EL PAÍS DE LA CONGA
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Mientras la desenfrenada inflación golpea despiadadamente a la sufrida sociedad argentina, el desempleo crece, la corrupción serpea por doquier, el ciclo lectivo empieza en febrero y termina bien entrado diciembre, y las inversiones huyen despavoridas del país, la presidente se aboca, por decreto “de necesidad y urgencia”, a aumentar los feriados nacionales, que en 2011 alcanzarán la friolera de 17.
Consultando el sitio web del ministerio del interior, se encuentra el listado de los feriados, discriminados entre feriados nacionales inamovibles, feriados trasladables y días no laborables.
Entre los primeros, los que más llaman la atención son el 25 de marzo y el 9 de diciembre, ambos días viernes, a los que se denomina “feriado puente turístico”, para justificar lo injustificable: un fin de semana largo de cuatro días.
De la misma manera, para reivindicar el invento del nuevo “día de la soberanía” adjudicado ahora al 20 de noviembre, se cambió el nombre al 2 de abril. De ahora en adelante es el “Día del veterano y de los caídos en Malvinas”, con la evidente intención de homenajear a nuestros héroes, pero despojar a esa fecha de cualquier connotación de gesta motorizada por los odiados militares del último cuarto del siglo XX.
Asimismo, el 20 de junio, ex Día de la Bandera, será el año que viene un feriado inamovible, ya que, al caer lunes, compone un conveniente fin de semana largo para homenajear, esta vez sí, “el paso a la inmortalidad del general Manuel Belgrano”.
Eliminado para siempre por discriminatorio como "Día de la Raza"(establecido en 1917 por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen), el 12 de octubre seguirá existiendo como feriado, a fin de que tengamos un fin de semana largo en octubre, claro que ahora será trasladable y se lo conocerá como el “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”, si es que alguien puede entender a qué se quiere referir con eso.
Pocos gobernantes en la historia del país han estafado tanto a la ciudadanía argentina como los Kirchner, en todos los sentidos y connotaciones que puede adquirir el término estafar. De lo que no cabe duda, es de que han convertido a la Argentina en el país de la conga.
Sin querer desmerecer para nada a este popular baile cubano, que suena especialmente durante los carnavales, nuestro país se está asemejando cada vez más a un gran club de baile popular, donde todos se divierten gratis, a expensas del dueño del lugar, que, en nuestro caso, no es nadie más que nosotros mismos.
En la Argentina K, lo mejor que pueden hacer los ciudadanos es acogerse a algún plan del Estado (hay para elegir), fomentar los servicios públicos subsidiados, anotarse en todos los piquetes (especialmente si se trata de acampar en la calle, muy entretenido), subirse a los buses de campaña para aplaudir a cualquier político (es una forma de conocer el país sin gastar un peso, y encima recibir la “bolsita” de víveres y la paga) y sumarse a la actividad “turística” (la más rentable del país) con cualquier emprendimiento: desde un puestito de choripán hasta un quiosco de baratijas. Todo vale. Lo importante, lo único importante, es no trabajar y vivir del Estado proveedor.
Raquel E. Consigli
Horacio Martínez Paz