UNA NUEVA Y GLORIOSA NACIÓN
No nos habíamos dado cuenta. La Primera Junta, la Declaración de la Independencia, San Martín, Belgrano, Yrigoyen, Perón, la dictadura militar, no existieron. Para qué nos habremos pelado las pestañas estudiando historia, si todos estos hechos fueron una fantasía, un espejismo, una ilusión.
La patria nació el 25 de Mayo... de 2003. Antes de que "Él" asumiera la presidencia, la nada. Argentina era tierra yerma.
Alguien de nuestro entorno nos señala que estamos equivocados, que la presidente viajó expresamente a Resistencia a festejar el 201º aniversario del primer gobierno patrio. Repasamos entonces muy cuidadosamente su discurso un par de veces más, pero no. No encontramos ninguna referencia a un hecho anterior a 2003, tampoco a 1810, que sería la fecha correspondiente si éste era el aniversario 201.
Como los canales de televisión siguen reponiendo imágenes del acto, pudimos apreciar como una multitud “espontánea” la aplaudía a rabiar, blandiendo carteles en los que se leía “Cristina 2011”, mientras ella ratificaba, enfundada en su ridículo luto y con sus elipsis características, que será candidata. Entonces pensamos que habrá que creer nomás.
Hasta aquí el tema tomado para la risa, por no llorar. La gravedad del asunto no permite concesiones, ya que se trata de algo inédito en la política argentina. Los K han secuestrado para sí mismos una celebración que nos pertenece a la totalidad de los argentinos y que aquí reclamamos: 25 de mayo para todos y para todas, porque los revolucionarios de entonces no pensaron en sí mismos. Fogonearon una revolución en nombre de todos los habitantes de este suelo, para liberarnos del yugo español.
Comentario aparte merecen las palabras del obispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa, que en el tedeum no dejó de adular a la señora, agradeciendo con inusitada obsecuencia en nombre de los locales, “chaqueñitos y chaqueñitas”, todo lo que les ha dado la gran benefactora, en especial la asignación universal por hijo, que los sigue condenando a la esclavitud de la pobreza, el asistencialismo y el clientelismo. No sabemos si los tobas o los wichis se enteraron de la presencia de la presidenta, de las palabras del obispo y de las dádivas que les estaban destinadas.
Suponemos que los Qom, cruzando el Bermejo, experimentaron una situación similar. Lamentablemente Rosa Molina, chaqueña que vivió en la periferia de Resistencia y murió por un agudo cuadro de desnutrición en septiembre de 2007, no se enteró que vivía en esta jovencísima Argentina que era el paraíso terrenal, y que Néstor y Cristina ya estaban perpetrando la continuidad sine die del modelo. Doña Rosa Molina, nuestra compatriota que tenía la misma edad que la presidente, murió pesando 24 kgs. Murió de hambre.
En cambio, en Buenos Aires, las palabras del cardenal Jorge Bergoglio se destacaron, como siempre, por su dureza hacia los políticos. Tal vez por ello el gabinete nacional, también como siempre, lo evita.
Ni hablar de la claque ubicada en el palco oficial de la capital chaqueña. Muchos gobernadores además del anfitrión. Y en primera fila, por cierto, el que ocupa la más alta magistratura de la mayor provincia argentina. Nos preguntamos entonces si esos gobernadores no tenían que estar presidiendo los tedeums en sus respectivas provincias. Será que Dios no es federal.
Lo cierto es que en todo el ámbito nacional el 25 de mayo pasó desapercibido como fecha patria. Pocas casas embanderadas, poca referencia a la Patria, poco sentimiento de argentinidad. Sólo festejos con música de rock y distracciones para recordar este día como “un feriado K para todos y para todas” y para olvidar, intencionadamente, la celebración que nos debe convocar. Y ésta es, como quedó plasmado en nuestro himno nacional por la pluma de Vicente López y Planes en 1812, que desde el 25 de mayo de 1810 “se levanta a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación.”
© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz