"Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores,
y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad".
Palabras de Manuel Belgrano, al presentar la bandera de su creación
y hacerla jurar a sus tropas el 27 de febrero de 1812.
y hacerla jurar a sus tropas el 27 de febrero de 1812.
El 1 de marzo de ese año, este abogado devenido en militar
por las circunstancias históricas,
por las circunstancias históricas,
parte al Alto Perú para hacerse cargo del Ejército del Norte,
donde obtiene los resonantes triunfos de
Tucumán (24 de septiembre de 1812, festividad de la Virgen de la Merced
a quien entrega su bastón de mando) y Salta (20 de febrero de 1813).
La Asamblea Constituyente dispuso premiarlo con 40.000 pesos
y un sable con guarnición de oro,
pero este insigne compatriota declinó el ofrecimiento y prefirió que
con ese dinero se construyeran cuatro escuelas
en Tarija, Jujuy, Tucumán y Salta, porque "renunciar es poseer".
El 20 de enero de 1814 se encuentra por primera vez con
José de San Martín en la Posta de Yatasto, monumento histórico nacional,
y le hace entrega del mando del Ejército del Norte.
Murió en la más absoluta pobreza el 20 de junio de 1820.
Recibamos con honor el legado de sus últimas palabras,
con las que rendimos nuestro homenaje a uno de los
con las que rendimos nuestro homenaje a uno de los
más extraordinarios hombres que ha dado nuestra Patria:
"Pensaba en la eternidad donde voy y en la tierra querida que dejo.
Espero que los buenos ciudadanos trabajarán para remediar sus desgracias."