21 jul 2011

HAY QUE PASAR EL INVIERNO

HAY QUE PASAR EL INVIERNO

Fue una famosa frase pronunciada en junio de 1959 por Álvaro Alzogaray, ministro de economía del entonces presidente Arturo Frondizi, al anunciar un severo plan de ajuste para tratar de estabilizar la economía nacional luego de más de diez años de desastrosas políticas populistas.

El invierno ruso derrotó a dos grandes militares que, con su proverbial arrogancia, intentaron enfrentarlo y vencerlo. El primero de ellos fue Napoleón Bonaparte, quien en 1812 fue “aplastado” por el “general invierno” en su retirada de la ciudad de los zares, perdiendo cientos de miles de hombres. Otro tanto sucedió con Adolf Hitler, obsesionado con expandir el imperio alemán hacia el este, pero cuyos planes fracasaron ante el durísimo invierno (-50º C) que detuvo al poderoso ejército nazi a las puertas de Moscú en diciembre de 1941.

A comienzos de junio pasado, pocas semanas antes de la llegada de la estación fría al hemisferio sur, el estallido del caso Schoklender-Bonafini y sus impensadas ramificaciones significó un grave llamado de atención para el gobierno nacional y fue el preanuncio de la cruda temporada que se avecina. Inmediatamente después de la formidable estafa de las casas populares se produjeron las primeras manifestaciones de escasez de gas y combustible, la crisis en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), la derrota del candidato oficialista a la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el resultado negativo del ADN a los hermanos Noble-Herrera y, finalmente, la eliminación del seleccionado nacional de la Copa América que se juega en nuestro país. A esto hay que sumar el fino desaire que sufrió la presidenta en el acto por un nuevo aniversario del atentado a la Amia, la inflación galopante y la irrefrenable corrupción que se expande por todos los ámbitos de la política kirchnerista.

Mientras el dólar se dispara y la economía se descalabra, el invierno 2011 se presenta complicado para Cristina Kirchner, ocupada en su campaña por la re-elección presidencial. Los enfrentamientos entre distintos sectores sociales, motorizados a partir de la gestión de su marido, se agudizan permanentemente y no parecen tener una solución a corto plazo. Docentes, militares, curia, campo, jubilados, policías, han sido objeto de las políticas de subestimación, humillación y despojo de la demagogia K. A esto se suman los diferentes gremios en conflicto y hasta los trabajadores de la constructora de las viviendas "de los sueños", que cortan calles y protestan a lo largo y ancho del país.

Ya no bastan los desafortunados planes “para todos” lanzados por Cristina. Los argentinos queremos el país “en serio” del que se ufanaban los Kirchner, sin demagogia, sin inflación, sin corrupción, con trabajo, salud, educación, seguridad y justicia para todos los habitantes del país y no solamente para los obsecuentes y para la propia tropa.

El “general invierno” se presenta ríspido e intransigente en sus demandas a la comandante en jefe, quien, de no modificar en breve sus estrategias, será ampliamente derrotada en todos los campos de batalla de la vida nacional.  

© Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz