiernos de facto. Fue Juan Carlos Onganía quien el 16 de junio de 1969 firmó el decreto Nº 3056 encargando la construcción a Ingenieros Consultores Hidrosud Argentina S.A. y Mandatos Tudor Engineering Company, y luego Jorge Rafael Videla, presidente de la Nación, inauguró la obra el 16 de septiembre de 1976, que se denominó por común acuerdo de las partes “puente Libertador General San Martín” en conmemoración al prócer cuya intención fue la de unir a toda Latinoamérica.
Si bien el origen de la palabra “carnaval” tiene distintas versiones, hace referencia al lunes y martes previos al miércoles de ceniza con que comienza la Cuaresma que culminará con la Semana Santa del culto Católico. El carnaval se caracteriza por celebraciones populares o “festejos” opuestos a las restricciones habituales de la religión cristiana, y su propia etimología nos remonta a que la “carne vale”, en contraposición a la abstinencia de este alimento que impone el cristianismo durante esos días.
El carnaval es el tiempo de desenfreno, en el que las personas se disfrazan, cantan, bailan, beben y se permiten todo tipo de excesos. Para el calendario son solamente dos días, a los que se suelen adicionar los fines de semana anterior y posterior.
Con el paso del tiempo, las fiestas de carnaval se extendieron por Occidente y se fue estableciendo una especie de “geografía” en la cual se reforzó la impronta turística de estos festejos, que en definitiva significan importantes ingresos económicos para aquellas regiones que invierten en ellos. Entre los más deslumbrantes se encuentran los de Venecia, Río de Janeiro y Nueva Orleans, en Louisiana, Estados Unidos, donde se lo denomina ‘Mardi Gras’ (martes graso, por el origen francés de ese estado americano).
En Argentina, en la provincia de Corrientes, -muy cercana a Brasil en clima y costumbres- es donde el carnaval había tomado –hace unos 40 años- mayor fuerza, hasta que un accidente carretero segó la vida de algunos integrantes de la comparsa Ará Berá, una de las predilectas de los correntinos.
Así fue que la posta la tomó Gualeguaychú, en Entre Ríos. Esta ciudad, que fuera fundada en 1783 y cuya población actual apenas supera los 76 mil habitantes, está situada a la vera del río homónimo y recostada sobre el río Uruguay. A comienzos del siglo XX la actividad comercial de la ciudad se centraba en diversos molinos cerealeros y en el importante frigorífico Gualeguaychú, que se instaló en la década del 30 reemplazando a los antiguos saladeros. Con la expansión del puerto y el advenimiento del ferrocarril, se produjo un sostenido crecimiento económico que se tradujo en importantes mejoras: construcción de edificios, parques, plazas, instalación de alumbrado público, etc.
En 1976 se inauguró el puente Libertador General San Martín, que une Gualeguaychú en Argentina con Fray Bentos en Uruguay. Se trata de un puente carretero internacional que supera los 5 kilómetros de extensión y que ha significado un importantísimo hito en la comunicación y la unidad con la vecina República Oriental del Uruguay. También debemos destacar que el nacimiento del puente en cuestión no está en Gualeguaychú, sino en Puerto Unzué, a varios kilómetros de aquella.
Si bien la ciudad de Gualeguaychú ya era visitada por el turismo debido a sus playas y tranquilos balnearios, tanto los que están sobre el río del mismo nombre como los que se extienden sobre el río Uruguay, la mejora en las comunicaciones y el puente internacional lo incrementaron notablemente.
Se puede decir entonces que la cuestión de los carnavales es algo relativamente reciente en la vida turística de la ciudad y que su florecimiento se produce a partir de la confluencia de algunos factores: el opacamiento de los carnavales de Corrientes, la decadencia de la agroindustria (molinos y frigorífico) y el progreso en las comunicaciones carreteras, en particular el puente internacional.
En 1997, hace solamente diez años, se inauguró un inmenso corsódromo con capacidad para 30.000 personas y tanto las comparsas (cada una de ellas invierte miles de dólares en vestuario y carrozas) como las puestas en escena se volvieron realmente imponentes, hasta llegar a constituir un espectáculo de envergadura. Puede decirse que en la actualidad la ciudad de Gualeguaychú pasa casi todo el año preparando y “esperando” la llegada del carnaval (que se extiende allí durante todo el período estival), aunque ellos usan incorrectamente el plural al denominarlo “los carnavales”. Así, lejos aún del lunes previo al miércoles de ceniza, la ciudad ribereña ya está en pleno desarrollo de sus carnavales…
Sin embargo, desde hace poco más de un año Gualeguaychú no sólo es noticia por sus “carnavales”, sino también por el perenne carnaval de los cortes del puente que nos une con la hermana república oriental del Uruguay. El motivo es protestar contra la imaginaria contaminación de una industria emplazada en el país del frente, a pesar de que tanto la Corte Internacional de La Haya como todos los estudios serios sobre el medioambiente aseguran que la pastera Botnia cumple con las más exigentes normas internacionales y por lo tanto no contamina, como lo ha demostrado la consultora Green Cross.
A pesar de ello, estos entrerrianos no están dispuestos a aceptar ningún fallo o resultado que se oponga a su voluntad de cortar el puente, ya que de hacerlo volverían a estar a desocupados y sin salario. En este punto hay que hacer una observación. La prensa en general los denomina “ambientalistas”, apelación que hace suponer que los que impiden el paso son sesudos científicos con profundos estudios sobre el medio ambiente. Pero no. Llamando a las cosas por su nombre, estos señores no son más que simples piqueteros que arrasan con el elemental derecho constitucional de todos los argentinos de transitar por nuestro suelo y de entrar y salir de él con entera libertad.
Lo lamentable es que la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú es una ONG hija de la política nacional que la promocionó, y cuyos integrantes, desde el comienzo hasta el presente, son asalariados de la Provincia a través de los subsidios otorgados mensualmente por el gobernador Busti, que oscilan entre $ 20.000 y $ 40.000 y que se destinan a sufragar los innumerables gastos que ocasiona el corte del puente: viáticos, alquiler de colectivos y lanchas, combustibles para ambos, folletería, material documental para TV y un largo etcétera. Hasta les alcanzó para enviar, tiempo atrás, a la cumbre de presidentes en Viena a una aprendiz de vedette que irrumpió ante los mandatarios enfundada en una brevísima bikini.
Es decir que se usan los dineros públicos para financiar a quienes delinquen flagrantemente contra el más básico de los derechos humanos: la libertad. Lo irónico es que son un puñado de argentinos que se arrogan la representatividad de todos los habitantes y actúan en consecuencia negando a otros compatriotas los derechos que a ellos sí les asisten.
El puente entre Puerto Unzué y Fray Bentos no pertenece a la provincia de Entre Ríos sino a la Nación argentina por un lado, y a la Nación uruguaya por el otro. Y mal que les pese a estos piqueteros disfrazados de ambientalistas y de carnaval todo el año, tanto la iniciativa de la obra y su ejecución como la inauguración se deben a gobiernos de facto. Fue Juan Carlos Onganía quien el 16 de junio de 1969 firmó el decreto Nº 3056 encargando la construcción a Ingenieros Consultores Hidrosud Argentina S.A. y Mandatos Tudor Engineering Company, y luego Jorge Rafael Videla, presidente de la Nación, inauguró la obra el 16 de septiembre de 1976, que se denominó por común acuerdo de las partes “puente Libertador General San Martín” en conmemoración al prócer cuya intención fue la de unir a toda Latinoamérica.
1 ene 2008
UNITARISMO O FEDERALISMO
La historia de guerras civiles argentinas, puede esquematizarse como la lucha entre la riqueza del puerto de Buenos Aires y el estancamiento del interior del país. Durante la Colonia, la diferencia no era tan marcada. Se dijo que "la Constitución (1853/60) es todo lo unitaria posible bajo la designación de federal".
Los porteños se consideraban los más capaces para dirigir el país, atavismo arcaico que en el siglo XXI, aún está en algunos cerebros. La riqueza de Buenos Aires se generó con los impuestos centralistas que cobraba la aduana, que los pagaba todo el país, y posteriormente, con el auge de la pampa húmeda. Se organizo la nación con esos parámetros, apareciendo la oligarquía portuaria y unitaria. En la actualidad el unitarismo del sistema impositivo está agravado, y las provincias carecen de recursos para impulsar sus economías y cubrir los requerimientos de educación y sociales.
La disparidad de riqueza produjo la migración de pobladores del interior al conurbano bonaerense, que retroalimenta el desequilibrio político nacional. Restaurar el federalismo requiere: - la facultad exclusiva de las provincias para establecer y recaudar impuestos, las que deberán aportar los fondos para las necesidades del tesoro nacional - que las atribuciones del gobierno nacional se reduzcan a las relaciones exteriores, a la defensa nacional y a controlar el cumplimiento de la Constitución.
30/12/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
La historia de guerras civiles argentinas, puede esquematizarse como la lucha entre la riqueza del puerto de Buenos Aires y el estancamiento del interior del país. Durante la Colonia, la diferencia no era tan marcada. Se dijo que "la Constitución (1853/60) es todo lo unitaria posible bajo la designación de federal".
Los porteños se consideraban los más capaces para dirigir el país, atavismo arcaico que en el siglo XXI, aún está en algunos cerebros. La riqueza de Buenos Aires se generó con los impuestos centralistas que cobraba la aduana, que los pagaba todo el país, y posteriormente, con el auge de la pampa húmeda. Se organizo la nación con esos parámetros, apareciendo la oligarquía portuaria y unitaria. En la actualidad el unitarismo del sistema impositivo está agravado, y las provincias carecen de recursos para impulsar sus economías y cubrir los requerimientos de educación y sociales.
La disparidad de riqueza produjo la migración de pobladores del interior al conurbano bonaerense, que retroalimenta el desequilibrio político nacional. Restaurar el federalismo requiere: - la facultad exclusiva de las provincias para establecer y recaudar impuestos, las que deberán aportar los fondos para las necesidades del tesoro nacional - que las atribuciones del gobierno nacional se reduzcan a las relaciones exteriores, a la defensa nacional y a controlar el cumplimiento de la Constitución.
30/12/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
El gran simulador
Kirchner regresó al país, tras fracaso del plan de Chávez
El ex presidente informó la suspensión de la actividad de la comisión de garantes y retornó a la Argentina. Antes de partir de Villavicencio, aseguró que los delegados reiniciarán las negociaciones con las FARC "cuando estén dadas las condiciones.
El ex presidente argentino Néstor Kirchner anunció este lunes por la tarde la "suspensión provisoria" de la labor de la comisión de garantes internacionales que llegó a Villavicencio para supervisar la frustrada operación de rescate de tres rehenes en poder de las FARC y se aprestaba a emprender el regreso hacia Buenos Aires, adonde llegó hoy por la mañana y viajó directamente a El Calafate.
Kirchner leyó la declaración poco antes de las 18:30 locales (las 21:30 en la Argentina) y media hora después su comitiva se preparaba para abordar el avión presidencial Tango 01 de regreso hacia Buenos Aires. "La comisión anuncia la suspensión provisoria de su presencia en territorio colombiano", afirma la declaración leída por Kirchner."Hemos venido a Colombia como delegados de pueblos y gobiernos amigos, con el objetivo de ofrecer acompañamiento internacional a la liberación de Consuelo, Clara y Emmanuel, anunciada ante la opinión pública por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)", manifesta el texto."Agradecemos la confianza depositada en nosotros por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en su calidad de impulsor de la Operación Emmanuel; agradecemos al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, y a la Comisión de la Cruz Roja Internacional", agrega.
La declaración extiende su reconocimiento a "todos aquellos que han sumado su esfuerzo para que las dos primeras fases de la Operación Emmanuel se hayan realizado rápida y exitosamente"."Hoy nos encontramos en la última fase de la operación humanitaria, la cual ha sufrido dificultades que impidieron su concreción", dice el texto. Agrega que "se trata del más delicado y crucial momento, donde es necesario reunir todas las condiciones para garantizar la seguridad de todos y el éxito de la operación".
En ese contexto, los comisionados de la Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador y Francia "consideran conveniente la suspensión provisoria de su presencia en territorio colombiano"."Cuando estén dadas las condiciones para la entrega de Consuelo, Clara y Emmanuel, la comisión de delegados internacionales inmediatamente continuará con su misión, a fin de facilitar lo antes posible" la liberación, subraya el documento.
La comisión de garantes instó al gobierno colombiano a "crear el espacio humanitario seguro que permita el traslado de los secuestrados hasta el lugar de su liberación" y al respecto Kirchner acotó: "El presidente Uribe me ha dicho que el corredor prometido estará".Asimismo, los garantes exhortaron a las FARC a "abstenerse de realizar acciones durante la operación humanitaria". "Frente al sufrimiento de Consuelo, Clara y Emmanuel, la angustia de sus familiares, las esperanzas del pueblo colombiano y la expectativa de la comunidad internacional, la comisión de delegados exhorta a todos los involucrados en esta operación humanitaria a que hagan sus mejores esfuerzos para garantizar su rápida y exitosa conclusión", finaliza la declaración.
Publicado en Infobae, edición digital, el 1/1/08
Kirchner regresó al país, tras fracaso del plan de Chávez
El ex presidente informó la suspensión de la actividad de la comisión de garantes y retornó a la Argentina. Antes de partir de Villavicencio, aseguró que los delegados reiniciarán las negociaciones con las FARC "cuando estén dadas las condiciones.
El ex presidente argentino Néstor Kirchner anunció este lunes por la tarde la "suspensión provisoria" de la labor de la comisión de garantes internacionales que llegó a Villavicencio para supervisar la frustrada operación de rescate de tres rehenes en poder de las FARC y se aprestaba a emprender el regreso hacia Buenos Aires, adonde llegó hoy por la mañana y viajó directamente a El Calafate.
Kirchner leyó la declaración poco antes de las 18:30 locales (las 21:30 en la Argentina) y media hora después su comitiva se preparaba para abordar el avión presidencial Tango 01 de regreso hacia Buenos Aires. "La comisión anuncia la suspensión provisoria de su presencia en territorio colombiano", afirma la declaración leída por Kirchner."Hemos venido a Colombia como delegados de pueblos y gobiernos amigos, con el objetivo de ofrecer acompañamiento internacional a la liberación de Consuelo, Clara y Emmanuel, anunciada ante la opinión pública por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)", manifesta el texto."Agradecemos la confianza depositada en nosotros por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en su calidad de impulsor de la Operación Emmanuel; agradecemos al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, y a la Comisión de la Cruz Roja Internacional", agrega.
La declaración extiende su reconocimiento a "todos aquellos que han sumado su esfuerzo para que las dos primeras fases de la Operación Emmanuel se hayan realizado rápida y exitosamente"."Hoy nos encontramos en la última fase de la operación humanitaria, la cual ha sufrido dificultades que impidieron su concreción", dice el texto. Agrega que "se trata del más delicado y crucial momento, donde es necesario reunir todas las condiciones para garantizar la seguridad de todos y el éxito de la operación".
En ese contexto, los comisionados de la Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador y Francia "consideran conveniente la suspensión provisoria de su presencia en territorio colombiano"."Cuando estén dadas las condiciones para la entrega de Consuelo, Clara y Emmanuel, la comisión de delegados internacionales inmediatamente continuará con su misión, a fin de facilitar lo antes posible" la liberación, subraya el documento.
La comisión de garantes instó al gobierno colombiano a "crear el espacio humanitario seguro que permita el traslado de los secuestrados hasta el lugar de su liberación" y al respecto Kirchner acotó: "El presidente Uribe me ha dicho que el corredor prometido estará".Asimismo, los garantes exhortaron a las FARC a "abstenerse de realizar acciones durante la operación humanitaria". "Frente al sufrimiento de Consuelo, Clara y Emmanuel, la angustia de sus familiares, las esperanzas del pueblo colombiano y la expectativa de la comunidad internacional, la comisión de delegados exhorta a todos los involucrados en esta operación humanitaria a que hagan sus mejores esfuerzos para garantizar su rápida y exitosa conclusión", finaliza la declaración.
Publicado en Infobae, edición digital, el 1/1/08
19 dic 2007
Apostillas de una semana sabrosa
Para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una apostilla es una acotación que comenta, interpreta o completa un texto. Podríamos decir que es una pequeña nota aclaratoria sobre un tema. La primera semana de Cristina Fernández en el sillón presidencial ha sido rica en sorpresas y anécdotas, repleta de bocadillos para intercambiar y hacer consideraciones, ya que nos involucran como ciudadanos.
Sin duda el tema del valijero mercenario se llevó todos los titulares de los diarios y los comentarios de noticieros y columnistas nacionales y extranjeros. Siendo tan complejo y rico en matices, el tema amerita algunas observaciones.
Ley pareja no es rigurosa
Dijo Aníbal Fernandez en declaraciones a Radio 10 por el escándalo de la valija: “las convenciones internacionales impiden que se revisen las aeronaves de los mandatarios” ¿Cómo? ¿Los mandatarios tienen coronita? Doña Cristina debería exigir inmediatamente, como lo hizo con los jueces y el impuesto a las ganancias, que el equipaje de los mandatarios sea revisado como el de cualquier ciudadano. Ella misma se proclamó alguna vez “la primera ciudadana”. Es hora de poner en práctica lo que tanto declama desde el atril: la igualdad ante la ley. Todos los argentinos, del primero al último, tenemos los mismos derechos que Chávez, Néstor Kirchner y Antonini Wilson. Que lea el art. 16 de la CN: en Argentina no hay prerrogativas de sangre, títulos de nobleza ni privilegios de ningún tipo.
Misterio de medianoche
De no haber sido detenidos en Ezeiza, ¿qué ruta hubieran seguido los petrodólares venezolanos? Es decir, ¿a quién le iba a pasar la valija el señor Antonini? ¿Con quién iba a entrevistarse ese día? Según informes periodísticos Antonini había realizado unos ocho viajes anteriores al viaje fatal. ¿Cuántas valijas trajo y qué había dentro de las mismas? ¿Libros y papelitos? La presidente debe tener una biblioteca y un escritorio totalmente atiborrados de material bibliográfico de fabricación venezolana, referidos a dos temas que la presidente domina: la filosofía de Hegel y la historia de Paraguay y el mariscal Solano López.
Felisa con la bolsita, Cristina con la valijita
Por razones obvias, los dólares venezolanos debían llegar en efectivo y no mediante una transferencia bancaria, que deja huellas. ¿El caso de la ex ministra Micheli no había sido suficiente? No. No es eso. Es que Cristina quería diferenciarse de Felisa. No es lo mismo esconder la plata en una “bolsita” en el baño, que hacerlo en un maletín ejecutivo que llega a un aeropuerto internacional. Es una diferencia de “clase”, de “sangre azul”.
Miente, miente que…
Las lastimosas explicaciones de la presidente para tratar de ocultar el chanchullo evidente:
1. “Más que países amigos quieren países empleados”, sostuvo en referencia a Estados Unidos. Tal vez. De lo que no hay duda es que la presidente también quiere funcionarios “empleados” que en un salón de la Rosada aplaudan cada vez que nombra al gurú Chávez o que vilipendia al “imperialismo” yanqui. En francés eso se denomina “la claque”: los pagados para aplaudir. En Argentina los llamamos de otra forma.
2. “Esta Presidenta es mujer, pero no se va a dejar presionar”. Apelar continuamente a su diferencia de género (“soy mujer”) para victimizarse, no hace más que levantar sospechas al repetirlo como si tratara de convencerse de que… Además resulta enojoso que intente homologar a todas las féminas argentinas con su inconducta.
3. “Uno nunca sabe cuánto es verdad y cuánto es mentira”. Es cierto. Pero al no haber proclamado en ningún momento su inocencia ni haber enfatizado su deseo de indagar el caso hasta el hueso y permitir que la Justicia (que acá no es independiente) se haga cargo, hace que lo cierto parezca muy, muy dudoso.
Las represalias
Según La Nación:
“Decenas de funcionarios pasaron por los despachos de Cristina, del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Desde allí partieron llamadas hacia gobernadores, intendentes y dirigentes kirchneristas para que “repudiaran” la acusación de la justicia norteamericana. La orden fue obedecida por todos (…).
“Anoche, luego de haberse reunido con la Presidenta, el canciller Jorge Taiana analizaba qué medida tomar respecto del embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne. Mientras lo evaluaba, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ya había instruido a los ministros que no recibieran en audiencia a Wayne –el diplomático es muy dado a estos encuentros protocolares– y que cualquier pedido que les haga de ahora en más lo canalizaran a través de Cancillería.”
Caritativo con lo ajeno
¿Qué hace el presidente Chávez repartiendo entre sus amigos ideológicos los petrodólares que le pertenecen al pueblo venezolano? ¿Todavía no se enteró de que él es un mero administrador de los recursos públicos? La ciudadanía se lo hizo notar el pasado 2 de diciembre, pero parece que se niega a darse por aludido. Si es así, que algún venezolano le recuerde que en su país hay hambre, pobreza y desabastecimiento y que a él le está vedado hacer caridad política con recursos ajenos.
Mostrando la hilacha (del vestido)
Para el acto de asunción, Cristina se hizo coser una copia exacta del vestido que usó Letizia Ortiz para el bautismo de su segunda hija. ¿Se le pasó el detalle de que el marido de Letizia, Felipe de Borbón, iba a estar presente en la ceremonia? Cómo se habrá reído el príncipe: su esposa es la musa inspiradora de nuestra presidente. Y no sólo el vestido, ya que los abanicos con que doña Cris aparece en público (quizás para calmar ciertos sofocones) también es una moda que ha tomado prestada de la princesa de Asturias.
Sede vacante
La embajada en Cuba está vacante. El actual embajador está empeñado en renunciar, pero nadie parece estar dispuesto a reemplazarlo. Los elegidos han sido varios: Bielsa, Solá, Obeid y el argentino mejor relacionado con Fidel: Miguel Bonasso. Todos han rechazado la generosa oferta. La excusa: aceptar el cargo equivale a “dejar libre la cancha política.” La realidad: no es un destino apetecible. Pero cómo, ¿no es que estos compatriotas admiran a Fidel y su paradísiaca isla, donde el bienestar, la libertad y los derechos humanos son los rasgos turísticos dominantes? Vamos, muchachos. A juntar coraje, que Fidel los va a tratar muuuuy bien. No se van a aburrir. Y de paso pueden interceder por la doctora Hilda Molina y apuntarse un poroto en la cuestión de los derechos humanos que tanto predica Cristina.
Cada piquetero con su canastita
Castells se suma al reclamo de la canasta navideña: doña Cris, ¡a cumplir las promesas electorales! El pobre hombre sólo está reclamando por sus elementales derechos humanos: un aguinaldo, un pan dulce y una sidra… para empezar.
Hogar, dulce hogar
Parece que el matrimonio presidencial, hermanita Alicia incluida, ya no vuelven a sus respectivos domicilios en Río Gallegos. Previsores de la ira de quienes los conocen bien, los Kirchner siguen viviendo en la provincia Santa Cruz, pero en su nueva residencia en la más ‘caté’ localidad de El Calafate, donde predomina el turismo internacional (hay otro “roce”) y un ambiente relajado, que permite distender los nervios hasta el comienzo de una nueva semana en la Rosada. Debe ser una casa con muchos ceniceros y donde la cristalería se renueva constantemente.
Para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una apostilla es una acotación que comenta, interpreta o completa un texto. Podríamos decir que es una pequeña nota aclaratoria sobre un tema. La primera semana de Cristina Fernández en el sillón presidencial ha sido rica en sorpresas y anécdotas, repleta de bocadillos para intercambiar y hacer consideraciones, ya que nos involucran como ciudadanos.
Sin duda el tema del valijero mercenario se llevó todos los titulares de los diarios y los comentarios de noticieros y columnistas nacionales y extranjeros. Siendo tan complejo y rico en matices, el tema amerita algunas observaciones.
Ley pareja no es rigurosa
Dijo Aníbal Fernandez en declaraciones a Radio 10 por el escándalo de la valija: “las convenciones internacionales impiden que se revisen las aeronaves de los mandatarios” ¿Cómo? ¿Los mandatarios tienen coronita? Doña Cristina debería exigir inmediatamente, como lo hizo con los jueces y el impuesto a las ganancias, que el equipaje de los mandatarios sea revisado como el de cualquier ciudadano. Ella misma se proclamó alguna vez “la primera ciudadana”. Es hora de poner en práctica lo que tanto declama desde el atril: la igualdad ante la ley. Todos los argentinos, del primero al último, tenemos los mismos derechos que Chávez, Néstor Kirchner y Antonini Wilson. Que lea el art. 16 de la CN: en Argentina no hay prerrogativas de sangre, títulos de nobleza ni privilegios de ningún tipo.
Misterio de medianoche
De no haber sido detenidos en Ezeiza, ¿qué ruta hubieran seguido los petrodólares venezolanos? Es decir, ¿a quién le iba a pasar la valija el señor Antonini? ¿Con quién iba a entrevistarse ese día? Según informes periodísticos Antonini había realizado unos ocho viajes anteriores al viaje fatal. ¿Cuántas valijas trajo y qué había dentro de las mismas? ¿Libros y papelitos? La presidente debe tener una biblioteca y un escritorio totalmente atiborrados de material bibliográfico de fabricación venezolana, referidos a dos temas que la presidente domina: la filosofía de Hegel y la historia de Paraguay y el mariscal Solano López.
Felisa con la bolsita, Cristina con la valijita
Por razones obvias, los dólares venezolanos debían llegar en efectivo y no mediante una transferencia bancaria, que deja huellas. ¿El caso de la ex ministra Micheli no había sido suficiente? No. No es eso. Es que Cristina quería diferenciarse de Felisa. No es lo mismo esconder la plata en una “bolsita” en el baño, que hacerlo en un maletín ejecutivo que llega a un aeropuerto internacional. Es una diferencia de “clase”, de “sangre azul”.
Miente, miente que…
Las lastimosas explicaciones de la presidente para tratar de ocultar el chanchullo evidente:
1. “Más que países amigos quieren países empleados”, sostuvo en referencia a Estados Unidos. Tal vez. De lo que no hay duda es que la presidente también quiere funcionarios “empleados” que en un salón de la Rosada aplaudan cada vez que nombra al gurú Chávez o que vilipendia al “imperialismo” yanqui. En francés eso se denomina “la claque”: los pagados para aplaudir. En Argentina los llamamos de otra forma.
2. “Esta Presidenta es mujer, pero no se va a dejar presionar”. Apelar continuamente a su diferencia de género (“soy mujer”) para victimizarse, no hace más que levantar sospechas al repetirlo como si tratara de convencerse de que… Además resulta enojoso que intente homologar a todas las féminas argentinas con su inconducta.
3. “Uno nunca sabe cuánto es verdad y cuánto es mentira”. Es cierto. Pero al no haber proclamado en ningún momento su inocencia ni haber enfatizado su deseo de indagar el caso hasta el hueso y permitir que la Justicia (que acá no es independiente) se haga cargo, hace que lo cierto parezca muy, muy dudoso.
Las represalias
Según La Nación:
“Decenas de funcionarios pasaron por los despachos de Cristina, del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Desde allí partieron llamadas hacia gobernadores, intendentes y dirigentes kirchneristas para que “repudiaran” la acusación de la justicia norteamericana. La orden fue obedecida por todos (…).
“Anoche, luego de haberse reunido con la Presidenta, el canciller Jorge Taiana analizaba qué medida tomar respecto del embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne. Mientras lo evaluaba, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ya había instruido a los ministros que no recibieran en audiencia a Wayne –el diplomático es muy dado a estos encuentros protocolares– y que cualquier pedido que les haga de ahora en más lo canalizaran a través de Cancillería.”
Caritativo con lo ajeno
¿Qué hace el presidente Chávez repartiendo entre sus amigos ideológicos los petrodólares que le pertenecen al pueblo venezolano? ¿Todavía no se enteró de que él es un mero administrador de los recursos públicos? La ciudadanía se lo hizo notar el pasado 2 de diciembre, pero parece que se niega a darse por aludido. Si es así, que algún venezolano le recuerde que en su país hay hambre, pobreza y desabastecimiento y que a él le está vedado hacer caridad política con recursos ajenos.
Mostrando la hilacha (del vestido)
Para el acto de asunción, Cristina se hizo coser una copia exacta del vestido que usó Letizia Ortiz para el bautismo de su segunda hija. ¿Se le pasó el detalle de que el marido de Letizia, Felipe de Borbón, iba a estar presente en la ceremonia? Cómo se habrá reído el príncipe: su esposa es la musa inspiradora de nuestra presidente. Y no sólo el vestido, ya que los abanicos con que doña Cris aparece en público (quizás para calmar ciertos sofocones) también es una moda que ha tomado prestada de la princesa de Asturias.
Sede vacante
La embajada en Cuba está vacante. El actual embajador está empeñado en renunciar, pero nadie parece estar dispuesto a reemplazarlo. Los elegidos han sido varios: Bielsa, Solá, Obeid y el argentino mejor relacionado con Fidel: Miguel Bonasso. Todos han rechazado la generosa oferta. La excusa: aceptar el cargo equivale a “dejar libre la cancha política.” La realidad: no es un destino apetecible. Pero cómo, ¿no es que estos compatriotas admiran a Fidel y su paradísiaca isla, donde el bienestar, la libertad y los derechos humanos son los rasgos turísticos dominantes? Vamos, muchachos. A juntar coraje, que Fidel los va a tratar muuuuy bien. No se van a aburrir. Y de paso pueden interceder por la doctora Hilda Molina y apuntarse un poroto en la cuestión de los derechos humanos que tanto predica Cristina.
Cada piquetero con su canastita
Castells se suma al reclamo de la canasta navideña: doña Cris, ¡a cumplir las promesas electorales! El pobre hombre sólo está reclamando por sus elementales derechos humanos: un aguinaldo, un pan dulce y una sidra… para empezar.
Hogar, dulce hogar
Parece que el matrimonio presidencial, hermanita Alicia incluida, ya no vuelven a sus respectivos domicilios en Río Gallegos. Previsores de la ira de quienes los conocen bien, los Kirchner siguen viviendo en la provincia Santa Cruz, pero en su nueva residencia en la más ‘caté’ localidad de El Calafate, donde predomina el turismo internacional (hay otro “roce”) y un ambiente relajado, que permite distender los nervios hasta el comienzo de una nueva semana en la Rosada. Debe ser una casa con muchos ceniceros y donde la cristalería se renueva constantemente.
13 dic 2007
El cambio que se vino
En un ya lejano mes de 2003, una conocida conductora de televisión, famosa por sus almuerzos, preguntó con cierta picardía a su invitado de ese día, Néstor Kirchner: “¿Es cierto que con usted se viene el zurdaje?”.
Sorprendido, el visitante ensayó una respuesta poco satisfactoria para salir del paso, pues, aunque maliciosa, la interrogación de la anfitriona no dejaba de ser la realidad de lo que ya rondaba la mente del por entonces flamante presidente electo. Así fue. Con el correr de las semanas, el “zurdaje” se fue apoderando de la Casa Rosada hasta tomarla por completo.
La primera tarea de gobierno del zurdaje fue crear y consolidar un fuerte bastión de poder político, que más tarde traería como corolario la insólita sucesión conyugal en la presidencia. Para ello se puso especial empeño en diseñar e implementar una cuidada regresión a los años 70, que incluyó una feroz caza de brujas hacia cualquier miembro de la sociedad argentina que hubiera tenido alguna participación en los estamentos del poder entre 1976 y 1983 -civiles, militares, policías, curas-, al mismo tiempo que establecer un firme lazo con las vengativas madres y abuelas de varias líneas, así como con hijos y nietos del mismo tenor, sindicalistas resentidos, contrabandistas de petrovalijas y un largo etcétera.
Es así que en cuatro años y medio hemos visto desfilar por los despachos de gobierno, legislaturas y tribunales, meneándose y/o ocupando cargos, a ex terroristas, militantes y simpatizantes. Una larguísima lista de nombres repetidos desde los años 70, cuyo juramento a sus respectivos cargos tuvo la esperable impronta de incluir a los supuestos “30.000 desaparecidos”. Y de allí en adelante la historia de los últimos cuatros años es conocida por los lectores.
El uso del poder por parte de Kirchner para sus propios fines (afirmar el débil porcentaje que posibilitó su asiento en el sillón presidencial, luego del retiro de Menem de la segunda vuelta), usando todos los recursos del Estado que fueran necesarios -nuestro dinero, por supuesto-, trajo como fruto la gestación de la sucesión presidencial, algo insólito en la historia de la democracia, condenable no por lo extravagante sino por lo estrepitosamente espurio de su origen, rasgo típico del accionar del zurdaje.
Una vez segura de su previsible triunfo, la dama se dedicó a “instalarse” internacionalmente, moviendo el costosísimo avión presidencial a donde la hotelería, los centros de compra y los de diversión fueran más de su agrado, mientras trasladaba una impresionante comitiva en equipos de comunicación, maquillaje y vestuario para codearse con cualquiera, izquierda o derecha, nunca se sabe. Otro rasgo típico del zurdaje (además de despilfarrar los dineros de la ciudadanía, nunca los propios): amagar a la derecha y doblar a la izquierda.
Ya instalada en la presidencia y mientras improvisaba el discurso de asunción, la reina Cristina no se privó de nombrar, como era previsible, a los terroristas muertos durante la guerra antisubversiva, llamándolos eufemísticamente “las víctimas”, mientras dirigía la mirada hacia los palcos donde Bonafini, Carlotto y Cía la observaban atentamente y asentían complacidas. Probablemente lo hizo adrede, para remarcar que para quienes combatieron a la subversión no habrá jamás, por lo menos durante su mandato, ningún tipo de reconocimiento a sus víctimas, como tampoco para los cientos de civiles inocentes que cayeron bajo las balas asesinas del terrorismo. Curiosa distinción, ya que entre los presentes se encontraba el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, que hace muy poco ha visto morir víctimas de los etarras a dos miembros de la guardia civil española. El mismo efecto de rechazo debe haber causado al enviado del presidente Sarkozy, que se ha solidarizado con su par español Rodríguez Zapatero por los ataques de la banda ETA, ofreciendo su cooperación para el diseño de una estrategia conjunta de lucha contra el terrorismo. Tampoco habrá causado mucha gracia a la representante del gobierno de Bush, Elaine Chao, en cuyo país el terrorismo internacional promovido por la red Al Quaeda produjo varios miles de víctimas hace 6 años.
El zurdaje telúrico también evidenció otro cambio en la asunción de Cristina. En mayo de 2003, cuando fue el turno de su marido, el gurú Fidel Castro hizo su aparición por el país para distinguir lo que sería el mandato de Kirchner, dándose el lujo de dar una “clase magistral” sobre no se sabe qué tema en la Facultad de Abogacía de la UBA. El lunes, por el contrario, la delegación cubana pasó prácticamente inadvertida para los periodistas ya que el protocolo ni siquiera la mencionó, mientras el órgano de difusión cubano “Granma” anunciaba orgullosamente en su portada de Internet que Cuba estaría presente en la ceremonia, representada por el vicepresidente del Consejo de Ministros José Ramón Fernández. No. Fidel ya fue. Esta vez la estrella debía ser Hugo Chávez, quien por alguna razón desconocida apareció en el Congreso cuando la presidente le estaba tomando juramento a Julio Cobos. ¿Un desplante? Tal vez. De lo que no hay duda es que se trató de un rasgo de mala educación, propio de quienes comulgan con estos personajes y su ideología. La misma mala educación que demostró la flamante primera mandataria al ofender al invitado presidente uruguayo con su ataque sobre la pastera. Gesto esperable de quien provenía.
El zurdaje hizo también gala de una paradoja tragicómica, por no decir sencillamente hipócrita. Horas antes de que la mujer de Kirchner recibiera la investidura presidencial, Yolanda Pulecio, la madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancour, cautiva en la selva desde hace más de seis años por terroristas de las FARC, se entrevistaba en Buenos Aires con el canciller Jorge Taiana, ex terrorista montonero que en julio del 75, durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, puso una bomba en el bar “El Ibérico”, causando la muerte de dos personas: un mozo y una mujer. ¿Qué tipo de “ayuda” le puede ofrecer un ex terrorista que comulga y se solaza con Hugo Chávez, el mayor proveedor de municiones para el terrorismo colombiano, a una madre desesperada por recuperar a su hija de las garras de ese mismo terrorismo?
El cambio que se vino con doña presidente, salvo por dos o tres cositas realmente “novedosas”, no es sino “más de lo mismo”. ¿O alguien esperaba algo distinto del zurdaje que se nos vino -otra vez- encima?
En un ya lejano mes de 2003, una conocida conductora de televisión, famosa por sus almuerzos, preguntó con cierta picardía a su invitado de ese día, Néstor Kirchner: “¿Es cierto que con usted se viene el zurdaje?”.
Sorprendido, el visitante ensayó una respuesta poco satisfactoria para salir del paso, pues, aunque maliciosa, la interrogación de la anfitriona no dejaba de ser la realidad de lo que ya rondaba la mente del por entonces flamante presidente electo. Así fue. Con el correr de las semanas, el “zurdaje” se fue apoderando de la Casa Rosada hasta tomarla por completo.
La primera tarea de gobierno del zurdaje fue crear y consolidar un fuerte bastión de poder político, que más tarde traería como corolario la insólita sucesión conyugal en la presidencia. Para ello se puso especial empeño en diseñar e implementar una cuidada regresión a los años 70, que incluyó una feroz caza de brujas hacia cualquier miembro de la sociedad argentina que hubiera tenido alguna participación en los estamentos del poder entre 1976 y 1983 -civiles, militares, policías, curas-, al mismo tiempo que establecer un firme lazo con las vengativas madres y abuelas de varias líneas, así como con hijos y nietos del mismo tenor, sindicalistas resentidos, contrabandistas de petrovalijas y un largo etcétera.
Es así que en cuatro años y medio hemos visto desfilar por los despachos de gobierno, legislaturas y tribunales, meneándose y/o ocupando cargos, a ex terroristas, militantes y simpatizantes. Una larguísima lista de nombres repetidos desde los años 70, cuyo juramento a sus respectivos cargos tuvo la esperable impronta de incluir a los supuestos “30.000 desaparecidos”. Y de allí en adelante la historia de los últimos cuatros años es conocida por los lectores.
El uso del poder por parte de Kirchner para sus propios fines (afirmar el débil porcentaje que posibilitó su asiento en el sillón presidencial, luego del retiro de Menem de la segunda vuelta), usando todos los recursos del Estado que fueran necesarios -nuestro dinero, por supuesto-, trajo como fruto la gestación de la sucesión presidencial, algo insólito en la historia de la democracia, condenable no por lo extravagante sino por lo estrepitosamente espurio de su origen, rasgo típico del accionar del zurdaje.
Una vez segura de su previsible triunfo, la dama se dedicó a “instalarse” internacionalmente, moviendo el costosísimo avión presidencial a donde la hotelería, los centros de compra y los de diversión fueran más de su agrado, mientras trasladaba una impresionante comitiva en equipos de comunicación, maquillaje y vestuario para codearse con cualquiera, izquierda o derecha, nunca se sabe. Otro rasgo típico del zurdaje (además de despilfarrar los dineros de la ciudadanía, nunca los propios): amagar a la derecha y doblar a la izquierda.
Ya instalada en la presidencia y mientras improvisaba el discurso de asunción, la reina Cristina no se privó de nombrar, como era previsible, a los terroristas muertos durante la guerra antisubversiva, llamándolos eufemísticamente “las víctimas”, mientras dirigía la mirada hacia los palcos donde Bonafini, Carlotto y Cía la observaban atentamente y asentían complacidas. Probablemente lo hizo adrede, para remarcar que para quienes combatieron a la subversión no habrá jamás, por lo menos durante su mandato, ningún tipo de reconocimiento a sus víctimas, como tampoco para los cientos de civiles inocentes que cayeron bajo las balas asesinas del terrorismo. Curiosa distinción, ya que entre los presentes se encontraba el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, que hace muy poco ha visto morir víctimas de los etarras a dos miembros de la guardia civil española. El mismo efecto de rechazo debe haber causado al enviado del presidente Sarkozy, que se ha solidarizado con su par español Rodríguez Zapatero por los ataques de la banda ETA, ofreciendo su cooperación para el diseño de una estrategia conjunta de lucha contra el terrorismo. Tampoco habrá causado mucha gracia a la representante del gobierno de Bush, Elaine Chao, en cuyo país el terrorismo internacional promovido por la red Al Quaeda produjo varios miles de víctimas hace 6 años.
El zurdaje telúrico también evidenció otro cambio en la asunción de Cristina. En mayo de 2003, cuando fue el turno de su marido, el gurú Fidel Castro hizo su aparición por el país para distinguir lo que sería el mandato de Kirchner, dándose el lujo de dar una “clase magistral” sobre no se sabe qué tema en la Facultad de Abogacía de la UBA. El lunes, por el contrario, la delegación cubana pasó prácticamente inadvertida para los periodistas ya que el protocolo ni siquiera la mencionó, mientras el órgano de difusión cubano “Granma” anunciaba orgullosamente en su portada de Internet que Cuba estaría presente en la ceremonia, representada por el vicepresidente del Consejo de Ministros José Ramón Fernández. No. Fidel ya fue. Esta vez la estrella debía ser Hugo Chávez, quien por alguna razón desconocida apareció en el Congreso cuando la presidente le estaba tomando juramento a Julio Cobos. ¿Un desplante? Tal vez. De lo que no hay duda es que se trató de un rasgo de mala educación, propio de quienes comulgan con estos personajes y su ideología. La misma mala educación que demostró la flamante primera mandataria al ofender al invitado presidente uruguayo con su ataque sobre la pastera. Gesto esperable de quien provenía.
El zurdaje hizo también gala de una paradoja tragicómica, por no decir sencillamente hipócrita. Horas antes de que la mujer de Kirchner recibiera la investidura presidencial, Yolanda Pulecio, la madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancour, cautiva en la selva desde hace más de seis años por terroristas de las FARC, se entrevistaba en Buenos Aires con el canciller Jorge Taiana, ex terrorista montonero que en julio del 75, durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, puso una bomba en el bar “El Ibérico”, causando la muerte de dos personas: un mozo y una mujer. ¿Qué tipo de “ayuda” le puede ofrecer un ex terrorista que comulga y se solaza con Hugo Chávez, el mayor proveedor de municiones para el terrorismo colombiano, a una madre desesperada por recuperar a su hija de las garras de ese mismo terrorismo?
El cambio que se vino con doña presidente, salvo por dos o tres cositas realmente “novedosas”, no es sino “más de lo mismo”. ¿O alguien esperaba algo distinto del zurdaje que se nos vino -otra vez- encima?
8 dic 2007
Cuando el destino (de)pende de un dedo
Si bien es cierto que el nepotismo no es patrimonio de la gestión K, ya que ha sido moneda corriente en todas las administraciones de gobierno argentinas, es cada vez más marcada la tendencia a incluir entre los funcionarios a parientes y amigos, en especial aquellos que poca o ninguna idoneidad tienen para ejercer un cargo.
El artículo 16 de nuestra olvidada Constitución Nacional dice textualmente: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimientos: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”.
A pesar de su innegable importancia para la vida política y social de la comunidad, este artículo es olímpicamente pasado por alto por jueces (igualdad ante la ley), legisladores (impuestos y cargas públicas) y por el poder ejecutivo, que designa funcionarios a quienes lo único que no se les exige es, precisamente, la idoneidad.
En el caso de los embajadores –a eso se refiere el título de esta nota–, la cuestión de la falta de idoneidad es notoria, lo que se suma a la situación poco favorable en la que resulta posicionado nuestro servicio exterior si lo comparamos con el de otros países, en particular algunos de nuestros vecinos, por ejemplo Chile o Brasil.
La ley del Servicio Exterior de la Nación prevé el llamado “artículo 5” que autoriza el nombramiento de embajadores no integrantes de dicho servicio, pero sólo en casos excepcionales. En nuestro país se ha hecho de la excepción la regla. Fue durante el gobierno de Onganía –que tuvo embajadores “artículo 5”, pero contados con los dedos de una mano– que se organizó definitivamente la preparación de nuestros diplomáticos con la creación de la Instituto del Servicio Exterior. Es así que desde entonces todo aspirante a integrarlo debe pasar por un curso de dos años de duración antes de acceder a lo más bajo del escalafón. Y para acceder a dicho instituto debe tener título universitario y manejar dos idiomas extranjeros.
Además, teniendo en cuenta que es el Estado el que forma con sus recursos a los futuros embajadores, es deseable que éstos, que en definitiva son los representantes de la ciudadanía –no de los gobiernos de turno– ante los países extranjeros, sean dignos emisarios que cuenten con un bagaje de formación académica y personal que jerarquice su gestión y refleje cabalmente la imagen del Estado que representan.
En los últimos meses hemos asistido, con gran impotencia, a ciertas designaciones ante importantes organismos internacionales como la de la actual ministra de Medio Ambiente, Romina Picolotti, que formó parte de la delegación argentina ante la Corte Internacional de La Haya por el conflicto de la pastera Botnia en Uruguay.
Semanas atrás, Felipe Solá, diputado electo, al ofrecérsele la embajada en París, contestó que inmediatamente se pondría a estudiar francés. Según un matutino de tirada nacional, “Solá recibiría el destino como un premio a su colaboración con el oficialismo en la campaña electoral de 2005 y en la reciente también”. Es decir, para los destinos estratégicos para la política nacional no hay que pensar en embajadores de carrera, preparados por el propio Estado para desempeñarse en el mundo diplomático, sino en el amigo o colaborador que haya hecho más “méritos” a los ojos del gobernante que habrá de tenerlos por lacayos. Tampoco hay que soslayar el hecho de que a nuestra presidenta electa le fascina ir de paseo y salir de compras en ciertas capitales del mundo, para lo cual es muy conveniente contar con un embajador que sepa halagar a la dama.
En la misma fuente citada más arriba se lee también que “la ventaja de designar a Timerman en Washington en reemplazo de José Octavio Bordón radica en el hecho de que el actual cónsul en Nueva York ya conoce al dedillo a todo el espectro político, económico y diplomático
estadounidense y allí también lo conocen a él. Así lo explicaban ayer en ámbitos diplomáticos locales. El caso de Bettini es similar. El embajador en España (…) bregó personalmente ante los Kirchner en los últimos días por quedarse en su sitio”. El artículo termina con una aclaración. “En los próximos días podrían conocerse varias nuevas designaciones en la veintena de representaciones extranjeras que tienen embajadores políticos. De acuerdo con la ley del servicio exterior, los mandatos de aquellos embajadores que no son de carrera cesan al terminar la presidencia de quien los nombró”.
Es decir, que debemos distinguir entre los embajadores “políticos” y los “otros”, dando por sentado que estos últimos son los “de carrera” y que éstos, por más años y méritos acumulados, nunca accederán a ciertos destinos, que están reservados de antemano para los “amigos” del poder. A lo sumo podrán aspirar, o competir, por la capital de algún país asiático o africano.
Aquí podríamos preguntarnos en qué categoría revista el actual embajador en Colombia, y algunos otros inclasificables. Tal vez, como reza un viejo dicho, los embajadores son como las bicicletas: los hay de carrera, de media carrera y de paseo.
Si bien es cierto que el nepotismo no es patrimonio de la gestión K, ya que ha sido moneda corriente en todas las administraciones de gobierno argentinas, es cada vez más marcada la tendencia a incluir entre los funcionarios a parientes y amigos, en especial aquellos que poca o ninguna idoneidad tienen para ejercer un cargo.
El artículo 16 de nuestra olvidada Constitución Nacional dice textualmente: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimientos: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”.
A pesar de su innegable importancia para la vida política y social de la comunidad, este artículo es olímpicamente pasado por alto por jueces (igualdad ante la ley), legisladores (impuestos y cargas públicas) y por el poder ejecutivo, que designa funcionarios a quienes lo único que no se les exige es, precisamente, la idoneidad.
En el caso de los embajadores –a eso se refiere el título de esta nota–, la cuestión de la falta de idoneidad es notoria, lo que se suma a la situación poco favorable en la que resulta posicionado nuestro servicio exterior si lo comparamos con el de otros países, en particular algunos de nuestros vecinos, por ejemplo Chile o Brasil.
La ley del Servicio Exterior de la Nación prevé el llamado “artículo 5” que autoriza el nombramiento de embajadores no integrantes de dicho servicio, pero sólo en casos excepcionales. En nuestro país se ha hecho de la excepción la regla. Fue durante el gobierno de Onganía –que tuvo embajadores “artículo 5”, pero contados con los dedos de una mano– que se organizó definitivamente la preparación de nuestros diplomáticos con la creación de la Instituto del Servicio Exterior. Es así que desde entonces todo aspirante a integrarlo debe pasar por un curso de dos años de duración antes de acceder a lo más bajo del escalafón. Y para acceder a dicho instituto debe tener título universitario y manejar dos idiomas extranjeros.
Además, teniendo en cuenta que es el Estado el que forma con sus recursos a los futuros embajadores, es deseable que éstos, que en definitiva son los representantes de la ciudadanía –no de los gobiernos de turno– ante los países extranjeros, sean dignos emisarios que cuenten con un bagaje de formación académica y personal que jerarquice su gestión y refleje cabalmente la imagen del Estado que representan.
En los últimos meses hemos asistido, con gran impotencia, a ciertas designaciones ante importantes organismos internacionales como la de la actual ministra de Medio Ambiente, Romina Picolotti, que formó parte de la delegación argentina ante la Corte Internacional de La Haya por el conflicto de la pastera Botnia en Uruguay.
Semanas atrás, Felipe Solá, diputado electo, al ofrecérsele la embajada en París, contestó que inmediatamente se pondría a estudiar francés. Según un matutino de tirada nacional, “Solá recibiría el destino como un premio a su colaboración con el oficialismo en la campaña electoral de 2005 y en la reciente también”. Es decir, para los destinos estratégicos para la política nacional no hay que pensar en embajadores de carrera, preparados por el propio Estado para desempeñarse en el mundo diplomático, sino en el amigo o colaborador que haya hecho más “méritos” a los ojos del gobernante que habrá de tenerlos por lacayos. Tampoco hay que soslayar el hecho de que a nuestra presidenta electa le fascina ir de paseo y salir de compras en ciertas capitales del mundo, para lo cual es muy conveniente contar con un embajador que sepa halagar a la dama.
En la misma fuente citada más arriba se lee también que “la ventaja de designar a Timerman en Washington en reemplazo de José Octavio Bordón radica en el hecho de que el actual cónsul en Nueva York ya conoce al dedillo a todo el espectro político, económico y diplomático
estadounidense y allí también lo conocen a él. Así lo explicaban ayer en ámbitos diplomáticos locales. El caso de Bettini es similar. El embajador en España (…) bregó personalmente ante los Kirchner en los últimos días por quedarse en su sitio”. El artículo termina con una aclaración. “En los próximos días podrían conocerse varias nuevas designaciones en la veintena de representaciones extranjeras que tienen embajadores políticos. De acuerdo con la ley del servicio exterior, los mandatos de aquellos embajadores que no son de carrera cesan al terminar la presidencia de quien los nombró”.
Es decir, que debemos distinguir entre los embajadores “políticos” y los “otros”, dando por sentado que estos últimos son los “de carrera” y que éstos, por más años y méritos acumulados, nunca accederán a ciertos destinos, que están reservados de antemano para los “amigos” del poder. A lo sumo podrán aspirar, o competir, por la capital de algún país asiático o africano.
Aquí podríamos preguntarnos en qué categoría revista el actual embajador en Colombia, y algunos otros inclasificables. Tal vez, como reza un viejo dicho, los embajadores son como las bicicletas: los hay de carrera, de media carrera y de paseo.
1 dic 2007
Definitivamente, nada en común
Desde el 28 de octubre último Argentina cuenta con la primera mujer elegida presidente por el voto popular, que ocupará el sillón de Rivadavia por los próximos cuatro años. Funcionarios, periodistas y hasta la propia Cristina Fernández han pretendido equiparar su figura a la de otras mujeres que han liderado y lideran sus respectivos países en la centuria pasada y en la presente. Sin embargo, no hace falta bucear mucho en la historia pasada y reciente para detectar profundas diferencias entre aquellas mujeres y ésta.
En el siglo XX, tres figuras sobresalen entre las féminas líderes en Oriente y Occidente: Golda Meir, Indira Ghandi y Margaret Thatcher, por citar sólo algunas. La primera de ellas, Golda Meir, primera jefa de gobierno de Medio Oriente, fue la cuarta Primera Ministra de Israel entre 1969 y 1974, talentosa diplomática y reconocida estadista. La segunda, fue Primera Ministra de India en dos períodos: entre 1966 y 1977 y luego entre 1980 y 1984, liderando su partido durante largos años. Finalmente, Margaret Thatcher fue la primera mujer en convertirse en Primera Ministra de Inglaterra, país que lideró entre 1979 y 1990, ganándose el apodo de “Dama de Hierro”. Además fue una líder indiscutida del Partido Conservador inglés entre 1975 y 1990, siendo su influencia significativa en la política mundial de esos años. También podemos citar, entre otras, a Violeta Chamorro y Corazón Aquino, jefas de estado y dirigentes políticas de enorme gravitación en sus respectivos países en puntos opuestos del orbe.
Actualmente, a comienzos del siglo XXI, las mujeres líderes en el mundo de la política también se destacan por su profunda compenetración con los problemas y la realidad que les toca vivir y, sobre todo, por su capacitación académica. Así como Thatcher se graduó en Oxford con un diploma en Química, Angela Merkel, canciller alemana, es Doctora en Física, especialista en el campo de la Física cuántica. Vivió 36 años en Alemania Oriental, bajo el yugo ruso. Al caer el muro, se decidió a ingresar a la política, desempeñándose desde 1990 como Ministra de la Mujer y luego como Ministra de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear, durante el gobierno de Helmut Kohl. Habla a la perfección el ruso y el inglés.
Por su parte, Condoleezza Rice, la Secretaria de Estado norteamericana, de 53 años, es quizás la mujer con el bagaje académico más abrumador entre todas ellas: Doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Denver y Doctora Honoris Causa por varias universidades. Hasta su incursión en la política en 1989, fue profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford, ocupado varios cargos no solamente dentro de la universidad, sino también como fundadora o miembro de directorio en una infinidad de empresas e instituciones de relevancia donde se ha destacado por su capacidad e inteligencia. Ha publicado varios libros y numerosos artículos sobre su especialidad.
Hillary Clinton, actualmente senadora por Nueva York y primera candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, es una brillante abogada, nominada como una de las mejores profesionales de su país entre 1988 y 1991, egresada de la universidad de Yale, una de las más importantes de Estados Unidos.
Michelle Bachelet, actual presidente de Chile, es Médica Cirujana Pediatra con especialización en Epidemiología, graduada en la Universidad Nacional de Chile. Durante el gobierno de su predecesor, el socialista Ricardo Lagos, se desempeñó como Ministra de Salud y posteriormente como Ministra de Defensa. Debido a sus excelentes calificaciones académicas obtuvo varias becas; la última, ya en plena carrera política, la llevó al Colegio Iberoamericano de Defensa en Washington, donde se especializó en temas de Defensa Continental.
Lo más relevante de todas las figuras arriba mencionadas es que ninguna de ellas recibió un cargo en la vida civil o en la política de manos de su cónyuge ni ascendió en el partido por vía de prebendas, aprietes o “dedos”, sino que todo fue logrado con su propio esfuerzo, producto de su talento y mérito personales. Es imperativo destacar que todas estas mujeres pusieron su capacitación personal como prioridad antes de lanzarse al ruedo político, dando por sobreentendido que la mejor manera de servir a sus respectivos pueblos es a través de la preparación personal. Es así que todas ella, antes de ingresar a la política han trabajado en la vida civil en sus respectivas áreas de estudio: Thatcher como investigadora en el campo de la cristalografía, Merkel en la física cuántica, Bachelet en las áreas de salud y defensa, Clinton en la de leyes, Rice en la docencia.
Es por eso que la diferencia entre Cristina Fernández y estas mujeres es tan abismal, que no hay punto de comparación con ellas. Nuestra presidente electa “ha cursado” estudios de abogacía en la universidad de La Plata (según se lee en su propio sitio web), pero la misma universidad no ha podido hallar el acta en la que, supuestamente, concluyó esos interminables “estudios”. Tampoco aparece matriculada como profesional en ningún colegio de abogados del país, ni parece dominar alguna lengua extranjera. Su vida junto a su marido en la ciudad de Río Gallegos no muestra ningún dato sobresaliente en los años transcurridos entre 1976 y 2003, cuando su marido accedió a la presidencia. De la misma manera, su militancia dentro del partido peronista no depara ninguna sorpresa debida a sus méritos personales. Y en cuanto a su llegada a la presidencia del país el pasado mes de octubre, demás está decir aquello de lo que todos los argentinos hemos sido testigos: los resortes del poder de turno, el de su marido y el suyo, impidieron las internas dentro del propio partido peronista, impulsando la candidatura única de Cristina y movilizando todos los recursos del Estado que fueron necesarios para conseguir el propósito de instalar a la señora en la presidencia.
No. Definitivamente. No hay punto de comparación entre las otras y ella. Lo que tiene en común la “reina Cristina” con las otras mujeres líderes en el mundo es únicamente el “género”.
Desde el 28 de octubre último Argentina cuenta con la primera mujer elegida presidente por el voto popular, que ocupará el sillón de Rivadavia por los próximos cuatro años. Funcionarios, periodistas y hasta la propia Cristina Fernández han pretendido equiparar su figura a la de otras mujeres que han liderado y lideran sus respectivos países en la centuria pasada y en la presente. Sin embargo, no hace falta bucear mucho en la historia pasada y reciente para detectar profundas diferencias entre aquellas mujeres y ésta.
En el siglo XX, tres figuras sobresalen entre las féminas líderes en Oriente y Occidente: Golda Meir, Indira Ghandi y Margaret Thatcher, por citar sólo algunas. La primera de ellas, Golda Meir, primera jefa de gobierno de Medio Oriente, fue la cuarta Primera Ministra de Israel entre 1969 y 1974, talentosa diplomática y reconocida estadista. La segunda, fue Primera Ministra de India en dos períodos: entre 1966 y 1977 y luego entre 1980 y 1984, liderando su partido durante largos años. Finalmente, Margaret Thatcher fue la primera mujer en convertirse en Primera Ministra de Inglaterra, país que lideró entre 1979 y 1990, ganándose el apodo de “Dama de Hierro”. Además fue una líder indiscutida del Partido Conservador inglés entre 1975 y 1990, siendo su influencia significativa en la política mundial de esos años. También podemos citar, entre otras, a Violeta Chamorro y Corazón Aquino, jefas de estado y dirigentes políticas de enorme gravitación en sus respectivos países en puntos opuestos del orbe.
Actualmente, a comienzos del siglo XXI, las mujeres líderes en el mundo de la política también se destacan por su profunda compenetración con los problemas y la realidad que les toca vivir y, sobre todo, por su capacitación académica. Así como Thatcher se graduó en Oxford con un diploma en Química, Angela Merkel, canciller alemana, es Doctora en Física, especialista en el campo de la Física cuántica. Vivió 36 años en Alemania Oriental, bajo el yugo ruso. Al caer el muro, se decidió a ingresar a la política, desempeñándose desde 1990 como Ministra de la Mujer y luego como Ministra de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear, durante el gobierno de Helmut Kohl. Habla a la perfección el ruso y el inglés.
Por su parte, Condoleezza Rice, la Secretaria de Estado norteamericana, de 53 años, es quizás la mujer con el bagaje académico más abrumador entre todas ellas: Doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Denver y Doctora Honoris Causa por varias universidades. Hasta su incursión en la política en 1989, fue profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford, ocupado varios cargos no solamente dentro de la universidad, sino también como fundadora o miembro de directorio en una infinidad de empresas e instituciones de relevancia donde se ha destacado por su capacidad e inteligencia. Ha publicado varios libros y numerosos artículos sobre su especialidad.
Hillary Clinton, actualmente senadora por Nueva York y primera candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, es una brillante abogada, nominada como una de las mejores profesionales de su país entre 1988 y 1991, egresada de la universidad de Yale, una de las más importantes de Estados Unidos.
Michelle Bachelet, actual presidente de Chile, es Médica Cirujana Pediatra con especialización en Epidemiología, graduada en la Universidad Nacional de Chile. Durante el gobierno de su predecesor, el socialista Ricardo Lagos, se desempeñó como Ministra de Salud y posteriormente como Ministra de Defensa. Debido a sus excelentes calificaciones académicas obtuvo varias becas; la última, ya en plena carrera política, la llevó al Colegio Iberoamericano de Defensa en Washington, donde se especializó en temas de Defensa Continental.
Lo más relevante de todas las figuras arriba mencionadas es que ninguna de ellas recibió un cargo en la vida civil o en la política de manos de su cónyuge ni ascendió en el partido por vía de prebendas, aprietes o “dedos”, sino que todo fue logrado con su propio esfuerzo, producto de su talento y mérito personales. Es imperativo destacar que todas estas mujeres pusieron su capacitación personal como prioridad antes de lanzarse al ruedo político, dando por sobreentendido que la mejor manera de servir a sus respectivos pueblos es a través de la preparación personal. Es así que todas ella, antes de ingresar a la política han trabajado en la vida civil en sus respectivas áreas de estudio: Thatcher como investigadora en el campo de la cristalografía, Merkel en la física cuántica, Bachelet en las áreas de salud y defensa, Clinton en la de leyes, Rice en la docencia.
Es por eso que la diferencia entre Cristina Fernández y estas mujeres es tan abismal, que no hay punto de comparación con ellas. Nuestra presidente electa “ha cursado” estudios de abogacía en la universidad de La Plata (según se lee en su propio sitio web), pero la misma universidad no ha podido hallar el acta en la que, supuestamente, concluyó esos interminables “estudios”. Tampoco aparece matriculada como profesional en ningún colegio de abogados del país, ni parece dominar alguna lengua extranjera. Su vida junto a su marido en la ciudad de Río Gallegos no muestra ningún dato sobresaliente en los años transcurridos entre 1976 y 2003, cuando su marido accedió a la presidencia. De la misma manera, su militancia dentro del partido peronista no depara ninguna sorpresa debida a sus méritos personales. Y en cuanto a su llegada a la presidencia del país el pasado mes de octubre, demás está decir aquello de lo que todos los argentinos hemos sido testigos: los resortes del poder de turno, el de su marido y el suyo, impidieron las internas dentro del propio partido peronista, impulsando la candidatura única de Cristina y movilizando todos los recursos del Estado que fueron necesarios para conseguir el propósito de instalar a la señora en la presidencia.
No. Definitivamente. No hay punto de comparación entre las otras y ella. Lo que tiene en común la “reina Cristina” con las otras mujeres líderes en el mundo es únicamente el “género”.
14 oct 2007
El país donde los muertos votan
“De acuerdo con las planillas oficiales que se usarán dentro de tres semanas, 26.290 hombres de más de 100 años están habilitados para votar y 7.000 de ellos tienen más de 112 años, la edad del japonés Tomoji Tanabe, el hombre más viejo del mundo. Si el padrón es correcto y toda esta gente se presenta el domingo 28, el Indec estará en aprietos: en su último censo, hecho en 2001, sólo registró 374 hombres de más de 100 años. Pero si la oficina de estadísticas es la que tiene razón, el padrón tiene una falla grande: registra más de 25.000 muertos. Y ésos son sólo los hombres.
No hay registro de las mujeres porque en la década del 40, cuando se sancionó la ley del voto femenino, el Congreso priorizó la discreción y ordenó que sus edades no quedaran asentadas en las fichas. Con el tiempo el criterio cambió, pero esa información, que no fue registrada, nunca pudo recuperarse.”
Así comienza una nota publicada el domingo pasado por un matutino de tirada nacional. Si tenemos en cuenta que los supuestos ganadores de la elección a gobernador en Córdoba, que se llevó a cabo el pasado 2 de septiembre, reclaman su triunfo por 17 mil votos, no es utópico pensar que el club de los super-abuelos podría hacer cambiar el resultado de un escrutinio nacional con -solamente- la tercera parte de sus afiliados. Ni que hablar de Chaco, donde la diferencia fue de apenas mil votos.
La nota citada continúa con otros dos párrafos tan sorprendentes como los primeros: “las autoridades de la justicia electoral, que son quienes preparan los padrones, saben que sus planillas arrastran miles de muertos, incluso menores de 100 años, pero afirman que no pueden borrar a nadie sin “la baja” del Registro Nacional de las Personas (Renaper), organismo que depende del Ministerio de Interior. Para el Gobierno, el problema está en la ley. Hay que cumplir demasiados requisitos para remover de las listas a una persona fallecida, afirma el director nacional electoral, Alejandro Tullio. “Con un certificado de defunción debería ser suficiente para dar de baja a alguien, pero la ley establece lo contrario”, dice el funcionario.”
Siguiendo con las suposiciones, si además de los más de 26 mil varones de más 100 años y de los “miles de muertos” de ese sexo que votarán por no estar dados de baja, hay que agregar las mujeres en ambas situaciones: las que tienen más de 100 y las que no están dadas de baja por resultar muy complicado el “trámite”.
Mientras los funcionarios acusan a la Justicia por no depurar los padrones, Gerardo Morales, el compañero de fórmula de Roberto Lavagna, afirma en la misma nota que “estando el recuento en manos del Correo no podemos descartar que ocurran cosas. En varias provincias ES USUAL que haya muertos que votan. Ha pasado en Salta, Tucumán, Misiones”.
Siendo en Argentina el voto optativo después de los 70, no sería difícil, si hubiera voluntad, implementar algún mecanismo de control para asegurar que los mal llamados “abuelos” (que ciertamente poco y nada tienen de incapaces o ineptos) estén debidamente asentados en los padrones y puedan votar si ése es su deseo, desalentando la posiblidad de que sea usurpado su derecho al voto, y a la vida.
Por otra parte, sería deseable que un famoso libro asentara entre sus récords a la Argentina por la cantidad de abuelos que han superado los 100 años, mujeres y varones, ya que, si creemos en las estadísticas nacionales, rondarían los 50 mil, dato que nos catapultaría al primer puesto mundial en este rubro.
Seguramente muchos países nos pedirían la fórmula que explica la extraordinaria longevidad de una parte sustancial de nuestra ciudadanía. Además de eso habría que convocar a todos y cada uno de estos ancianos para que reciban un justo reconocimiento del estado argentino (¿un museo?, ¿un monumento?), ya que, haber llegado -o superado- la centuria, con las magras jubilaciones que perciben, es en sí otro imbatible récord. A nivel mundial.
“De acuerdo con las planillas oficiales que se usarán dentro de tres semanas, 26.290 hombres de más de 100 años están habilitados para votar y 7.000 de ellos tienen más de 112 años, la edad del japonés Tomoji Tanabe, el hombre más viejo del mundo. Si el padrón es correcto y toda esta gente se presenta el domingo 28, el Indec estará en aprietos: en su último censo, hecho en 2001, sólo registró 374 hombres de más de 100 años. Pero si la oficina de estadísticas es la que tiene razón, el padrón tiene una falla grande: registra más de 25.000 muertos. Y ésos son sólo los hombres.
No hay registro de las mujeres porque en la década del 40, cuando se sancionó la ley del voto femenino, el Congreso priorizó la discreción y ordenó que sus edades no quedaran asentadas en las fichas. Con el tiempo el criterio cambió, pero esa información, que no fue registrada, nunca pudo recuperarse.”
Así comienza una nota publicada el domingo pasado por un matutino de tirada nacional. Si tenemos en cuenta que los supuestos ganadores de la elección a gobernador en Córdoba, que se llevó a cabo el pasado 2 de septiembre, reclaman su triunfo por 17 mil votos, no es utópico pensar que el club de los super-abuelos podría hacer cambiar el resultado de un escrutinio nacional con -solamente- la tercera parte de sus afiliados. Ni que hablar de Chaco, donde la diferencia fue de apenas mil votos.
La nota citada continúa con otros dos párrafos tan sorprendentes como los primeros: “las autoridades de la justicia electoral, que son quienes preparan los padrones, saben que sus planillas arrastran miles de muertos, incluso menores de 100 años, pero afirman que no pueden borrar a nadie sin “la baja” del Registro Nacional de las Personas (Renaper), organismo que depende del Ministerio de Interior. Para el Gobierno, el problema está en la ley. Hay que cumplir demasiados requisitos para remover de las listas a una persona fallecida, afirma el director nacional electoral, Alejandro Tullio. “Con un certificado de defunción debería ser suficiente para dar de baja a alguien, pero la ley establece lo contrario”, dice el funcionario.”
Siguiendo con las suposiciones, si además de los más de 26 mil varones de más 100 años y de los “miles de muertos” de ese sexo que votarán por no estar dados de baja, hay que agregar las mujeres en ambas situaciones: las que tienen más de 100 y las que no están dadas de baja por resultar muy complicado el “trámite”.
Mientras los funcionarios acusan a la Justicia por no depurar los padrones, Gerardo Morales, el compañero de fórmula de Roberto Lavagna, afirma en la misma nota que “estando el recuento en manos del Correo no podemos descartar que ocurran cosas. En varias provincias ES USUAL que haya muertos que votan. Ha pasado en Salta, Tucumán, Misiones”.
Siendo en Argentina el voto optativo después de los 70, no sería difícil, si hubiera voluntad, implementar algún mecanismo de control para asegurar que los mal llamados “abuelos” (que ciertamente poco y nada tienen de incapaces o ineptos) estén debidamente asentados en los padrones y puedan votar si ése es su deseo, desalentando la posiblidad de que sea usurpado su derecho al voto, y a la vida.
Por otra parte, sería deseable que un famoso libro asentara entre sus récords a la Argentina por la cantidad de abuelos que han superado los 100 años, mujeres y varones, ya que, si creemos en las estadísticas nacionales, rondarían los 50 mil, dato que nos catapultaría al primer puesto mundial en este rubro.
Seguramente muchos países nos pedirían la fórmula que explica la extraordinaria longevidad de una parte sustancial de nuestra ciudadanía. Además de eso habría que convocar a todos y cada uno de estos ancianos para que reciban un justo reconocimiento del estado argentino (¿un museo?, ¿un monumento?), ya que, haber llegado -o superado- la centuria, con las magras jubilaciones que perciben, es en sí otro imbatible récord. A nivel mundial.
2 oct 2007
Los Miserables
Así intituló Victor Hugo una de sus novelas más famosas, profundo estudio de la naturaleza y del alma humanas y obra maestra de la literatura universal. El protagonista, Jean Valjean, acorralado por la miseria, es enviado a prisión por haber robado un pedazo de pan para poder sobrevivir. Luego de muchos años de injusta y cruel cárcel, Jean se fuga y pide asilo en la casa de un obispo. Tentado por el vicio, intenta robar la platería de su protector, pero es descubierto. Sin embargo, el obispo muestra hacia él una actitud de misericordia y generosidad que cambia para siempre la vida de Valjean. A partir de ese momento se promete a sí mismo convertirse en un hombre de bien. Se establece en un pequeño pueblo y dedica su vida a practicar con su prójimo la bondad que otros experimentaron con él. Esta obra monumental escrita en la segunda mitad del siglo XIX es un retrato de las miserias y las bondades del alma humana, que aparecen en cada individuo de acuerdo a las circunstancias que le tocan vivir, pero resaltando por sobre todas las cosas la capacidad de redención del ser humano, cuando le es ofrecida la oportunidad de volver empezar.
Si tuviéramos que comparar a los personajes de esta tragedia -donde la desesperación originada en la injusticia social es el rasgo dominante que, a juicio del autor, los convierte en los merecedores de tal epíteto- con los integrantes de la casta dirigente argentina, no sería difícil reconocer quiénes son los miserables -telúricos- del siglo XXI, los verdaderos miserables por su incapacidad para redimirse a pesar de la miríada de recursos con que han sido bendecidos.
Haciendo una escala de miserables en la política nacional, el primer puesto correspondería al presidente y su esposa, insensibles, ambiciosos en el mal sentido, despilfarradores e incitadores a la división y a la violencia social. El segundo puesto, inmediatamente después de la pareja presidencial, correspondería al ministro de Salud, Ginés González, ferviente mentor de la cultura de la muerte con su apoyo indisimulado a cualquier aborto presente y futuro, su repartija indiscriminada de preservativos y su pertinaz negligencia hacia los más necesitados del sistema de salud; en tercer lugar se sitúa el ministro de seguridad bonaerese, León Arslanián, que mientras descansa en un lujoso hotel de Palm Beach, sostiene que los argentinos tienen una “sensación de inseguridad” que, como la sensación térmica, es más producto de la imaginación de los ciudadanos que de la realidad. El cuarto lugar lo ocupa el jefe de gabinete Alberto Fernández, cuya función es mantener vigente la mentira oficial, a toda costa, de forma que se vuelva “creíble”: en Argentina no hay inflación, entre tantas, tantas otras mentiras.
La interminable escala de miserables de la política argentina, sujetos sin posibilidad de redención debido a su propia decisión, nos lleva a esperar que la ciudadanía, que ha dado tantas muestras de raciocinio en los últimos meses, demuestre con su voto el próximo 28 de octubre que “los miserables”, estos miserables que han destruido la república, que ambicionan el poder por el poder mismo, que no entienden que la función pública significa exactamente “servicio a la comunidad”, no tengan cabida nunca más en la dirigencia de nuestro país.
Así intituló Victor Hugo una de sus novelas más famosas, profundo estudio de la naturaleza y del alma humanas y obra maestra de la literatura universal. El protagonista, Jean Valjean, acorralado por la miseria, es enviado a prisión por haber robado un pedazo de pan para poder sobrevivir. Luego de muchos años de injusta y cruel cárcel, Jean se fuga y pide asilo en la casa de un obispo. Tentado por el vicio, intenta robar la platería de su protector, pero es descubierto. Sin embargo, el obispo muestra hacia él una actitud de misericordia y generosidad que cambia para siempre la vida de Valjean. A partir de ese momento se promete a sí mismo convertirse en un hombre de bien. Se establece en un pequeño pueblo y dedica su vida a practicar con su prójimo la bondad que otros experimentaron con él. Esta obra monumental escrita en la segunda mitad del siglo XIX es un retrato de las miserias y las bondades del alma humana, que aparecen en cada individuo de acuerdo a las circunstancias que le tocan vivir, pero resaltando por sobre todas las cosas la capacidad de redención del ser humano, cuando le es ofrecida la oportunidad de volver empezar.
Si tuviéramos que comparar a los personajes de esta tragedia -donde la desesperación originada en la injusticia social es el rasgo dominante que, a juicio del autor, los convierte en los merecedores de tal epíteto- con los integrantes de la casta dirigente argentina, no sería difícil reconocer quiénes son los miserables -telúricos- del siglo XXI, los verdaderos miserables por su incapacidad para redimirse a pesar de la miríada de recursos con que han sido bendecidos.
Haciendo una escala de miserables en la política nacional, el primer puesto correspondería al presidente y su esposa, insensibles, ambiciosos en el mal sentido, despilfarradores e incitadores a la división y a la violencia social. El segundo puesto, inmediatamente después de la pareja presidencial, correspondería al ministro de Salud, Ginés González, ferviente mentor de la cultura de la muerte con su apoyo indisimulado a cualquier aborto presente y futuro, su repartija indiscriminada de preservativos y su pertinaz negligencia hacia los más necesitados del sistema de salud; en tercer lugar se sitúa el ministro de seguridad bonaerese, León Arslanián, que mientras descansa en un lujoso hotel de Palm Beach, sostiene que los argentinos tienen una “sensación de inseguridad” que, como la sensación térmica, es más producto de la imaginación de los ciudadanos que de la realidad. El cuarto lugar lo ocupa el jefe de gabinete Alberto Fernández, cuya función es mantener vigente la mentira oficial, a toda costa, de forma que se vuelva “creíble”: en Argentina no hay inflación, entre tantas, tantas otras mentiras.
La interminable escala de miserables de la política argentina, sujetos sin posibilidad de redención debido a su propia decisión, nos lleva a esperar que la ciudadanía, que ha dado tantas muestras de raciocinio en los últimos meses, demuestre con su voto el próximo 28 de octubre que “los miserables”, estos miserables que han destruido la república, que ambicionan el poder por el poder mismo, que no entienden que la función pública significa exactamente “servicio a la comunidad”, no tengan cabida nunca más en la dirigencia de nuestro país.
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