8 jun 2008

Enviado por Arturo Larrabure

En su memoria reproduzco las palabras de la contratapa de su último libro de reciente aparición.
Elevo una oración a Dios en su recuerdo, agradeciendo su apoyo incondicional en la búsqueda de la verdad histórica.
Lo extrañaré.

Arturo Larrabure

ESCRIBIR SOBRE EL AGUA
Mi nombre es Bernardo Neustadt , 83 años, y 70 de periodista. Pupilo 6 años en el Colegio San Vicente de Paul de los Hermanos Maristas. Sufrí por la lejanía de mis padres. Pero el rigor de mis profesores, hizo de mí lo poco o lo mucho que soy. Empecé en 1938 en el diario El Mundo - 13 años - y firmé por primera vez una nota en 1961, ese mismo año empecé televisión. Tiempo Nuevo entre 1989 y 1994, tuvo picos de 40 puntos. Sin travestis ni pornografía. Fui prohibido en los gobiernos de Illía, Onganía, Lanusse( 3 años), Massera, Alfonsín y María Estela Martínez de Perón, en 1997, Tiempo Nuevo terminó abruptamente en el Canal 11.

Periodismo fue MISIÓN, no PROFESIÓN
Argentina vivía de espaldas al mundo: quise alejarla de ese muro. Con los dirigentes FRACASÉ, con la gente no. No era contratado por los canales, ni las radios, alquilaba espacios. Logré, seguramente con causa, el rencor de casi todos los intelectuales de la "izquierda caviar". También de los periodistas progresistas que trabajan en diarios, revistas y canales capitalistas. Mi lucha por los teléfonos "para los pobres", de "autos financiados" para los jóvenes "sin cama caliente", no como los vendía Franco Macri, cobrándoles anticipados 26000 dólares en un país de inflación crónica. Mi batalla de 30 años, para terminar la Biblioteca Nacional –está la placa- me da valor para mirarlos a la cara mientras ya tienen vergüenza de nombrar a Lenin, a Marx, o a Stalin que prometieron una felicidad permanente a la Unión Soviética que culminó en la Mafia Rusa. Destructores de imágenes. Expertos en demonización disimulados bajo el perfil de los Derechos Humanos, de los que se apoderaron. A éstos militantes, de "UN PAÍS PARA POCOS" que nunca supieron crear riqueza, pero que saben distribuirla en sus bolsillos, quiero que se animen a leer este libro. El país del 2007 en su día a día. Aprendimos a no callarnos nunca más. No es irritativo, sino al más puro estilo del realismo italiano. Nos robaron la República, la Democracia se transformó en SUPERPODERES. La inseguridad en el tema más SEGURO, crearon una banda de "nuevos ricos" progresistas. A la Clase Media la esquilmaron y a los pobres le vendieron un buzón. Lo mismo un burro que un gran profesor.
¡Discépolo, te quedaste corto!
Bernardo Neustadt