DE CUMBRES Y DE ABISMOS
Cumbre en Brasil y, como de costumbre, el papelón nacional gracias al narcisismo de quien lamentablemente nos representa. Esta vez Lula se hartó y resolvió no esperar a la mandataria argentina, comenzando la reunión en su ausencia. Bien por el brasilero, respetuoso anfitrión que valoró la presencia y el tiempo de sus pares.
Ignoramos por qué a estas reuniones se las llama “cumbres”, como si de ellas dependiera el destino del mundo, que las mira con una sonrisa socarrona. Latinoamérica está sembrada hoy de gobiernos de izquierda, pero hay una respetabilísima izquierda que está llevando a sus respectivos países hacia la pujanza y la inserción en los mercados internacionales (Chile, Brasil, Uruguay), y otra izquierda -"internacionalista"- que quiere imponer el fracaso ya comprobado de sistemas perimidos (la Argentina de los K), donde algunos vivos se enriquecen de la noche a la mañana mientras los perejiles que trabajan y sostienen el sistema van cayendo cada vez más abajo en la escala socio-económica.
Cristina Fernández cerró su participación en Brasil denostando a USA, sin lo cual no se preciaría de ser "progre", con las mismas frases incoherentes e insustanciales a que nos tiene acostumbrados. Anunció que visitará Cuba en enero, calculamos que para darse un chapuzón en Varadero. (¿Qué más puede hacer esta señora con escaso cerebro, nula responsabilidad y ética ausente?). Se abrazó con Raúl Castro, Correa, Chávez… Lo más granado de la antidemocracia, aunque por la democracia y los derechos humanos se rasgue las vestiduras permanentemente.
Regresó al país para inaugurar, o reinaugurar alguna alcantarilla. Todo es válido para que su marido le conceda un atril y una "claque" (audiencia paga) que la contempla arrobada y luego la aplaude, sin importar el dislate que pronuncie. Eso constituye su alimento diario. Ahora el precio de las heladeras es cuestión de estado. Del estado argentino, que abusará de los fondos expropiados a los jubilados para sostenerse en el poder por tres años más.
Volvió para vomitar su ideología resentida y parlotear alguna incongruencia en la ESMA, hoy sustraída a sus legítimos propietarios y entregada a una organización delictiva que goza de las preferencias presidenciales. Allí trató de vergonzoso a un supuesto fallo de la justicia que dejaría libres a “represores”. Ninguno de ellos recuperará la libertad ni cinco minutos, pero esto pone de manifiesto cómo el poder ejecutivo se da el lujo de aporrear indecentemente a otro poder de la Nación, dejando en claro que para nuestra primera magistrada la justicia sirve cuando falla lo que ella quiere, sino no es justicia. Es obvio que la presidentA tiene a nuestras leyes -que establecen que nadie puede estar detenido preventivamente más de dos años sin juicio- en forma de rollos intercambiables en los retretes de la Casa Rosada y de Olivos.
La ley de blanqueo y repatriación de capitales, que fuera aprobada ayer en el Congreso e implica lisa y llanamente transformar al país en un paraíso fiscal para delincuentes, lavadores de dinero y narcotraficantes, salía simultáneamente en tiempo record de la escribanía nacional. Perdón, del congreso nacional. Entre las heladeras y los derechos humanos (para algunos argentinos congelados para siempre en el freezer de Cristina), ayer se montó un show especial, una verdadera cortina de humo ante lo que realmente estaba pasando.
Por suerte, los verdaderos "socialistas" de América Latina, los presidentes progresistas Lula, Bachelet y Tabaré, se alejan a considerable velocidad de los Kirchner, a quienes veremos en algún futuro -a no dudarlo- donde deben estar: en el abismo insondable de la ira y el repudio popular.
Raquel E. Consigli
Horacio Martínez Paz