28 dic 2011

CARLOTTO - NOBLE HERRERA

NONNA FRACASADA

La señora Estela Barnes de Carlotto ha sufrido un fuerte portazo en la nariz. Su caso emblemático ante la archienemiga Ernestina Herrera de Noble, luego de años de mentiras y falsedades, finalmente se cayó. Los hijos adoptivos de la propietaria de Clarín no son hijos de desaparecidos, y mucho menos nietos de ella.

Esta maestra jubilada encontró un medio para vivir opíparamente del estado, pasando por alto su antigua amistad con el General Reynaldo Bignone, gracias a quien pudo enterrar a su hija Laura y tener la certeza de que no había sido madre. Pero el circo hay que seguirlo, de lo contrario se evaporan los ingresos que, dicho sea de paso, pagamos todos los argentinos y algunos otros habitantes del planeta. 

En el caso de los jóvenes Noble Herrera, fue una larguísima persecución que se prolongó durante once años, que incluyeron desde extracciones compulsivas de sangre hasta el humillante despojo de ropa interior y cepillos de dientes, realizado en un allanamiento cuando volvían de declarar en un juzgado en 2010.

Ante el último resultado negativo de los respectivos ADN, la famosa abuelita decidió poner punto –no final sino suspensivos– al implacable hostigamiento a los hermanos Noble. Con la soberbia que la caracteriza declaró que “es lamentable que no fueran nuestros nietos, porque les esperaba amor y saber de dónde venían”. Es muy difícil creer que alguien como ella, generadora de odios e impulsora de terribles venganzas, pueda inspirar y dar amor verdadero. Es muy probable que los hermanos Noble Herrera sepan de dónde vienen y que hayan recibido de su madre adoptiva todo el cariño y las atenciones que necesita y demanda un hijo.

Por el contrario, la que queda mal parada es la nonna Estela, que tal vez no supo contener a sus propios vástagos, absorbidos por una ideología violenta que propiciaba la eliminación física de los oponentes, y que cayeron en una lucha que ensangrentó al país entero en los ominosos años 70.  Todos los hijos supérstites de Carlotto ostentan hoy cargos altísimos en el estado.

La mala voluntad de esta señora se vio plasmada en los numerosos casos de ensañamiento contra supuestos hijos de desaparecidos, que no lo eran en realidad, pero que sufrieron las vejaciones de esta abuelita nefasta, que llegó hasta a gozar con el profundo e irreparable daño moral y psíquico sufrido por algunos jóvenes que resultaron no ser hijos de desaparecidos, pero que se enteraron en un juzgado que eran hijos adoptivos.

Estela de Carlotto es una fracasada, tal vez porque su propio planteo es inexistente. Así también se van cayendo los personajes y los casos paradigmáticos del tema de los desaparecidos en Argentina, que tiene algunas luces y demasiadas sombras. La Carlotto, que ahora no sabe cómo despegarse de su antigua socia y amiga Hebe de Bonafini, busca desesperadamente, con pautas en los medios (que pagamos todos), al nieto 400 ó 500, para que no se le vengan abajo la estantería y el negocio.

Nos preguntamos si los ciento y pico de nietos "encontrados" son realmente tales y, sobre todo, cuántos de ellos estaban con las familias biológicas de los desaparecidos, porque fueron entregados por los supuestos apropiadores o porque nunca fueron separados de ellas. Es el turno de Estela de Carlotto de dar explicaciones. Un país de 40 millones de estafados las estamos esperando.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

16 dic 2011

CLETO

CLETO



No despectivo, sino cariñoso, éste fue el sobrenombre del último vicepresidente argentino, el mendocino Julio César Cleto Cobos. En 2008, al primer toro que ingresó en la exposición de la Sociedad  Rural Argentina, en Palermo, se lo bautizó "Cleto", como muestra de agradecimiento de la gente del campo a ese presidente nato del Senado que emitió su voto "no positivo" a la circular 125. Dicho proyecto era un engendro confiscatorio de los ingresos agropecuarios, inventado por Néstor Kirchner ante la necesidad de "caja"; contrariarlo le costó al ingeniero Cobos ser considerado el enemigo número uno del gobierno.

         Tal vez lo que más molestó a la soberbia kirchnerista fue la negativa del ex presidente a convalidar con su voto lo que consideraba incorrecto. A partir de ese momento se habló del vicepresidente, figura hasta entonces casi ignorada por la ciudadanía, como de un “doble traidor”. Por un lado, el partido Radical lo había expulsado de sus filas por aceptar integrar la dupla electoral con Cristina Fernández, es decir, por aliarse con el archienemigo partido Peronista. Por otro, los kirchneristas decidieron que tener convicciones –y por ende opiniones propias− violaba el “pacto” supuestamente acordado al integrar la fórmula presidencial con un extrapartidario.

         Lo cierto es que Cleto nos ha dado a los argentinos una lección de señorío y buenos modales, aunque muchos lectores de esta columna puedan no estar de acuerdo. Con su aire tranquilo y conciliador y su permanente media sonrisa, el ex vicepresidente no se inmutó ante la catarata de críticas recibidas por parte de todos los sectores políticos desde aquel fatídico día de julio de 2008. Tampoco contestó agravios ni se rebajó a insultar a ningún compatriota, como lo hizo con él el ex terrorista Horacio Verbitsky.

         Finalmente, se fue en silencio, sin estridencias, como los grandes. Habiendo cumplido el mandato que le otorgaron los votantes, y entendiendo que la política es un servicio a la comunidad y una obligación de respeto a la ciudadanía, estuvo al lado de la presidente en el acto de re-asunción de la misma, el pasado 10 de diciembre, a pesar de los desplantes que le propinó la señora y de los improperios que le dedicara el grupo de La Cámpora, llevado al Congreso ex profeso para humillarlo. 

    Su trayectoria será recordada por su hidalguía, equilibrio y espíritu de concertación, diametralmente opuesta al ánimo de crispación, enfrentamiento y mezquindad, que ha caracterizado a la gestión kirchnerista en los últimos ocho años.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

11 dic 2011

EL JURAMENTO




Si quisiéramos hacer una radiografía del político universal –y por ende también del argentino–, podríamos describirlo a través de cuatro rasgos dominantes.

En primer lugar, cuando un ciudadano decidido a consagrar su vida a la política llega a la función pública, ya no la dejará jamás. Es decir, que lo importante es conseguir el primer puestito y aferrarse a él con uñas y dientes, tejiendo todas las alianzas y “lealtades” posibles para ascender al próximo escalón en la pirámide, que seguirá sin dudarlo en premio a los “méritos” obtenidos y acumulados.

La segunda característica distintiva es que el político en prospectiva arriba a la función pública con un capital modesto, que irá incrementando paulatinamente –o no– hasta que no pueda explicar cómo logró esa cifra sideral que constituye su patrimonio presente, pero que será un signo indiscutible de poder, que es lo que distingue a los “políticos de raza” de los que no lo son.

En tercer término, cuando un ciudadano deviene en político que se precie, tiene que dedicar un porcentaje sustancial de sus parlamentos a criticar a sus adversarios. Éste es un paso esencial si se pretende aumentar la propia credibilidad, ya que la descalificación de los opositores por lo menos siembra la duda sobre sus reputaciones.

Sin embargo, lo que más distingue a los políticos modernos es la fórmula que cada uno de ellos considera la más apropiada para que se le tome juramento al asumir su cargo. En este caso, cualquier mezcla de frases es válida, ya que ni Dios, ni la Patria, ni los Santos Evangelios y mucho menos “el honor” se lo reclamarán algún día.

Es así que el abanico de fórmulas cambia y se incrementa con el paso del tiempo, hasta adquirir rasgos desopilantes, como los agregados que los legisladores argentinos utilizan para sus respectivos juramentos en el Congreso de la Nación: por los desaparecidos, por los marginales, por ciertas comunidades indígenas y un largo etcétera. Falta que incluyan un club de fútbol o el sándwich de milanesa. A esto debemos añadir la evidente falta de decoro en el vestir de algunos de ellos y la carencia del mínimo pudor por la investidura y el lugar en que se encuentran, que contrasta con la visión que tenían de estos “detalles” las generaciones de patriotas que hicieron grande a nuestro país. Esto sucede hoy obviamente por cuestiones de obsecuencia, pero sobre todo por ignorancia supina.

El 10 de diciembre de 2011, día de la reasunción de la presidente Cristina Férnández, quedará en el recuerdo de muchos compatriotas por la cantidad de transgresiones que se permitieron la primera mandataria y algunos de los miembros de su flamante gabinete, lo que deslució la ceremonia, como quedó demostrado también por la magra representación extranjera que se dio cita en el recinto.

Enlutada y puchereando, Cristina Fernández eludió las normas constitucionales con el evidente objetivo de humillar a su vice (con quien estaba enfrentada por su “voto no positivo” del 2008), ya que hasta el fin de su juramento el ingeniero Julio Cobos seguía siendo el presidente nato del Senado nacional. La Constitución establece que él le debía tomar el juramento de rigor, y ella debía responder solamente “sí, juro”. Pero no. Dejando a Cobos a sus espaldas, leyó ella su curioso juramento que inició con “Yo, …” y que concluyó con "Él", subrayando con prepotencia quién manda en el país y cómo será el carácter de su gestión por los próximos 4 años, aunque le pese al federalismo. 

Su hija Florencia, que no tenía nada que hacer allí ya que no cumple ninguna función pública, le colocó la banda presidencial y le pasó el bastón de mando, en medio de una escena circense de gritos, cantitos, aplausos, papelitos y expresiones populistas a favor y en contra de ciertos personajes, cuyo ámbito natural es la calle, no el Congreso.    

Como toda regla tiene su excepción y sin tener filiaciones políticas ni simpatizar con las “extremas”, los “ismos”, las marchitas anacrónicas y degradantes y los borregos pagados para aplaudir (lo que se conoce como “claque”), queremos destacar la figura de Julio César Cleto Cobos, uno de los pocos vicepresidentes que ha cumplido su mandato y lo ha hecho con una honorabilidad digna de destacar hasta el último momento, lo cual merecerá un próximo artículo de nuestra parte. 

El “traidor” Cobos ha sido en el período 2007-2010 el único político que se trasladaba entre Buenos Aires y Mendoza, su ciudad natal, en su propio automóvil, cuyo patrimonio no parece haberse incrementado en la función pública, y que ha declarado que ahora vuelve a su actividad privada. Para el libro Guinness de los récords.

Otros rasgos para destacar en este segundo “juramento” son el color del vestuario de la presidente (negro) contrastando con el blanco de su primera vez, y la marca de automóvil en el que se movilizó: Volkswagen, tal vez fabricados en la hermana república de Brasil. Hasta hace poco Cristina Fernández sólo utilizaba coches Audi.

Para terminar, queremos recordar la sana envidia que nos produjo la asunción de Sebastián Piñera en Santiago, el 11 de marzo de 2010, después de un terremoto y en medio de temblores subsecuentes y de la devastación, mientras la saliente Michelle Bachelet se retiraba con todos los honores y era ovacionada por el pueblo chileno.

Esa ceremonia de transmisión del mando y de juramento de un presidente latinoamericano, en especial por tratarse de un país hermano, será para nosotros por siempre un ejemplo y una lección de solemnidad, dignidad y honorabilidad, que los argentinos deberíamos aprender, entendiendo que las leyes se hacen para ser respetadas y que aunque parezcan “acartonadas”, “almidonadas” y/o “anacrónicas”, las fórmulas de los juramentos deben ser observadas, ya que ellas simbolizan el respeto que los mandantes tienen por sus gobernados.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz






29 nov 2011

HISTORIA A LA CARTA

HISTORIA A LA CARTA

Como todos los problemas de nuestro país están resueltos gracias a su exitoso “modelo”, la presidente ha dispuesto crear el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano, al que ha puesto el nombre del inocente Manuel Dorrego, por no haber sido suficientemente recordado por la Historia nacional. Desde luego, con toda una estructura burocrática de sueldos y financiamientos varios que pagaremos, como siempre, todos los argentinos.

El objetivo, netamente político e ideológico, tiende a desmitificar a los próceres “tradicionales” y a crear otros nuevos. Así seguramente serán bajados del pedestal Julio Argentino Roca por militar, José Gervasio de Artigas por xenófobo y antifederal, o Martín Miguel de Güemes por paramilitar irregular, y en cambio pasarán al bronce indiscutido Néstor Kirchner como el prócer máximo de la historia argentina, el Che Guevara por ser el protagonista de un libro plagado de errores, cuyo autor es el señor presidente de la institución (objetivos comerciales de por medio), los mapuches por “discriminados” según el Inadi y los integrantes de las bandas terroristas Montoneros y Erp, por “jóvenes idealistas”.

Este engendro está presidido por el psiquiatra Mario "Pacho" O'Donnell, un ex liberal, ex radical, ex menemista, ex duhaldista, y hoy por hoy populista, “federalista” e incondicional cristinista. Mañana veremos. El resto del equipo, igual que su presidente, son “historiadores” aficionados, o -lo que es peor- mercenarios de la historia. Entre los integrantes está Felipe Pigna, un obsesivo “buscador-descubridor de defectos” de nuestros próceres, que ya escribiera más de un mamarracho, pero cuya aceptación popular le permite lucrar con sus sesudos “estudios”.

También se suman al directorio “personalidades” del entorno kirchnerista como el jefe de gabinete Aníbal Fernández, el actual secretario de incultura Jorge Coscia, y el tristemente célebre Eduardo Anguita, secuestrador y asesino de Argentino del Valle Larrabure, ahora presentado como una especie de “periodista”. En total 33 “eminencias” para re-educarnos en “la historia que no nos contaron”, como reza el sitio de internet de O’Donnell.

Tan sorprendente como esta “comisión de notables” son los dos premios que otorgará el “instituto”: José María Rosa y Jorge Abelardo Ramos. El primero se refiere a un docente universitario, abogado e historiador, alineado en la corriente revisionista, pero cuyo abuelo fue ministro de hacienda del dos veces presidente Julio Argentino Roca y posteriormente de Roque Sáenz Peña, también presidente de los argentinos; su padre fue interventor federal en Mendoza luego del golpe militar de Uriburu en 1930 contra el presidente constitucional Hipólito Yrigoyen y un simpatizante de la extrema derecha filonazi y de los militares golpistas del 43, en particular del general Arturo Rawson. José María Rosa, además, se casó con una representante de la más rancia aristocracia porteña: María Luisa Delfina Bunge.

El segundo premio lleva el nombre del dirigente político argentino fundador de la Izquierda Nacional, escritor de ideología marxista, que no podría estar más alejado del pensamiento nacionalista y conservador de Perón como del repudiable capitalismo de amigos de los Kirchner. Tampoco hay forma de asociar a Jorge Abelardo Ramos al presidente del club, el inefable “Pacho” O’Donnell, que ha navegado por todas las aguas políticas del país y naufragado en todas ellas, con lo cual el nombre del premio no puede menos que significar una ofensa para la familia del inclaudicable luchador de la extrema izquierda nacional.

De esto se deduce que para algunas figuras públicas del país el pasado no es obstáculo para bautizar calles, estadios o premios, mientras que para otras cualquier mácula -real o inventada- sirve para borrarlos de un plumazo de la memoria colectiva, además de ser vilmente descalificados en cuanta oportunidad se presente.

Lo que más desprestigia a esta “historia a la carta” que nos impone la actual administración kirchnerista es que, en lugar de dejar libertad a diferentes corrientes de pensamiento elaboradas por los profesionales de esa disciplina formados en nuestras universidades y centros científicos, se pretende la homologación de las ideas surgidas de mentes poco preparadas y cuyos propósitos no están demasiado claros, ni en el corto ni el largo plazo.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz



27 nov 2011

EL CULEBRÓN



EL CULEBRÓN

Es el nombre que dan en España a lo que nosotros llamamos teleteatros o telenovelas, aunque en el caso argentino podría tratarse también de un “reality show” o tal vez de una comedia dramática de múltiples enredos.

El argumento, que ya vivimos en los 70, se centra en una rica viuda “doliente” que maneja una gran empresa (el país) y, mientras se pinta las uñas y ensaya diferentes mohines frente al espejo recordando a su difunto y admirado esposo, se debate en interminables tribulaciones del tipo “ser o no-ser”, ya que los cortesanos, como en toda la historia de la humanidad, luchan a brazo partido para obtener los favores de la doña, que no su corazón, y compartir o adueñarse del poder. 

La enlutada viuda, protagonista de la serie, no termina de decidirse entre el candidato joven y alegre o el más añoso y “seguro”. Las escenas, por demás repetidas -por momentos melodramáticas, otras pasionales-, importan los consabidos e interminables parlamentos a los subordinados e incluyen -lloriqueo va sonrisita viene-, a personajes de todos los estratos socio-económicos, desnudando la cruda realidad de la “casa” (el país) y el ominoso futuro, en caso de que la mujer poderosa sufra algún percance.

Los presuntos “amigos” de la viuda (crédito interno y externo), entretanto, se mantienen expectantes, atentos a sus pasos y próximos a dar el salto, en caso de que hubiera alguna herencia por cobrar o bien mueble o inmueble que reclamar.  

A los habitantes de la hacienda (el pueblo del país) se los intenta mantener en la ignorancia de lo que realmente sucede y, en caso de que alguno descubra el secreto de la viuda (sus monumentales engaños), se lo soborna o se lo castiga, a fin de doblegarlo por la plata o por la fuerza. Lo importante es que los chismes sobre la crisis doméstica no trasciendan.

En este culebrón, que tiene proyectados apasionantes capítulos que se irán develando durante los próximos cuatro años en todos los televisores del país (sean plasmas o no), intervendrán también los familiares directos de la viuda: su hijo (el director y guionista), su hija y su cuñada (coprotagonistas) y un nutrido elenco de “estrellas del séptimo arte”, que nos dejarán boquiabiertos y extenuados con sus brillantes actuaciones.

El insospechado final, que quedará abierto para los sucesores de la indiscutida protagonista de la tira, y que nadie se anima a adelantar, será la “bomba” que hará de esta telenovela la más recordada en la historia de los culebrones nacionales

Advertencia: los personajes y las situaciones descriptos en este texto están tomados de la realidad y no son producto de ficción alguna.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz


25 nov 2011

CAMBIO DE FRECUENCIA

CAMBIO DE RADIO

A nuestros oyentes y seguidores:
Cuando teníamos todo acordado para salir al aire por Radio Cultura de Buenos Aires con nuestro programa Punto de Encuentro, sobrevino una seria desinteligencia con su particular e intratable propietario y director, que finalmente nos negó el espacio que días atrás nos había concedido, no precisamente sin cargo.
Sin embargo, estaremos en el aire a partir de diciembre en FM Vital de Córdoba, 93.7 del dial, www.fmvital.com.ar/, una emisora en la que tuvimos programas entre 2004/2007 y cuyo propietario y director jamás nos bajó línea ni nos observó nada que no debiéramos decir, o que debiéramos decir, entendiendo que la vida en democracia implica el respeto y la defensa de la libertad de expresión. Hoy nos está recibiendo con los brazos abiertos.
Ya daremos a conocer el día y la hora en que saldremos al aire, apostando a que entre todos los argentinos podamos construir una nueva cultura de medios en el país. 
 
Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

16 nov 2011

PSICOSIS EN LA SOCIEDAD ARGENTINA



PSICOSIS

Así se llamó la inolvidable película de Alfred Hitchcock, un clásico del cine de suspenso, en la que el famoso director narra la historia de un asesino en serie, interpretado por Anthony Perkins (foto), cuyo desorden psicológico lo lleva a realizar actos aberrantes de los que no es en absoluto consciente. 

Desde el punto de vista científico, la psicosis es descripta como un estado mental en el cual el individuo experimenta una pérdida de contacto con la realidad, explicación que arroja luz sobre la conducta del protagonista del film mencionado.

En Argentina hemos experimentado varias veces una especie de psicosis colectiva, cuando los gobiernos de turno han restringido las libertades individuales, especialmente en el campo económico. Al ver amenazados sus ahorros, la ciudadanía, sin dudarlo, se vuelca en masa a su rescate, provocando el colapso de los bancos y del sistema financiero del país, es decir, produciendo el efecto contrario al que se busca.

Sin haber aprendido nada del pasado, nuestra presidente, preocupada por la fuga de capitales y sin ponerse a analizar seriamente las causas, ha tomado una serie de medidas a todas luces desacertadas, prohibiendo la compra de moneda extranjera, en particular el dólar estadounidense, y estimulando de esta forma una estampida de insospechadas consecuencias.

Esta disposición se suma a otras del mismo tenor, como por ejemplo las restricciones a las importaciones y exportaciones, que tantos perjuicios económicos y políticos han reportado al país. En forma concomitante, se verifica un principio de desabastecimiento de alimentos básicos de la canasta familiar –aceite, azúcar, harina-, que, por haberlo ya vivido en épocas pasadas, enciende una mecha de alerta en la población. En este momento la gente está desesperada por adquirir dólares; luego correrá a los supermercados a comprar mercadería para acaparar.

La impericia de los ministros de economía de la Nación es pública y notoria. Y cuando usamos el plural, adrede, nos referimos al cuarteto integrado por Amado Boudou (titular de la cartera), Mercedes Marcó del Pont (presidente del Banco Central), Guillermo Moreno (secretario de Comercio Exterior) y Ricardo Echegaray (director de la Agencia Federal de Ingresos Públicos, Afip), y sus "asesores" en las sombras, que, con sus elucubraciones fantásticas sobre la dirección ideal de la Economía, están llevando al país a un estado de psicosis colectiva, tal vez porque ellos mismos no logran contener la inflación galopante y recurren entonces a la desenfrenada emisión monetaria y a un sinnúmero de artilugios espurios. 

Para la re-asunción de CFK como presidenta de la Nación faltan unas pocas semanas. Hacemos votos para que tanto el incógnito futuro ministro de economía de la Nación como las actuales figuras consigan calmar la psicosis colectiva que, sin duda, estallará en algún momento si se sigue la misma línea de conducta en el ámbito económico.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz








26 oct 2011

 
 
 
ATRASANDO EL RELOJ DE LA HISTORIA

En el período que transcurre entre el Congreso de Tucumán y la batalla de Caseros, una de las figuras que sobresalen en la historia argentina es, sin dudas, la de Juan Manuel de Rosas. Habiendo consolidado un cierto prestigio como estanciero y militar, en 1829 la Legislatura de la provincia de Buenos Aires lo nombra gobernador, confiriéndole el título de “Restaurador de las Leyes” y las facultades extraordinarias, que conserva hasta el fin de su mandato en 1832.

Luego de un lapso en el que se ocupa en perseguir a los indios y recuperar grandes extensiones de tierras que luego son repartidas entre parientes, amigos y colaboradores, en 1835, aumentada aún más su influencia entre la población urbana y rural, Rosas vuelve a asumir la gobernación de la provincia más poderosa, aunque esta vez lo hace, no solamente con facultades extraordinarias, sino con la suma del poder público.

Durante los 17 años en que se prolonga su segundo gobierno, no hubo en el país ninguna autoridad por sobre la suya. Con todo el poder político (hasta el de las relaciones exteriores) y económico del territorio (en particular la aduana de Buenos Aires) en sus manos, Rosas se dedicó a construir un régimen despótico, en el que se persiguió implacablemente a la oposición y a la prensa no adicta, y se asfixiaron las libertades individuales, imponiéndose el culto irrestricto a su persona.

Destronado por Urquiza en Caseros (1852), Rosas huye a Inglaterra donde pasa los últimos 25 años de su vida. El país, mientras tanto, retoma el camino de su organización y convoca al Congreso Constituyente de Santa Fe, que nos lega en 1853 nuestra Ley Fundamental.

A fin de subsanar los errores del pasado y para evitar que se repitieran en el futuro, los diputados provinciales redactan el sabio artículo 29, que ha sobrevivido intacto hasta nuestros días, a pesar de los sucesivos cambios que ha experimentado la Constitución Nacional. En él se establece que ni el Congreso nacional ni las Legislaturas provinciales podrán conferir a ciudadano alguno facultades extraordinarias o la suma del poder público, so pena de ser considerados “infames traidores a la Patria”.

Además, para impedir los males derivados de la eternización en el poder, los constituyentes de 1853 determinaron que “el presidente y vicepresidente duran en sus empleos el término de seis años; y no pueden ser reelegidos sino con intervalo de un período”, recordando de esta forma, además, la calidad de las funciones que desempeñan los miembros del Ejecutivo.

Los preceptos constitucionales no se respetaron, pues el siglo XX ha sido testigo de varias instancias en que la Ley Fundamental del país ha sido modificada y hasta violada. La gestión kirchnerista no ha sido la excepción, ya que en 2008 el Congreso de la Nación otorgó a la primera mandataria facultades especiales que le fueron renovadas al año siguiente, entre ellas las de instituir derechos de exportación, facultad privativa del poder legislativo.

Sin embargo, lo más llamativo de esta regresión histórica es que el pasado 23 de octubre ha sido la propia ciudadanía la que, a través de las urnas, ha conferido a Cristina Fernández la suma del poder público.

Este atrasar más de un siglo y medio el reloj de la historia –aunque ahora se realice con visos de “legitimidad”– es tan peligroso como desconocer una y otra vez el artículo 16 de nuestra Carta Magna, que dispone que la idoneidad es el único requisito para ocupar cargos públicos.

Esta norma no parece regir para los ministros del gabinete nacional y mucho menos para el vicepresidente electo, Amado Boudou, que, a todas luces, ha sido seleccionado para que por los próximos cuatro años el ilimitado poder de la presidente no sufra recortes de ningún tipo –especialmente en el Congreso–, como sucedió en el pasado durante el mandato de Julio Cobos.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

15 oct 2011

LO QUE NOS ESPERA DESPUÉS DEL 23/10



 
TE DARÉ GUSTO, NECIO

Los que tenemos cierta edad recordamos las famosas "revistas mexicanas" de historietas, con las que nos hemos divertido en la adolescencia. El lenguaje en ellas era el de los latinos del norte, del que queremos rescatar la frase que titula nuestro artículo. El Pato Donald se enfrentaba con un grandote, a quien desafiaba con un "pégame, pégame", y el rival le contestaba con esa frase: “te daré gusto, necio”. Seguidamente, el Pato Donald recibía una tremenda paliza, como consecuencia de su infortunado desafío.

Ahora aplicamos esta frase a todos los que votarán el 23 de octubre por Cristina Fernández, que, según las encuestas elaboradas a lo alto y lo ancho del país, son más de la mitad de los argentinos. Es decir, que unos 10 millones de compatriotas elegirán a una mujer que no recorre el país para interesarse por sus gobernados, que no se reúne con su gabinete para evaluar la marcha de sus “políticas de estado”, que no acepta debatir con nadie, que no da conferencias de prensa y que comienza  habitualmente sus “actividades” recién después de las 16 horas, ya que lleva mucho tiempo probarse el o los vestidos del día, los zapatos al tono, el maquillaje, y, sobre todo, estudiar los parlamentos plagados de cifras falsas, acordes a la inauguración correspondiente.

Como contrapartida, otras mujeres líderes en el mundo como Ángela Merkel, Dilma Rousseff o Hillary Clinton empiezan sus apretadas agendas nomás salir el sol y no se desentienden de sus obligaciones hasta no cumplir con el último de sus asuntos protocolares. De ninguna de ellas se tienen noticias de viajes por asuntos de “shopping” o vanidades personales, como comprar zapatos y probárselos en la suite de un hotel parisino, siendo notoria la sobriedad de sus atuendos, que incluso no tienen problema en repetir. En lo que hace a la corrupción, Dilma ha pedido la renuncia sin más trámites a todos los funcionarios de su gabinete sospechados de mala conducta. Ángela, doctora en física nuclear, ha asumido el salvataje de la economía europea, lo que no le deja un minuto para sus afeites personales. Por su parte, Hillary, secretaria de estado norteamericana, una brillante abogada (con título), debe atender la marcha de la política internacional del país más importante del mundo, con todo lo que ello implica: largos y frecuentes viajes a los más apartados rincones del mundo, agotadoras reuniones de negocios, discursos, agasajos.

Estas tres mujeres, que no se lamentan cotidianamente por el sexo con el que nacieron, que sacrificaron o sufrieron la adversidad en su vida conyugal y que perdieron a sus parejas en situaciones sumamente incómodas, no se comparan en absoluto con la presidente argentina, arquetipo de la bobería, la frivolidad y, porqué negarlo, la incapacidad.

Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2007, Cristina Fernández se ha dedicado a profundizar la dádiva y la vagancia de ciertos sectores sociales, acostumbrados a ambas cosas desde que estas tendencias aparecieran en el país a mediados de 1940, pero aceleradas vertiginosamente a partir de 2003, cuando su extinto marido asumió la primera magistratura. El calendario de feriados nacionales se alarga cada vez más, acortando los días lectivos y entorpeciendo la actividad privada.

Además de su comentada bipolaridad y sus frecuentes bajas de tensión que la alejan de la agenda oficial, la presidenta argentina no manifiesta ninguna “contracción al trabajo”. Por el contrario, desde el fallecimiento de su marido en octubre del año pasado, Cristina mantiene un riguroso y obsoleto luto, y está dispuesta a suspender sus compromisos ante cualquier nimiedad, lo que debería ser tenido en cuenta por el electorado que espera de ella “la profundización del modelo”, aunque nadie sabe a ciencia cierta en qué consiste el modelo ni tampoco cómo se profundiza.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

3 oct 2011

ESTA TARDE POR RADIO CULTURA DE BUENOS AIRES

PUNTO DE ENCUENTRO

 


Esta tarde, como todos los lunes, entre las 18 y las 19 hs.
por Radio Cultura,
en el programa Enfoques Positivos de Carlos Cabana Cal, 
nuestro micro Punto de Encuentro,
con las reflexiones de la semana. 


23 sept 2011

66ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas - ONU - Nueva York, septiembre de 2011










KAGAME

No amigos. No hemos perdido la compostura habitual, ni tenemos la intención de ser soeces. Se trata del apellido del presidente de Ruanda, probablemente el país más pobre de Africa, ex colonia belga situada en el corazón del continente negro. La República de Ruanda limita con cuatro países tan pobres como ella: Uganda, Burundi, Tanzania y el Congo. Está poblada por unos nueve millones de habitantes, que apenas subsisten en una tierra de muy escasos recursos naturales y cuya renta anual per cápita apenas alcanza los mil dólares.
Paul Kagame asistió a la reunión de la ONU en Nueva York, alojándose en el mismo hotel que la presidente argentina, el Mandarin Oriental, con vista al Río Hudson, el Central Park y Manhattan. Cristina se alojó en una habitación de 12 mil dólares la noche. Kagame eligió una de 16 mil, es decir que por cada jornada de su estadía el mandatario ruandés consumió el ingreso anual (esto hay que recalcarlo) de 15 compatriotas, que, idealmente, ganarían un promedio de 85 dólares al mes, es decir entre 320 y 350 pesos argentinos, de acuerdo a la fluctuación de la moneda norteamericana en nuestro país. 
Sin embargo, la presidenta argentina no se quedó atrás, ya que la semana anterior había estado en París y, según la misma fuente, no se privó de adquirir una buena cantidad de carteras y zapatos de alta gama –su especialidad al momento del shopping–, por una suma que se aproximaría a los 100 mil dólares y que, al igual que el alegre desembolso del ruandés, ofende la dignidad de sus compatriotas.
En Argentina la cantidad de habitantes ronda los 40 millones y el ingreso per cápita es unas diez veces mayor que el del país africano. No obstante, ambos mandatarios asistieron a la 66ª asamblea de la organización internacional para parlotear sobre algunos de los temas que más los desvelan: la paz entre los pueblos y los derechos humanos de sus habitantes.
El presidente Kagame, que emergió inesperadamente al finalizar el genocidio iniciado en 1994 en su país entre las etnias hutu y tutsi (él pertenece a esta última) y que dejó más de un millón de muertos, gobierna “oficialmente” desde el año 2000, pero está acusado de múltiples violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, actos terroristas, por fomentar la violencia y por ser el instigador de terribles persecuciones y matanzas contra sus adversarios políticos.
Ambos mandatarios, Cristina y Kagame, tienen algo en común: el cargo les otorga inmunidad y por lo tanto no pueden ser juzgados mientras ejerzan la más alta magistratura del país, a la que, por otra parte, a ningún juez se le ocurriría siquiera rozar, pero tienen también en común, uno más y otra menos, que son gobernantes de países plagados de necesidades y sus despilfarros y ostentaciones resultan impúdicos para sus gobernados. 
Llenarse la boca con parlamentos de paz, justicia y equidad, tan extensos como vacuos, resulta francamente insoportable y hasta repugnante, cuando quienes manosean el atril carecen de la mínima autoridad moral para pontificar ante el resto de la humanidad. Tanto la mandataria argentina como el presidente ruandés, así como los de países semejantes, que no recibieron ninguna condena por parte de sus pares en la asamblea mundial, deberían dar un ejemplo de austeridad y mostrar con su conducta cotidiana que los problemas y penurias de sus compatriotas les importan como si fueran propios.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

14 sept 2011


VIAJE IDEOLÓGICO, COSTO PÚBLICO




Cristina Fernández de Kirchner resolvió ir a París. No quería faltar a la entrega del premio que recibía Estela de Carlotto, del que nos ocuparemos más abajo.

Como estaba en París pidió audiencia privada con Nicolás Sarkozy, quien no podía negarse por tratarse de un jefe de Estado. Sin embargo, el presidente francés le concedió apenas 50 minutos de su tiempo, al que, si le quitamos los saludos protocolares y descontamos lo que lleva la traducción -ya que nuestra presidente no habla otra lengua más que el español platense-, la “vital” conversación no duró más de 20 minutos.

Ese día la agenda de Sarkozy estaba cargadísima. Después de Cristina debía reunirse con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente Georges Papandreou, buscando una solución a la crisis que afecta al país griego y a toda la comunidad europea. Digamos que tenía cosas más importantes que hacer que escuchar los consejos de cómo debe aplicar el plan económico-social de Néstor, que ya está estudiando Obama en los Estados Unidos.

Sólo dos actos que no habrán insumido más de dos horas en total y una estada de sólo tres días en París en hotelería de lujo y movilizando el Tango 01 con varios privilegiados como comitiva, más los que viajaron por líneas privadas. No hubo acuerdos bilaterales, ni pactos, ni nada. Puro turismo y fotos, sin olvidar los escaparates parisinos que tanto atraen a la señora, que habrá sumado varias carteras Hermès y Louis Vuitton a su ya famosa colección.

La Unesco, presidida hoy por la militante comunista búlgara Irina Bokova, le otorgaba a Estela de Carlotto un premio -tan luego a la paz- que lleva el nombre de Felix Houphouet-Boigny. La Unesco, organización de las Naciones Unidas que ya tiene una larga serie de historiales de retiro de Estados Unidos como socio por razones de “malversación y corrupción”, ha instituido esta curiosa distinción para premiar a aquellas personas que se han dedicado a buscar intensamente la paz en sus respectivos países.

Confesando nuestra ignorancia, debimos investigar quién había sido el personaje que daba el nombre al galardón, y nos encontramos con la sorpresa de que se trata del ex dictador de Costa de Marfil, que gobernó con mano de hierro a ese pueblo africano hambriento entre 1960 y 1993.  Es decir, 33 años, a lo que debemos agregar que en 1993 no se retiró ni renunció. Simplemente, falleció. De allí que el nombre de la distinción, que encierra además una importante remuneración económica, es una incógnita absoluta, que queda a la imaginación de los lectores.

Como es habitual, cuando una de las protegidas de la presidente, Hebe o Estela, cae en desgracia, todo el aparato presidencial busca desesperadamente hacerle conceder un galardón de no importa qué, con tal de reflotar el “prestigio” perdido. Es sólo que esta vez el premio quedaba un poco lejos y los escandalosos gastos superfluos fueron afrontados, como siempre, por todos (y todas) los argentinos, aun los que en este momento afrontan duras penurias económicas gracias al exitoso “modelo K”.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

5 sept 2011

PUNTO DE ENCUENTRO

 

Esta tarde por Radio Cultura


Esta tarde, como todos los lunes, entre las 18 y las 19 hs.
por Radio Cultura,
en el programa Enfoques Positivos de Carlos Cabana Cal, 
nuestro micro Punto de Encuentro,
con las reflexiones de la semana. 


17 ago 2011

17 de agosto de 1850 - Paso a la inmortalidad del gran capitán de los Andes

"Si somos libres, todo nos sobra."


Monumento al General José de San Martín
en nuestra plaza mayor, que lleva su nombre.
Córdoba, Argentina.

"Sacrificaría mi existencia, antes de echar una mancha
sobre mi vida pública
que se pudiera interpretar por ambición."

15 ago 2011

FRAUDE PRIMARIO

FRAUDE PRIMARIO

No nos tragamos el sapo del escandaloso resultado electoral de ayer. En estos “comicios” nada es creíble. Es obvio que el “escrutinio” había sido realizado previamente, pero se les fue la mano. Tal vez por esa razón no se les permitió votar a los argentinos residentes en el exterior.

Creemos que el objetivo en esta elección ridícula –aunque en realidad se trataba de una encuesta digitada por el oficialismo–, era reinstalar el deslucido “Cristina ya ganó”, condicionando, induciendo
y manipulando al electorado más incauto hacia las presidenciales del 23 de octubre.

El sondeo kirchnerista, que nos ha costado millonadas a los argentinos, no tuvo veedores ni controles de ninguna naturaleza, salvo las patotas K que se dedicaron a robar las papeletas de los opositores. En Córdoba detuvieron a un individuo con un cargamento de boletas falsas del partido de Eduardo Duhalde, entre otros sucesos extraños.

Nadie medianamente en sus cabales puede creer que, cuando hace poco tiempo Cristina perdió estrepitosamente en Capital Federal, a 15 días que los K perdieron en Santa Fe, y hace una semana en Córdoba, ayer “arrasaron” en ambas provincias y en la capital del país. En el caso de nuestra provincia el triunfo de Cristina se verificó en todos los departamentos, incluidos los históricos bastiones radicales. Y como no era exactamente una elección sino un sondeo no hay penalidades por fraude. 

Lo más repudiable de las primarias del 14 de agosto, que recordaremos con asombro durante mucho tiempo, es que los ciudadanos fuimos coaccionados a votar bajo la amenaza de no poder hacerlo en las presidenciales de octubre, es decir arreados por la fuerza a las urnas so pena de ser sancionados, desvirtuando el carácter de derecho, que no obligación, que debe tener el voto en una democracia.

A su vez, debido a la escasa información que circuló, ya que ni el gobierno ni los partidos políticos se encargaron de explicar claramente a la población de qué se trataban estas “primarias”, el acto eleccionario estuvo teñido de oscuridad, confusión y desconcierto, sembrando dudas sobre su legitimidad y los verdaderos motivos de su realización.

Apenas pasados unos minutos del cierre de los comicios, los medios de comunicación, sin respetar la veda, se lanzaron desenfrenados a publicar los “boca de urna”, que por supuesto ya hablaban de la aplastante victoria de la presidente. Mientras tanto, una gran cantidad de los parásitos que viven de la costilla de la Argentina que trabaja –incluyendo algunos “artistas” de dudoso talento–, se congregó inmediatamente frente al búnker oficialista para festejar ruidosamente la continuidad del populismo, celebración que implicaba el uso de inmensos bombos y los habituales trapos multicolores.  

El detalle perverso fue la utilización de un sello cuadrado especial para asentar esta votación, de modo que “los infractores”, “los renegados”, los argentinos que no “justificaron” su faltazo –y su rechazo– a esta vil parodia electoral, sean fácilmente detectados y dejados afuera de los comicios nacionales más importantes a verificarse dentro de dos meses.

Qué difícil es enfrentar al contrincante político cuando carece del más mínimo sentido de la ética, tan arduo como intentar entender este inmenso fraude perpetrado contra el presente y el futuro del país.

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

Esta tarde por Radio Cultura


Esta tarde, como todos los lunes, entre las 18 y las 19 hs. por Radio Cultura,
en el programa Enfoques Positivos de Carlos Cabana Cal, 
nuevamente nuestro análisis sobre el sondeo electoral de ayer,
al que fuimos obligados a participar por la antidemocracia
(funcionarios, legisladores, jueces y políticos de toda laya)
que dicen gobernarnos.


Radio Cultura FM 97.9

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