8 oct 2010

UNA SEMANA DE FURIA

No fue una buena semana para el matrimonio presidencial. La presidente viajó a Alemania, aunque nadie sabe bien para qué. Debió hacerlo en un avión alquilado, ya que si el Tango 01 tocara suelo alemán, sería inmediatamente embargado.

En Alemania usó varios atriles, que son la razón de su vida, para decir lo que nadie medianamente serio puede creer. Fue entrevistada por dos periodistas del prestigioso medio Der Spiegel. Revisó el borrador y estuvo de acuerdo con su publicación, pero una vez impreso ya no le gustó. Entonces hizo circular una firme desmentida, porque ésa es la realidad: nunca estuvo detenida durante la dictadura militar, como tampoco su marido. Spiegel le contestó sorprendido, subiendo a internet la entrevista completa en alemán y en inglés, que más tarde fue traducida también al castellano.

Luego sufrió el embate de la asociación internacional de editores de diarios, que criticó su ley de medios "antimonopolio" y sus ataques frontales a Clarín y La Nación.

En la feria del libro de Frankfurt, el stand argentino lucía una gigantografía de ella... y de Diego Maradona como emblemas indiscutidos de la cultura argentina. Ambos, deducimos, son prolíficos publicistas que han escrito decenas de libros. Todo lo expuesto en el pabellón argentino responde a lo peor de la izquierda vernácula. Cabe destacar que en dicho stand no hay lugar para nadie que piense ni un poquito diferente.

Cristina declaró a Der Spiegel que estaba leyendo un libro sobre cierto prócer latinoamericano, pero no cierra con lo que agregó: que Chávez se lo había quitado (al libro). Aunque se manifestó una fanática lectora "de toda la vida", no aclaró qué libro está leyendo, ni supo dar el nombre del autor o del protagonista. No creemos que haya pasado en su vida de leer Corín Tellado, con todo respeto hacia esta famosa novelista rosa.

Luego de sacarse la clásica foto -sonriente- con la Dra. Merkel, ésta le reclamó los fondos adeudados a los alemanes, a lo que Cristina replicó que tiene "vocación" de cancelar la totalidad de la deuda con el Club de París. Si la memoria no nos falla, hace ya más de dos años anunció -con bombos y platillos y desde otro atril- que sería inmediatamente pagada. Merkel se manifestó partidaria de que todo el trámite quede bajo la supervisión del FMI, de lo que el consorte presidencial se mofó desde nuestro país: "que el FMI deje de darnos lecciones, porque tiene poco y nada que ver con Argentina". Tal vez lo que no les gustó a los K son las declaraciones de ese organismo internacional respecto al Indec: que ninguna de sus cifras es creíble.

El jueves 7 de octubre, durante su último día en Alemania, se reunió con unos pocos empresarios locales a los que trató de convencer de las ventajas de invertir en nuestro país. Salvo un mínimo acuerdo con Volkswagen, que servía para la foto, los "inversores" teutones se retiraron comentando en voz baja que ni borrachos traerían un peso a Argentina mientras esté gobernada por el siniestro matrimonio.

Finalmente, aún estando en el país de Goethe se enteró que el premio Nobel de Literatura había sido otorgado al liberal Mario Vargas Llosa y que el Nobel de la Paz no tendría como destinatarias a sus apadrinadas abuelas, sino a un filósofo chino anticomunista, que resiste a los déspotas de su país desde una cárcel en Pekín. Dos personajes de la perversa derecha "capitalista", a la que hay que destruir para instalar el magnífico invento chavista: el "Socialismo del siglo XXI".

Mala semana para el matrimonio Kirchner. No se han dado cuenta de que el inexorable péndulo de la historia está de vuelta y de que corren el riesgo de que se los lleve puestos.

Raquel E. Consigli
Horacio Martínez Paz
www.laargentinaqueyoquiero.blogspot.com