NUESTROS ¿"LEGISLADORES"?
El éxodo de legisladores del Frente para la Victoria hacia bloques autónomos tiene su explicación en el hartazgo de algunos diputados y senadores de distinta extracción, que alguna vez depositaron su confianza en el matrimonio reinante. En algunos casos, abriendo el paraguas antes de que llueva, para no quedar "pegados".
Con el paso del tiempo -seis años desde el inicio del kirchnerato- el desencanto o el espanto, no sólo de los legisladores sino de la ciudadanía en general, han sido evidentes y mayúsculos. Esto explica que quienes se sienten verdaderamente representantes de los intereses de los argentinos hayan recapacitado y desandado el camino de desatinos al que fueron inducidos por Néstor y Cristina.
Si se ingresa a los sitios web de ambas Cámaras http://www.diputados.gov.ar/ y http://www.senado.gov.ar/ y se adentra en los diversos ítems que allí se ofrecen, se puede tener una idea cabal de la cantidad y calidad de los proyectos presentados por nuestros compatriotas legisladores. Sugerimos ingresar a la casilla de cada legislador y, una vez adentro, pulsar la opción “proyectos”. Lo que llama poderosamente la atención es que es prácticamente imposible rastrear la autoría de cada uno de ellos, ya que lo único que se encuentra es el título del mismo, en algunos casos una breve reseña y los “firmantes”, es decir los adherentes, como si la totalidad de los proyectos fuera de autoría colectiva, aunque se trata en realidad de una forma sutil de evadir la responsabilidad individual. Por si acaso. Así por ejemplo, es imposible saber a ciencia cierta de qué mente en particular surgió un proyecto titulado “declarar de interés…”, “expresar beneplácito por…” o “expresar repudio por…”, que generalmente se refieren a golpes de estado en Asia, o nombres de calles en Mauritania, y otros temas delirantes o lugares ignotos para la mayoría de los ciudadanos argentinos.
Asimismo, además de sorprendente es repudiable la “actividad” de conocidos personajes, activistas “progres” de derechos humanos, como la diputada Victoria Donda, o los diputados Ariel Basteiro y Ariel Pasini, por citar solamente algunos ejemplos. Vale la pena tomarse el tiempo de estudiar a estos personajes, cuyos sueldos y prebendas pagamos todos los argentinos, y cuyos “proyectos” se asemejan a una monumental tomadura de pelo. El diputado Ariel Pasini, que conociera las primeras planas de los medios por sus desembozados ataques a la comunidad judía, tiene un proyecto para designar al complejo penitenciario de Marcos Paz con el nombre de un ecléctico e inclasificable personaje, famoso en algunos círculos "artísticos”: Roberto Pettinato.
Otro ejemplo lo constituye el de la diputada cordobesa Silvia Storni, uno de cuyos proyectos se titula: “Expresar repudio por la publicacion de la encuesta titulada 'madura el ko test tyson' en el sitio web de la revista Hombre de la editorial Perfil”, revista que siempre tiene el infalible gancho de señoritas desabrigadas. Si esto no es un ejemplo de tomarle el pelo a la ciudadanía, que por favor nos indiquen otro más ridículo (los hay por decenas). La pregunta que queda flotando es: ¿solamente para esto alcanza la cabeza de nuestros legisladores, absolutamente ignorantes de las urgencias, necesidades y requerimientos de sus representados? ¿Alguna vez han salido a recorrer las calles de su pueblo, de su provincia, se han mezclado con la gente, se han interesado por sus problemas cotidianos, conocen a los argentinos que les pusieron el voto en una larga, larguísima lista sábana? La respuesta parece ser contundente: NO.
Un tema aparte es la sanción de leyes entre gallos y medianoche, como suele suceder cada final de año, cuando los legisladores “de brazo enyesado” votan la aprobación inmediata de cientos de leyes, totalmente absurdas y desconocidas para la mayoría de los legisladores y para la totalidad de la ciudadanía.
Un caso particular lo constituye la llamada “Ley Espía”, sancionada el 17 de diciembre de 2003 y que autorizaba al ejecutivo a realizar escuchas telefónicas sin autorización judicial y a espiar los correos electrónicos de los ciudadanos comunes. Como es habitual los fines de año, la Ley 25.873, cuya autoría corresponde al diputado kirchnerista José María Díaz Bancalari -varias veces acompañante en los viajes al exterior de la presidenta Fernández- fue sancionada sobre tablas, esto es, sin tratamiento en comisiones ni debate en el recinto. Al año siguiente, el ex presidente Néstor Kirchner la reglamentó a través del decreto 1563, aunque meses más tarde hizo marcha atrás y la dejó en suspenso. Vanos fueron los esfuerzos de los mismos diputados que entonces la habían aprobado “a ojos cerrados” por lograr que se declarara la inconstitucionalidad de esta ley, hasta la decisión de la Corte Suprema de Justicia, días atrás.
Como apostilla, queremos destacar que, ignorando la existencia de tan perversa ley, como periodistas independientes la hemos sufrido "subcutáneamente".
El alejamiento de los diputados que hasta hace poco conformaban el bloque kirchnerista, que se doblegaba sumisamente ante las órdenes de la pareja reinante, aparece ahora como una luz de esperanza para el futuro próximo del país. Argentina necesita con urgencia legisladores honrados, capaces y responsables, preocupados por nuestra realidad y atentos a los requerimientos de sus representados, que es lo que en su momento juraron defender.
Raquel E. Consigli
Horacio Martínez Paz